/ miércoles 20 de noviembre de 2019

Alia Lorena, creadora del Instituto Universitario Anglo Español de Durango

Alia Lorena Ibarra Ávalos, la durangueña nacida en Monterrey, escribió el libro que lleva como título, “Y… mi Testimonio”, con su historia de vida personal, familiar y profesional. Su contenido, la narrativa de su trabajo y alianzas para crear y desarrollar una institución que ofrece en Durango a niños y jóvenes todos los niveles de la pirámide educativa.

El Instituto Universitario Anglo Español (IUAE), configurado como escuela particular, brinda el servicio público de la educación como empresa socialmente responsable y el compromiso ético y profesional de su comunidad académica de garantizar educación de calidad.

En el libro -“Memoria de Lorena”- nos precisa que esta institución es una obra cardinal producto del esfuerzo permanente (e inteligente) de tres décadas de educadora y empresaria, campos en los que también se ha distinguido como líder de organizaciones de la sociedad civil duranguense, con presencia en el ámbito nacional, lo que la convierte en una de las durangueñas que figurarán en la historia del siglo XXI por sus aportaciones al desarrollo de nuestro Estado.

El libro será presentado hoy jueves 21 de diciembre en el Museo Francisco Villa, por la maestra Carolina Flores Zertuche y el licenciado Ángel Emmanuel Meraz Hernández. A mí me distinguió encomendándome el Prólogo. Y porque conozco su trayectoria, en los campos educativo y de liderazgo, atendí con gusto su generosa invitación. Tarea que realicé a partir de que mi esposa y yo leímos las 105 páginas de un texto revelador de su biografía-memoria personal, que en gran parte conocemos por la relación que a fines de los 70 establecimos con la familia que formaron el ingeniero Héctor Arreola Soria y Lorena en la Ciudad de México. En 1976-1980 nos reunió la Dirección General de Institutos Tecnológicos de la SEP, Nexo que continuamos en el sexenio de Maximiliano Silerio Esparza en que se me encomendó la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SECyD), Nexo que sigue vigente.

Y no paso por alto que tratamos a Héctor y a Lorena también en términos familiares en la Ciudad de México, donde ella empezó como docente en el Colegio Anglo Americano de Coyoacán (mis hijas Laura Judith y Marcia la recuerdan porque en su infancia tomaron clases de pintura al óleo con “Miss Lorena”).

Al respecto adelanto que caminamos de la mano en tramos relevantes de nuestra vida profesional y en el marco de la durangueñeidad activa. Por todo ello al escribir esta semblanza biográfica de Alia Lorena Ibarra Ávalos, en mucho será testimonial.

Por toda esa cercanía, mi narrativa biográfica es en mucho, -repito- testimonial; pero por otro lado por la dimensión de su obra y liderazgo la inscribo entre las semblanzas de los personajes ilustres de Durango, que desde 1988 ha venido rescatando y difundiendo mis columnas publicadas en El Sol de Durango que han llevado por título “Hombres y Mujeres de Durango”, y “Durango sus Hombres, sus Mujeres “. Éstas tuvieron génesis un libro de los 10, de la serie Guadiana, publicado en 1978, con el título “30 Hombres Ilustres de Durango”, con duranguenses que ya figuraban en la historia nacional. (Todos ellos ya habían pagado su tributo a la tierra). Entre éstos sólo figuraba una mujer, la contralto de fama mundial, Fanny Anitúa. En el siguiente ejercicio en 1996, en la versión inicial de lo que sería mi libro “Durangueñeidad, El Orgullo de lo Nuestro”, de las 44 semblanzas biográficas ya había cinco mujeres y once personajes activos y actuarios en la historia, la cultura, la política y la tecnología de nuestro país, al lado de los que habían alcanzado ya el perfil heroico en los 200 años de historia nacional.

La escuela Normal del Estado le otorgó el título de Maestra de Educación Primaria que encauzó su trayectoria profesional y empresarial desde 1976. Su plataforma inicial fue la docencia y la dirección del prestigiado Colegio Anglo Español de Durango que inició en una casa rentada del centro histórico.

