Esteban Calderón, contra los abogados
Vivimos en tiempos en los que la política se encuentra en el nivel más bajo de credibilidad. A pesar de ello, se cumple con el adagio de “la esperanza muere al último” y los ciudadanos vuelven a creer en proyectos mesiánicos, de cambio de régimen, para volver más tarde que temprano a la realidad.
En todos lados se dan las decepciones políticas, no es un hecho exclusivo de la cuarta transformación. En Durango, tenemos nuestra propia historia. Por primera vez se derrotó al otrora partido hegemónico en las urnas, y a poco más de tres años, el actual gobierno estatal se encuentra sumido en una notoria involución. Sin control político ni obra pública, ha resultado una desilusión para quienes apostaron por un cambio que se encuentra lejos de llegar.
Algo similar sucedió en el Poder Judicial, en su momento, fue muy criticado el actuar de Apolonio Betancourt Ruiz, uno de los principales operadores políticos de Jorge Herrera Caldera y quien prácticamente fue el dueño del poder judicial y consejo de la judicatura durante nueve años, cargos a los que renunció cuando le faltaban al menos un par de años para cumplir con su periodo, pero fue en sumo complicado transitar con el gobierno de José Rosas Aispuro Torres.
A su salida, era imposible pensar que llegaría alguien que superara su mal actuar, pero para desilusión de todos, arribó Esteban Calderón Rosas, que por imposible que parezca ha logrado que se extrañe el desempeño de Apolonio, a grado tal que, el presidente de la Barra de Abogados, Gustavo Enrique Gamero, le ha declarado la guerra abiertamente bajo los argumentos de que éste nunca ha litigado, jamás fue juzgador y desconoce por completo la actividad jurisdiccional, lo que ha generado un total desastre al interior de este poder del Estado.
Incluso, llegó a juntar a la mayoría de los ex presidentes de esta Barra, y sabemos que si hay un gremio que tiene peso dentro del Estado, es precisamente el de los abogados.
A esto hay que agregar que se rodeó de personas que más que ayudarlo han sido una piedra en el zapato, como el caso de Carlos Sandoval Soto, que fungió como magistrado del Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa y al poco tiempo de concluir con esta función, nuevamente fue contratado como asesor del titular del Poder Judicial, violando el reglamento que especifica que, después de haber terminado algún encargo dentro del tribunal, se puede volver a trabajar para éste nuevamente cuando haya pasado al menos un año.
Ahora se comprenden los motivos por los que Esteban Calderón no fue la primera o segunda opción para ser magistrado. Fue un tipo con suerte. Al gobernador se le acabaron las cartas para proponer ante el Congreso gente de su confianza en las magistraturas, es decir, llegó por default.
Hasta hace poco parecía inamovible, sin embargo, a estas alturas, si hay alguien que lo pone nervioso es el recién nombrado magistrado Ramón Guzmán Benavente, que posiblemente sea la mano que mece la cuna en este movimiento contra él, ya que también es difícil pensar que alguien comience una guerra sin un respaldo de peso.
Guzmán Benavente es cercano a Rosas Aispuro, ha sido litigante, tiene buena relación con el gremio y conoce a cabalidad el funcionamiento jurisdiccional, por lo que no parece descabellado que sea el próximo en ocupar el cargo que ejerce Esteban Calderón Rosas.
Estaremos al pendiente del desenlace de esta situación, ojalá quepa la prudencia en el actual magistrado presidente, y de manera voluntaria, de paso de costado, total, ya tiene un buen ahorro con su exorbitante salario.
EN EL TINTERO… Movimiento Auténtico Social (MAS), será el nombre del partido político que controlará Pedro Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM). En Durango, el dirigente de esta confederación, Cristián Salazar, deberá de tener cuidado con los arribistas, pues hay varios náufragos que anhelan regresar al escenario político…
@raulgonzalezr