/ jueves 31 de octubre de 2019

AMLO se fue del PRI y del PRD ¿Por qué no de Morena?

A nadie debe sorprender lo que hizo, lo que hace y lo que hará, mientras Andrés Manuel López Obrador sea presidente de la Republica. Muchos siguen pensando que AMLO es un hombre de izquierda, en un sentido estricto nunca lo ha sido, y si bien, simpatiza con la izquierda liberal, no así, con la izquierda partidista y electoral.

No olvidar que cuando proponía el cambio de régimen no era por la vía armada, al contrario, siempre habló de la vía pacífica, sin violencia y en las urnas. Al tabasqueño no se le puede acusar de que prometió el cambio, para que no cambiara nada. La verdad estamos viendo cosas que jamás pensamos. Los cambios cuestan y estamos pagando el precio por ello.

¿Por qué López Obrador no es un presidente del montón? Esto no se puede decir en una columna, sin embargo, como dice el refrán: “Una oración vale más que mil palabras”. En otros tiempos, para estas fechas el presidente en turno ya tenía su “delfín” y los hombres más cercanos al él trabajaban pensando en ser su sucesor. Sería frívolo imaginar que el presidente no esté pensando quien podría seguir con la 4T. Hasta hoy, no vemos señales en ese sentido.

Se dice que López Obrador está preparando su reelección con la “Ley Bonilla” si esto es pasión, que se nos borre. Bonilla será gobernador por dos años, y no cinco años como pretende. Desde ahorita podemos adelantar, la Suprema Corte de Justicia de la Nación pondrá orden. La revocación de mandato no es otro ensayo para la reelección presidencial tal vez, usted no lo crea, pero López Obrador no se va a reelegir.

En México siempre ha habido formas de reelegirse, recuerde a Plutarco Elías Calles. Los llamados “chapulines” desde hace tiempo ya lo hacen para eso son los partidos políticos. Hay otra cosa que hace diferente a AMLO de otros presidentes de la Republica: No le interesa el poder, no se ha hecho rico con los impuestos de los mexicanos. No vemos ejercer el poder al presidente controlando a los gobernadores de los estados, al Congreso de la Unión o al Poder Judicial.

Un ejemplo de ello, es la iniciativa donde se establece que el presidente, ya no mandará ternas para nombrar a ministros de la corte. Cuando López Obrador habla de seguir el ejemplo de Cristo para ayudar a los pobres, no es que se crea ,“el seminarista de los ojos negros” se inspira en los ideólogos de la Social Democracia Cristiana Alemana cuyo representante más importante es Max Weber y sus principios filosóficos, están en contra de las políticas neoliberales y a favor de los pobres, como dijo el clásico: “No se hagan bolas” López Obrador se propuso ser presidente de la Republica, lo intentó tres veces y “ haiga como haiga sido lo logró”.

Está intentando cambiar el país, habrá que esperar un tiempo para saber qué pudo cambiar. López Obrador se fue del PRI y del PRD. En el tricolor nunca encontró sus espacios como luchador social y en el PRD, intentó ser presidente. Gracias a él este partido creció y lo convirtió en la segunda fuerza del país, pero como “Judas”, lo traicionaron. Si la militancia de Morena no logra en poco tiempo enderezar el barco les dirá: “Adiós muchachos compañeros de mi vida” y como dijo un político duranguense: “Tenlo por seguro”.

A nadie debe sorprender lo que hizo, lo que hace y lo que hará, mientras Andrés Manuel López Obrador sea presidente de la Republica. Muchos siguen pensando que AMLO es un hombre de izquierda, en un sentido estricto nunca lo ha sido, y si bien, simpatiza con la izquierda liberal, no así, con la izquierda partidista y electoral.

No olvidar que cuando proponía el cambio de régimen no era por la vía armada, al contrario, siempre habló de la vía pacífica, sin violencia y en las urnas. Al tabasqueño no se le puede acusar de que prometió el cambio, para que no cambiara nada. La verdad estamos viendo cosas que jamás pensamos. Los cambios cuestan y estamos pagando el precio por ello.

¿Por qué López Obrador no es un presidente del montón? Esto no se puede decir en una columna, sin embargo, como dice el refrán: “Una oración vale más que mil palabras”. En otros tiempos, para estas fechas el presidente en turno ya tenía su “delfín” y los hombres más cercanos al él trabajaban pensando en ser su sucesor. Sería frívolo imaginar que el presidente no esté pensando quien podría seguir con la 4T. Hasta hoy, no vemos señales en ese sentido.

Se dice que López Obrador está preparando su reelección con la “Ley Bonilla” si esto es pasión, que se nos borre. Bonilla será gobernador por dos años, y no cinco años como pretende. Desde ahorita podemos adelantar, la Suprema Corte de Justicia de la Nación pondrá orden. La revocación de mandato no es otro ensayo para la reelección presidencial tal vez, usted no lo crea, pero López Obrador no se va a reelegir.

En México siempre ha habido formas de reelegirse, recuerde a Plutarco Elías Calles. Los llamados “chapulines” desde hace tiempo ya lo hacen para eso son los partidos políticos. Hay otra cosa que hace diferente a AMLO de otros presidentes de la Republica: No le interesa el poder, no se ha hecho rico con los impuestos de los mexicanos. No vemos ejercer el poder al presidente controlando a los gobernadores de los estados, al Congreso de la Unión o al Poder Judicial.

Un ejemplo de ello, es la iniciativa donde se establece que el presidente, ya no mandará ternas para nombrar a ministros de la corte. Cuando López Obrador habla de seguir el ejemplo de Cristo para ayudar a los pobres, no es que se crea ,“el seminarista de los ojos negros” se inspira en los ideólogos de la Social Democracia Cristiana Alemana cuyo representante más importante es Max Weber y sus principios filosóficos, están en contra de las políticas neoliberales y a favor de los pobres, como dijo el clásico: “No se hagan bolas” López Obrador se propuso ser presidente de la Republica, lo intentó tres veces y “ haiga como haiga sido lo logró”.

Está intentando cambiar el país, habrá que esperar un tiempo para saber qué pudo cambiar. López Obrador se fue del PRI y del PRD. En el tricolor nunca encontró sus espacios como luchador social y en el PRD, intentó ser presidente. Gracias a él este partido creció y lo convirtió en la segunda fuerza del país, pero como “Judas”, lo traicionaron. Si la militancia de Morena no logra en poco tiempo enderezar el barco les dirá: “Adiós muchachos compañeros de mi vida” y como dijo un político duranguense: “Tenlo por seguro”.