Mi primera tentación al empezar la lectura del libro “Y mi Testimonio” fue, focalizar mis comentarios en el perfil del liderazgo de Lorena, en el campo de las organizaciones de la sociedad civil; en su andar como creadora de instituciones educativas y como exitosa formadora de una empresa familiar. En este contexto apunto que, sin renunciar a sus proyectos, desde 2019 lega a sus hijos el compromiso de los siguientes 30 años del Instituto Universitario Anglo Español (IUNAES).

Aunque conozco sus incursiones en la política que conduce a posiciones en el gobierno, subrayo su liderazgo en organizaciones empresariales. En su trayectoria está el registro, que Lorena ha sido: Presidenta de la Asociación de Egresados de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, presidenta de la Asociación Duranguense de Escuelas Particulares (ADEPAC), presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres y Jefas de Empresa (AMMJE), capítulo Durango (2006-2008), presidenta nacional de AMMJE (2011-2013), y en el ámbito internacional Comisionada Mundial por América Latina de Femmes Chefs D´entreprises du munde (FCEM).

Pero Lorena también incursionó en la política partidista. En dos momentos tuvo una fuerte participación. En 2007 formó parte del equipo del Ayuntamiento que encabezó el ingeniero Jorge Herrera Delgado, como suplente del presidente municipal. Recientemente, en 2018, fue parte de la fórmula de candidatos al Senado de la República con la licenciada Rocío Rebollo.

Esta brevísima semblanza da continuidad a mi intención de poner el acento en 2019, en la recuperación y reconocimiento de las mujeres que son el orgullo de lo nuestro. Empecé con la maestra Elia María Morelos Favela, creadora de Korián Arte y Kícham, seguí con la historiadora y periodista doctora Rosa María Valles Ruíz, autora del libro “Hermila Galindo, Sol de la Libertad” y también con la semblanza biográfica de la ingeniera Isela Flores Montenegro, primera directora del Instituto Tecnológico de Durango.

Alia Lorena Ibarra Ávalos, la durangueña nacida en Monterrey, escribió el libro que lleva como título, “Y… mi Testimonio”, con su historia de vida personal, familiar y profesional. Su contenido, la narrativa de su trabajo y alianzas para crear y desarrollar una institución que ofrece en Durango a niños y jóvenes todos los niveles de la pirámide educativa.

El Instituto Universitario Anglo Español (IUAE), configurado como escuela particular, brinda el servicio público de la educación como empresa socialmente responsable y el compromiso ético y profesional de su comunidad académica de garantizar educación de calidad.

En el libro -“Memoria de Lorena”- nos precisa que esta institución es una obra cardinal producto del esfuerzo permanente (e inteligente) de tres décadas de educadora y empresaria, campos en los que también se ha distinguido como líder de organizaciones de la sociedad civil duranguense, con presencia en el ámbito nacional, lo que la convierte en una de las durangueñas que figurarán en la historia del siglo XXI por sus aportaciones al desarrollo de nuestro Estado.

El libro será presentado hoy jueves 21 de diciembre en el Museo Francisco Villa, por la maestra Carolina Flores Zertuche y el licenciado Ángel Emmanuel Meraz Hernández. A mí me distinguió encomendándome el Prólogo. Y porque conozco su trayectoria, en los campos educativo y de liderazgo, atendí con gusto su generosa invitación. Tarea que realicé a partir de que mi esposa y yo leímos las 105 páginas de un texto revelador de su biografía-memoria personal, que en gran parte conocemos por la relación que a fines de los 70 establecimos con la familia que formaron el ingeniero Héctor Arreola Soria y Lorena en la Ciudad de México. En 1976-1980 nos reunió la Dirección General de Institutos Tecnológicos de la SEP, Nexo que continuamos en el sexenio de Maximiliano Silerio Esparza en que se me encomendó la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SECyD), Nexo que sigue vigente.

