Trabajadores de la salud, abandonados
La pandemia por SARS-COV 2 cimbró a la sociedad de una manera estrepitosa. Cambió el modo de vida de la población y nos confrontó con nuestra realidad.
Citando a Publio T. Africano: “Hombre soy, nada de lo humano me es ajeno”, vimos cómo nuestros familiares, amigos y, en el caso de los trabajadores del sector Salud, nuestros compañeros, se nos adelantaban sin poder siquiera despedirlos por las restricciones sanitarias.
El personal de Salud ha pasado por diversas etapas, todas complejas, pues en un primer momento sufrió agresiones tanto verbales como físicas. A la par, se idealizó al personal en primera línea de batalla derivado de observar la entrega, cansancio y agotamiento producto de las horas incansables al frente de paciente. No había sector que no reconociera su trabajo, incluidos los políticos. Ahora, al menos en nuestro Estado, se le tiene en el olvido.
Desde que se anunció la llegada de la vacuna, se informó que sería para el personal sanitario, priorizando a los que están en primera línea de atención para, posteriormente, ampliar la vacunación hasta que todo el personal que trabaja en las dependencias de salud estuviese inmunizado.
Cabe destacar que al menos esto era la lógica a seguir, mucho más después de que hubo personal que afirmó que nunca se les protegió de manera óptima, la mayoría, ante la escasez, tuvo que comprar los insumos de su propia bolsa. También, el personal en segunda o tercera línea fue poco protegido al regresar a las actividades. Pocas caretas, cubrebocas de mala calidad, en algunos casos bicapa tricapa para toda la jornada laboral, por lo que también optaron por comprar los propios insumos para su protección.
Actualmente, ya con algunas vacunas, la situación es totalmente diferente. Por ejemplo, en Durango se evidenciaron casos en que personal directivo se saltó la línea y mientras en otros estados fueron destituidos, en el nuestro se les justificó. El gobierno ha sido permisivo y omiso ante las múltiples irregularidades y, ante las opiniones diferentes, frívolo.
En algunos municipios y localidades parte de la población rechazó la vacuna, ante esta situación, acudieron muchas personas sin ser mayores de 60 años ni personal de salud. Podían verse las camionetas de lujo en las afueras del hospital de El Salto, Vicente Guerrero y otras unidades de salud, mientras el personal de la propia dependencia observa a lo lejos y espera ser favorecido con el beneplácito del secretario de Salud o de algunos de sus directores para poder acceder al biológico.
El personal de salud de la capital ha salido desesperado ya a otras localidades en busca de la vacuna, en donde la gente de bienestar los recibe, pero se encuentran con el freno de la insensibilidad de la doctora Luna Gualito y del propio Sergio González Romero, quienes se limitan a argumentar que nada está bajo su control y únicamente siguen declarando que es responsabilidad del Gobierno Federal y hay que esperar.
Ni el gobierno de la 4T ni el estatal velan ya por los trabajadores de la salud. Este personal ha sido abandonado por sus gobernantes, secretarios de Salud y líderes sindicales. Mientras otros sindicatos, como el SNTE, afirman que no habrá regreso a clases mientras los profesores no estén vacunados, en Salud hay un silencio cómplice de los liderazgos y un enojo latente del trabajador.
EN EL TINTERO… Con honrosas excepciones, parece que MORENA quiso facilitar el trabajo a la alianza PRIANRD con los candidatos que puso en los diferentes distritos, en unos casos, cartuchos muy quemados, en otros, poco conocidos. La oposición debe de estar feliz, pero no confiada...
@raulgonzalezr