/ martes 13 de octubre de 2020

AMLO y su presidencialismo boyante

López Obrador utiliza el poder presidencial creado por gobiernos que se decían herederos de la revolución.

Una presidencia con muchas facultades por ley y de facto que la 4T, aparte de la cancelación del juicio de procedencia o no fuero a funcionarios electos o designados aumenta esa presidencia fuerte. No es solo burocrática, también la alimentan autoritarismos de empresarios, clero político, sindicalismo etc. Una muestra la dio el oligopolio al enviar a los representantes de empresarios a firmar el acuerdo para elevar ellos, su cuota en las pensiones para el retiro. Y compungidos, días antes críticos de palacio, fueron y firmaron.

Corrobora al presidencialismo que el poder público en México dura seis años. López Obrador meses antes de su elección no estaba seguro de ganar aún con el supuesto acuerdo con Peña Nieto el año anterior, en que no les protestó la compra de la elección en el Estado de México. El grupo de Atlacomulco aseguró esa gubernatura, nido de la corrupción del grupo de Estado de México, tal lo definió Santiago Nieto.

López Obrador aceptó el apoyo de personajes de toda ralea, su popularidad hizo ganar a gobernadores y legisladores incompetentes. La Mañanera, y las directrices cerradas al gabinete obedecen a que en los hechos él solo ganó, posible origen de su personalísimo mando. Centrar la información es muestra de su personalidad y arraigo popular.

Dice Lorenzo Meyer, “que en política no conviene ser pesimista, pero tampoco ingenuo”. Gilberto Lozano, dirigente de FRENAA, es administrador de empresas, en política es ingenuo y demagogo. La concentración en el Zócalo con discreción y efectividad, asoma movilidad y organización. La acción es un error, desgasta entusiasmo y convicción, aunque el presidente fijó el tema, su renuncia no conviene a nadie.

Hablar de comunismo y socialismo es ignorar la creciente conciencia pública y no ver la evolución política que avanza entre pesimismos viscerales de derecha y el optimismo de porras y gritos de seguidores de López Obrador. Meter a la Guadalupana, y el “comunismo no cristianismo sí”, es ignorante y usurpador porque no es cristianismo, es catolicismo fanático.

Al presidente le crece la animadversión en la clase media. La clase media son pequeños burgueses, profesionistas, comerciantes, intelectuales. Compran prestigio, legítimamente quieren escalar a la burguesía. Clase transitoria que constituye un ejército de reserva intelectual del sistema capitalista, como los desocupados son el ejercito de bronce que ayuda a mantener el salario bajo por la demanda de empleo. Ya no se dan cambios por el pueblo, la clase media en los últimos 50 años ha impulsado o bloqueado cualquier cambio social, agrupa a la inteligencia de la sociedad en términos generales.

López Obrador se ocupa con el Ejército, la Casa Blanca, los magnates nacionales y sus programas asistenciales. Desdeña a clases medias, los desafía a que se le opongan. La masa popular si no es educada en el trabajo -no hay mayor solidaridad que la capacitación- será volátil en la operación política.

AMLO no condujo a Morena -parece que él cree bastarse solo- y partidarios de izquierda intelectual empiezan a criticarlo. ¿Si el asistencialismo no genera conciencia en los pobres, le bastaría al presidente el Ejército, la élite económica y la Casa Blanca para superar la amenaza económica, la pandemia, la corrupción y el narcotráfico?

López Obrador utiliza el poder presidencial creado por gobiernos que se decían herederos de la revolución.

Una presidencia con muchas facultades por ley y de facto que la 4T, aparte de la cancelación del juicio de procedencia o no fuero a funcionarios electos o designados aumenta esa presidencia fuerte. No es solo burocrática, también la alimentan autoritarismos de empresarios, clero político, sindicalismo etc. Una muestra la dio el oligopolio al enviar a los representantes de empresarios a firmar el acuerdo para elevar ellos, su cuota en las pensiones para el retiro. Y compungidos, días antes críticos de palacio, fueron y firmaron.