Y no paso por alto que tratamos a Héctor y a Lorena también en términos familiares en la Ciudad de México, donde ella empezó como docente en el Colegio Anglo Americano de Coyoacán (mis hijas Laura Judith y Marcia la recuerdan porque en su infancia tomaron clases de pintura al óleo con “Miss Lorena”).

Al respecto adelanto que caminamos de la mano en tramos relevantes de nuestra vida profesional y en el marco de la durangueñeidad activa. Por todo ello al escribir esta semblanza biográfica de Alia Lorena Ibarra Ávalos, en mucho será testimonial.

Por toda esa cercanía, mi narrativa biográfica es en mucho, -repito- testimonial; pero por otro lado por la dimensión de su obra y liderazgo la inscribo entre las semblanzas de los personajes ilustres de Durango, que desde 1988 ha venido rescatando y difundiendo mis columnas publicadas en El Sol de Durango que han llevado por título “Hombres y Mujeres de Durango”, y “Durango sus Hombres, sus Mujeres “. Éstas tuvieron génesis un libro de los 10, de la serie Guadiana, publicado en 1978, con el título “30 Hombres Ilustres de Durango”, con duranguenses que ya figuraban en la historia nacional. (Todos ellos ya habían pagado su tributo a la tierra). Entre éstos sólo figuraba una mujer, la contralto de fama mundial, Fanny Anitúa. En el siguiente ejercicio en 1996, en la versión inicial de lo que sería mi libro “Durangueñeidad, El Orgullo de lo Nuestro”, de las 44 semblanzas biográficas ya había cinco mujeres y once personajes activos y actuarios en la historia, la cultura, la política y la tecnología de nuestro país, al lado de los que habían alcanzado ya el perfil heroico en los 200 años de historia nacional.

La escuela Normal del Estado le otorgó el título de Maestra de Educación Primaria que encauzó su trayectoria profesional y empresarial desde 1976. Su plataforma inicial fue la docencia y la dirección del prestigiado Colegio Anglo Español de Durango que inició en una casa rentada del centro histórico.

Mi primera tentación al empezar la lectura del libro “Y mi Testimonio” fue, focalizar mis comentarios en el perfil del liderazgo de Lorena, en el campo de las organizaciones de la sociedad civil; en su andar como creadora de instituciones educativas y como exitosa formadora de una empresa familiar. En este contexto apunto que, sin renunciar a sus proyectos, desde 2019 lega a sus hijos el compromiso de los siguientes 30 años del Instituto Universitario Anglo Español (IUNAES).

Aunque conozco sus incursiones en la política que conduce a posiciones en el gobierno, subrayo su liderazgo en organizaciones empresariales. En su trayectoria está el registro, que Lorena ha sido: Presidenta de la Asociación de Egresados de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, presidenta de la Asociación Duranguense de Escuelas Particulares (ADEPAC), presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres y Jefas de Empresa (AMMJE), capítulo Durango (2006-2008), presidenta nacional de AMMJE (2011-2013), y en el ámbito internacional Comisionada Mundial por América Latina de Femmes Chefs D´entreprises du munde (FCEM).

Pero Lorena también incursionó en la política partidista. En dos momentos tuvo una fuerte participación. En 2007 formó parte del equipo del Ayuntamiento que encabezó el ingeniero Jorge Herrera Delgado, como suplente del presidente municipal. Recientemente, en 2018, fue parte de la fórmula de candidatos al Senado de la República con la licenciada Rocío Rebollo.

Esta brevísima semblanza da continuidad a mi intención de poner el acento en 2019, en la recuperación y reconocimiento de las mujeres que son el orgullo de lo nuestro. Empecé con la maestra Elia María Morelos Favela, creadora de Korián Arte y Kícham, seguí con la historiadora y periodista doctora Rosa María Valles Ruíz, autora del libro “Hermila Galindo, Sol de la Libertad” y también con la semblanza biográfica de la ingeniera Isela Flores Montenegro, primera directora del Instituto Tecnológico de Durango.