Entre el arte de la prudencia y la imprudencia de los políticos
“Sin entendimiento no se puede vivir, o propio, o prestado; pero hay muchos que ignoran que no saben y otros que piensan que saben, no sabiendo. Achaques de necedad son irremediables, que como los ignorantes no se conocen, tampoco buscan lo que les falta;
Serían sabios algunos si no creyesen que lo son. Con esto, aunque son raros los oráculos de cordura, viven ociosos, porque nadie los consulta. No disminuye la grandeza ni contradice a la capacidad el aconsejarse. Antes, el aconsejarse bien la acredita. Debata en la razón para que no le combata la desdicha”. Baltazar Gracián.
Es importante arrancar con este aforismo escrito en el Oráculo manual y arte de la prudencia por, quizá, uno de los más grandes recolectores de palabras y pensamientos que ha dado la literatura: Baltazar Gracián. La “prudencia” parece estar en escasez en la mayoría de los que ejercen el poder en cualquiera de sus niveles. Del mismo modo, la escucha parece otorgada únicamente a los aduladores o, cuando hay buenos asesores, se prestan oídos sordos por el narcisismo de quienes toman decisiones ejecutivas.
Nadie puede negar que actualmente hay una crisis de gobernabilidad en nuestro país, y nuevamente vuelve a rondar en la cabeza de muchos el “estábamos mejor cuando estábamos peor”, aunque cabe ser prudentes y aseverar que la benevolencia hacia el pasado es proporcional a la incertidumbre que nos provoca el futuro y a la insatisfacción del presente.
La cuarta transformación no se vislumbra por ningún lado y la pandemia que vivimos únicamente cayó como anillo al dedo para dar muestra de la forma de gobierno ambivalente y con el síntoma característico de evadir responsabilidades y buscar culpables, que a dos años del triunfo morenista, resulta risible que aún se encuentre en el discurso diario.
Fue hasta hace unas semanas en que el presidente Andrés Manuel López Obrador se apegó a un guión para brindar un mensaje de unidad. No utilizó sus frases preferidas que convocan a la división entre mexicanos “buenos” y “malos”. No hubo fifís ni conservadores, únicamente mexicanos, y tuvo que ser en suelo estadounidense en donde alguien le convenciera de usar mesura y prudencia en sus palabras. Ojalá, este mismo personaje utilice esa persuasión para que el presidente la lleve a los hechos, porque si de algo han carecido es precisamente de prudencia.
EN EL TINTERO… Hablando de imprudencias, ha escalado el conflicto entre la Barra de Abogados que encabeza el Lic. Gamero y el Poder Judicial del Estado que representa Esteban Calderón. Ambos abogados han hecho gala de conductas infantiles y viscerales, el único detalle es que el segundo, representa un poder del Estado en donde debe de prevalecer la cabeza fría, de lo contrario sólo da muestra de que nunca estuvo preparado para ejercer el cargo…
@raulgonzalezr