Corrobora al presidencialismo que el poder público en México dura seis años. López Obrador meses antes de su elección no estaba seguro de ganar aún con el supuesto acuerdo con Peña Nieto el año anterior, en que no les protestó la compra de la elección en el Estado de México. El grupo de Atlacomulco aseguró esa gubernatura, nido de la corrupción del grupo de Estado de México, tal lo definió Santiago Nieto.

López Obrador aceptó el apoyo de personajes de toda ralea, su popularidad hizo ganar a gobernadores y legisladores incompetentes. La Mañanera, y las directrices cerradas al gabinete obedecen a que en los hechos él solo ganó, posible origen de su personalísimo mando. Centrar la información es muestra de su personalidad y arraigo popular.

Dice Lorenzo Meyer, “que en política no conviene ser pesimista, pero tampoco ingenuo”. Gilberto Lozano, dirigente de FRENAA, es administrador de empresas, en política es ingenuo y demagogo. La concentración en el Zócalo con discreción y efectividad, asoma movilidad y organización. La acción es un error, desgasta entusiasmo y convicción, aunque el presidente fijó el tema, su renuncia no conviene a nadie.

Hablar de comunismo y socialismo es ignorar la creciente conciencia pública y no ver la evolución política que avanza entre pesimismos viscerales de derecha y el optimismo de porras y gritos de seguidores de López Obrador. Meter a la Guadalupana, y el “comunismo no cristianismo sí”, es ignorante y usurpador porque no es cristianismo, es catolicismo fanático.

Al presidente le crece la animadversión en la clase media. La clase media son pequeños burgueses, profesionistas, comerciantes, intelectuales. Compran prestigio, legítimamente quieren escalar a la burguesía. Clase transitoria que constituye un ejército de reserva intelectual del sistema capitalista, como los desocupados son el ejercito de bronce que ayuda a mantener el salario bajo por la demanda de empleo. Ya no se dan cambios por el pueblo, la clase media en los últimos 50 años ha impulsado o bloqueado cualquier cambio social, agrupa a la inteligencia de la sociedad en términos generales.

López Obrador se ocupa con el Ejército, la Casa Blanca, los magnates nacionales y sus programas asistenciales. Desdeña a clases medias, los desafía a que se le opongan. La masa popular si no es educada en el trabajo -no hay mayor solidaridad que la capacitación- será volátil en la operación política.

AMLO no condujo a Morena -parece que él cree bastarse solo- y partidarios de izquierda intelectual empiezan a criticarlo. ¿Si el asistencialismo no genera conciencia en los pobres, le bastaría al presidente el Ejército, la élite económica y la Casa Blanca para superar la amenaza económica, la pandemia, la corrupción y el narcotráfico?

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 14 de noviembre de 2023

Percepción Ciudadana

¿Quién al mando?

Leobaldo García Orrante

martes 31 de octubre de 2023

Percepción Ciudadana

Son raras las conciencias que se resisten a los huracanes.- Edgar Morin

Leobaldo García Orrante

martes 24 de octubre de 2023

Percepción Ciudadana

Cotidianidad y claroscuros, visibles y ocultos

Leobaldo García Orrante

martes 17 de octubre de 2023

Percepción Ciudadana

Conjetura y evidencias

Leobaldo García Orrante

martes 10 de octubre de 2023

Percepción Ciudadana

Condiciones disímbolas

Leobaldo García Orrante

martes 03 de octubre de 2023

Percepción Ciudadana

No hay noticia más vieja que la del periódico de ayer

Leobaldo García Orrante

martes 26 de septiembre de 2023

Percepción Ciudadana

La retórica de la dependencia

Leobaldo García Orrante

martes 19 de septiembre de 2023

Percepción Ciudadana

Campañas, campos definidos y deslindes

Leobaldo García Orrante

martes 05 de septiembre de 2023

Percepción Ciudadana

Ansiada espera Hay pequeñas mentiras, grandes mentiras, y las encuestas.- Mark Twain

Leobaldo García Orrante

martes 29 de agosto de 2023

Percepción Ciudadana

El verdadero Poder Ejecutivo en México es el poder de compras, de contratos, de concesiones.- Gabriel Zaid

Leobaldo García Orrante

Cargar Más