/ sábado 6 de junio de 2020

¿Algún día andaremos en busca de la salud y las vidas perdidas?

¿Qué es más importante en este momento para el país: la salud o la economía? Hasta por eso, la sociedad mexicana está polarizada. Por ejemplo, Ricardo Salinas Pliego quiere llevarnos al zócalo de la CdMx para gritar: ¡que nadie se quede en casa! En cambio, Hugo López Gatell se está cansando de decirnos todas las tardes: “quédate en casa”. Lo cierto es que cada día, el Covid-19 nos está metiendo en problemas de los que nos sabemos si saldremos algún día. Mientras no tengamos una vacuna para el virus pagaremos con nuestras vidas, volver a ser, con todos sus problemas, el país que ayer fuimos.

El regreso a la supuesta nueva normalidad a la que algunos llaman “la nueva realidad” es un riesgo de pronóstico reservado. ¿Por qué? En primer lugar, no hay certeza de que respeten los protocolos las empresas por el semáforo rojo y, en consecuencia, aumenten los contagios. De acuerdo a las autoridades facultadas para vigilar dichos protocolos, se han clausurado tiendas departamentales y un banco español. Se ha dado a conocer que en un famoso centro comercial que se encuentra en la avenida Felipe Pescador, no están respetando las indicaciones de las autoridades de Salud. Si seguimos así, será imposible recuperar la salud y la economía del país.

Otro problema que se puede salir de las manos es el de algunas entidades federativas. Y no precisamente por el tema de salud, también por el asunto político que significa el 2021, y ya encarrerado el gato, 2022 y 2024. Esto nadie puede negarlo, la pandemia no impide que los partidos políticos estén pensando en conservar o regresar al poder. Esto sería como echarle gasolina al fuego. Otro tema que no podemos pasar por alto es la famosa "bolita” que se echan los tres órdenes de gobierno. Por un lado, el decreto del mes de marzo les da facultades a los gobernadores como autoridades sanitarias. En la práctica, no es sencillo llevarlo a cabo por muchas razones. Ejemplo: portar cubrebocas, lo cual nos parece necesario y correcto.

Los gobernadores se quejan que el gobierno federal pretende endosarles el problema de salud y económico derivado del Covid-19. Aquí se trata, como dijo Juan Rulfo: “nos salvamos todos, o nos ahogamos solos”. El presupuesto que se les asignó a los estados, por supuesto que no estuvieron contemplados los recursos para enfrentar la pesadilla que estamos viviendo. De acuerdo a los gobernadores, están enfrentando la contingencia con recursos ordinarios y no extraordinarios como debería ser. Pero no sólo los tres órdenes de gobierno tienen responsabilidad. La sociedad, nos guste o no, somos igual o más responsables de que esto se convierta en una tragedia. El contagio se da de una persona a otra, y así se multiplica como está sucediendo. Que nos quede claro: no hay gobierno o político por poderoso que sea, que nos salve de miles de contagios y miles de vidas en juego. El sistema de salud de un momento a otro se puede colapsar y si eso llegara a suceder, habrá que irnos olvidando del 2021, 2022 y 2024. Sin salud no habrá elecciones. ¿O las harán con la sana distancia?

Los gobernadores se quejan que el gobierno federal pretende endosarles el problema de salud y económico derivado del Covid-19. Aquí se trata, como dijo Juan Rulfo: “nos salvamos todos, o nos ahogamos solos”.

¿Qué es más importante en este momento para el país: la salud o la economía? Hasta por eso, la sociedad mexicana está polarizada. Por ejemplo, Ricardo Salinas Pliego quiere llevarnos al zócalo de la CdMx para gritar: ¡que nadie se quede en casa! En cambio, Hugo López Gatell se está cansando de decirnos todas las tardes: “quédate en casa”. Lo cierto es que cada día, el Covid-19 nos está metiendo en problemas de los que nos sabemos si saldremos algún día. Mientras no tengamos una vacuna para el virus pagaremos con nuestras vidas, volver a ser, con todos sus problemas, el país que ayer fuimos.

El regreso a la supuesta nueva normalidad a la que algunos llaman “la nueva realidad” es un riesgo de pronóstico reservado. ¿Por qué? En primer lugar, no hay certeza de que respeten los protocolos las empresas por el semáforo rojo y, en consecuencia, aumenten los contagios. De acuerdo a las autoridades facultadas para vigilar dichos protocolos, se han clausurado tiendas departamentales y un banco español. Se ha dado a conocer que en un famoso centro comercial que se encuentra en la avenida Felipe Pescador, no están respetando las indicaciones de las autoridades de Salud. Si seguimos así, será imposible recuperar la salud y la economía del país.

Otro problema que se puede salir de las manos es el de algunas entidades federativas. Y no precisamente por el tema de salud, también por el asunto político que significa el 2021, y ya encarrerado el gato, 2022 y 2024. Esto nadie puede negarlo, la pandemia no impide que los partidos políticos estén pensando en conservar o regresar al poder. Esto sería como echarle gasolina al fuego. Otro tema que no podemos pasar por alto es la famosa "bolita” que se echan los tres órdenes de gobierno. Por un lado, el decreto del mes de marzo les da facultades a los gobernadores como autoridades sanitarias. En la práctica, no es sencillo llevarlo a cabo por muchas razones. Ejemplo: portar cubrebocas, lo cual nos parece necesario y correcto.

Los gobernadores se quejan que el gobierno federal pretende endosarles el problema de salud y económico derivado del Covid-19. Aquí se trata, como dijo Juan Rulfo: “nos salvamos todos, o nos ahogamos solos”. El presupuesto que se les asignó a los estados, por supuesto que no estuvieron contemplados los recursos para enfrentar la pesadilla que estamos viviendo. De acuerdo a los gobernadores, están enfrentando la contingencia con recursos ordinarios y no extraordinarios como debería ser. Pero no sólo los tres órdenes de gobierno tienen responsabilidad. La sociedad, nos guste o no, somos igual o más responsables de que esto se convierta en una tragedia. El contagio se da de una persona a otra, y así se multiplica como está sucediendo. Que nos quede claro: no hay gobierno o político por poderoso que sea, que nos salve de miles de contagios y miles de vidas en juego. El sistema de salud de un momento a otro se puede colapsar y si eso llegara a suceder, habrá que irnos olvidando del 2021, 2022 y 2024. Sin salud no habrá elecciones. ¿O las harán con la sana distancia?

Los gobernadores se quejan que el gobierno federal pretende endosarles el problema de salud y económico derivado del Covid-19. Aquí se trata, como dijo Juan Rulfo: “nos salvamos todos, o nos ahogamos solos”.