Desde hace tiempo se ha señalado que los políticos enfrentan la peor crisis de credibilidad en la historia. La sociedad no confía en quienes participan en la política. Hay un desencanto generalizado que va in crescendo y en el que los propios actores políticos parece que hacen todo lo posible para no conectar con los ciudadanos.
En previas colaboraciones se habló sobre la importancia que tendría el adaptarse a los tiempos que vivimos en la actualidad. La vieja forma de hacer campañas tuvo que haber dado un giro de 180 grados pues las condiciones sanitarias y el sentido común así lo dictaban. En el caso de Durango, nos encontramos dentro de los 10 estados que han tenido un claro repunte de casos positivos a SARS-COV-2, por lo que los especialistas prevén que en pocos días entraremos en una oleada que puede ser más compleja que las anteriores, pero esto, a pocos políticos les importa lo que habla de la nula empatía y poca preocupación por la sociedad.
Fueron contados los que arrancaron sus campañas con poca afluencia de personas. Un caso resultó muy particular, pues bajo la premisa de dar muestra de “músculo político”, Hugo Rosales Badillo optó por iniciar su campaña con alrededor de tres mil asistentes, lo que resulta no irresponsable, sino como una actitud de franco desacato a las autoridades mundiales en el área de salud, una muestra de querer obtener el poder a costa de lo que sea, aunque se trate de la salud de los duranguenses.
Los demás, en particular los candidatos a diputados locales, tuvieron en sus eventos de arranque una asistencia de al menos 100 personas. Cabe destacar que la mayoría trató de respetar, en parte, los protocolos sanitarios. Un arranque que marcó la agenda por su innovación al utilizar una estrategia digital fue el de Alejandro Mojica, que aspira a ser legislador representando al primer distrito y dio inicio a su campaña a través de la popular aplicación zoom, enlazándose con alrededor de dos mil personas de manera simultanea, empleando para esto 180 puntos de reunión con 11 personas por cada uno en promedio.
Otro evento que llamó la atención fue el del joven empresario Danielo Hernández, en el que tuvo una asistencia de alrededor de 200 personas, aunque por el formato planeado, dio la impresión de que eran muchos más. Cabe destacar que tuvo el respaldo de un nutrido grupo de trabajadores de la salud, a quienes apoyó en el traslado a sus centros de trabajo cuando la pandemia se encontraba en su punto máximo y que, en ese momento, llegaron a ser víctimas de agresiones.
Fuera de estos casos, fue poco el impacto generado por la nula imaginación e innovación. Incluso, hay personajes que han caído en lo ridículo, otros, en lo grotesco, situaciones que son material para futuras colaboraciones con la finalidad de analizar la estética de lo grotesco.
EN EL TINTERO… Gina Campuzano denunció a una tuitera (@soymaestra) por retomar una publicación de otra cuenta y subirlo a la propia. Le salió el tiro por la culata. No calculó que muchos nos uniríamos en apoyo a la conocida tuitera. Es extraño que, con la larga trayectoria de Gina, la piel se le haya adelgazado…
@raulgonzalezr