¿Imposición o falta de diálogo? ¿Toño Ochoa se debe olvidar de la obra de la calle Pasteur?
El hecho de que la mayoría de los comerciantes del mercado Gómez Palacio y cercanos al primer cuadro de la ciudad consideren la obra peatonal de la calle Pasteur y la semipeatonalización de la Privada Parque Nuevo como una imposición sugiere que no fueron adecuadamente consultados o que sus preocupaciones no fueron tomadas en cuenta por parte del ayuntamiento de la capital.
No perdamos de vista que la negociación y la comunicación son aspectos relevantes en estos casos. Es posible que el alcalde Toño Ochoa Rodríguez y la dirección de obras hayan subestimado la importancia de involucrar a los comerciantes desde el inicio del proyecto. La falta de "colmillo" para negociar podría reflejar una carencia de estrategias efectivas para asegurar que todas las partes interesadas se sientan escuchadas y valoradas.
Dicen los que saben que una buena práctica en este tipo de proyectos es organizar reuniones con los comerciantes para darles a conocer el proyecto de cualquier obra, escuchar sus preocupaciones y buscar soluciones colaborativas que minimicen el impacto negativo sobre sus negocios. ¿Acaso el municipio no visualizó de manera previa la postura de los comerciantes?
Hay que recordar que en toda gestión pública, y en especial municipal, es importante priorizar los proyectos que tendrán un impacto significativo y duradero en la comunidad. Si el Hospital del Niño 460 y el Parque Lineal son obras que dejarán una huella positiva y memorable en la administración de Toño Ochoa, puede ser prudente centrar los recursos y esfuerzos en ellas.
En este contexto, dejar de lado la obra peatonal en la calle Pasteur podría ser una decisión acertada, especialmente si no cuenta con el apoyo de los comerciantes locales y podría generar más controversia que beneficios. Focalizarse en proyectos con un consenso más amplio, como es el caso de los que se consolidan a través del Presupuesto Participativo y que tienen un impacto mayor en la calidad de vida de los ciudadanos, podría fortalecer la gestión y el legado de Toño Ochoa; así como sus aspiraciones para reelegirse como alcalde de la capital.
Es probable que los dueños de los locales y sus arrendatarios tengan perspectivas diferentes respecto a la obra peatonal en la calle Pasteur. Los propietarios pueden estar más interesados en el valor a largo plazo de sus propiedades y cómo las mejoras urbanas podrían incrementar dicho valor. En cambio, los comerciantes que rentan los espacios suelen estar más preocupados por el impacto inmediato en sus negocios, como la posible disminución de clientela y las dificultades operativas durante la construcción.
Además, no se puede descartar que existan otros intereses de líderes locales que puedan estar obstaculizando el proyecto. Estos intereses podrían estar motivados por razones políticas, económicas o personales que no siempre son evidentes para la sociedad en general.
Por lo tanto, es importante que la administración municipal considere todas las perspectivas y busque un equilibrio. Un enfoque inclusivo que integre las preocupaciones y sugerencias de todas las partes puede ayudar a encontrar soluciones que beneficien a todos. En este caso, tal vez Toño se deba olvidar de la obra peatonal.