/ viernes 27 de agosto de 2021

Anaya: Muy lejos de ser presidente

“Haiga sido como haiga sido”, el ex presidente nacional del PAN y ex candidato presidencial Ricardo Anaya, está en serios problemas legales. Parafraseando a Porfirio Diaz: Tan lejos de ser candidato presidencial, y tan cerca de perder su libertad.

En México, ya se hizo costumbre de litigar en los medios. Los asuntos jurídicos, se vuelven políticos o viceversa. La crema y nata del PRI, PAN y de las cúpulas empresariales de nuestro país, hicieron todo para impedir que Andrés Manuel López Obrador se convirtiera en presidente de México.

Sabían de antemano, que tarde o temprano, acabarían confrontados con AMLO. Lo que hoy estamos viviendo no debe sorprendernos. Lo que está sucediendo es la crónica anunciada de que, en nuestro país, se acabaron los intocables de las cúpulas políticas y de los poderes fácticos.

Sabemos que Ricardo Anaya es licenciado en Derecho y mientras son peras o son manzanas, si se le acusa de algún supuesto delito, él debe de saber que goza de la presunción de la inocencia. El es inocente hasta que la parte acusadora demuestre lo contrario. Es posible que el día de ayer jueves, se haya presentado a la audiencia donde posiblemente será imputado y se le aplicarán las medidas cautelares que contemplan el derecho penal acusatorio.

Ricardo Anaya a sus años es un político experimentado. De las acusaciones que se le hacen está sacando raja política. Reta de manera frontal al presidente. Lo acusa directamente de quererlo ver privado de su libertad y cumpliendo una sentencia. Dice Ricardo Anaya: “Por tu culpa Andrés Manuel, me voy al exilio. Me obligas a irme de mi país”. Anaya ante la sociedad, quiere verse como un perseguido político. Se compara con José Revueltas, Demetrio Vallejo o Valentín Campa. Ellos sí fueron presos políticos, y no por querer ser presidentes de la República, si no por sus ideas políticas y opositores al régimen.

El neopanista quiere verse como una víctima del “autócrata” como define al presidente de la República. Ricardo piensa que retando a López Obrador, su partido lo hará candidato en 2024 y que, los mexicanos haremos otro “tsunami” para que el sea el próximo presidente de México.

¡Lástima Margarito! Parafraseando a Carlos Hank González: Político en desgracia, es un desgraciado político. Y si no, en su momento lo veremos. El PAN en el tema de Ricardo Anaya, no meterá las manos y nadará de muertito. Ni de chiste, las palomitas blancas vestidas de azul, lo harían candidato de la alianza con el PRI.

Hay una posibilidad de que Ricardo Anaya para esas fechas esté en el autoexilio o enfrentando un proceso privado de su libertad. Supongamos sin conceder que sea cierto: Si Anaya se libra de sus acusaciones, ni así será el candidato del PAN. Hay muchos tiradores y no se van a hacer a un lado para cederle al “Mandela” panista la candidatura de la alianza.

En Las Vegas, Nevada, ya se están haciendo las apuestas de cual será el desenlace. En el fondo Ricardo Anaya se está jugando todo su futuro político y su mejor defensa, es decir que el presidente de la República utiliza las instituciones del Estado, para sacarlo de la carrera presidencial en 2024.

Y hablando de mujeres y traiciones, de todos los aspirantes panistas, Ricardo Anaya es el que menos posibilidades tiene. Ser acusado de supuestos delitos es una cosa, y otra llamarse perseguido político. Tal vez Ricardo Anaya esté pensando en solicitar asilo político en Estados Unidos, con el argumento de que lo quieren poner preso no por un supuesto delito, sino por sus ideas.

El panista no está a la altura de los verdaderos presos políticos que sí han existido en México. Veremos en qué termina el asunto Anaya.

“Haiga sido como haiga sido”, el ex presidente nacional del PAN y ex candidato presidencial Ricardo Anaya, está en serios problemas legales. Parafraseando a Porfirio Diaz: Tan lejos de ser candidato presidencial, y tan cerca de perder su libertad.

En México, ya se hizo costumbre de litigar en los medios. Los asuntos jurídicos, se vuelven políticos o viceversa. La crema y nata del PRI, PAN y de las cúpulas empresariales de nuestro país, hicieron todo para impedir que Andrés Manuel López Obrador se convirtiera en presidente de México.

Sabían de antemano, que tarde o temprano, acabarían confrontados con AMLO. Lo que hoy estamos viviendo no debe sorprendernos. Lo que está sucediendo es la crónica anunciada de que, en nuestro país, se acabaron los intocables de las cúpulas políticas y de los poderes fácticos.

Sabemos que Ricardo Anaya es licenciado en Derecho y mientras son peras o son manzanas, si se le acusa de algún supuesto delito, él debe de saber que goza de la presunción de la inocencia. El es inocente hasta que la parte acusadora demuestre lo contrario. Es posible que el día de ayer jueves, se haya presentado a la audiencia donde posiblemente será imputado y se le aplicarán las medidas cautelares que contemplan el derecho penal acusatorio.

Ricardo Anaya a sus años es un político experimentado. De las acusaciones que se le hacen está sacando raja política. Reta de manera frontal al presidente. Lo acusa directamente de quererlo ver privado de su libertad y cumpliendo una sentencia. Dice Ricardo Anaya: “Por tu culpa Andrés Manuel, me voy al exilio. Me obligas a irme de mi país”. Anaya ante la sociedad, quiere verse como un perseguido político. Se compara con José Revueltas, Demetrio Vallejo o Valentín Campa. Ellos sí fueron presos políticos, y no por querer ser presidentes de la República, si no por sus ideas políticas y opositores al régimen.

El neopanista quiere verse como una víctima del “autócrata” como define al presidente de la República. Ricardo piensa que retando a López Obrador, su partido lo hará candidato en 2024 y que, los mexicanos haremos otro “tsunami” para que el sea el próximo presidente de México.

¡Lástima Margarito! Parafraseando a Carlos Hank González: Político en desgracia, es un desgraciado político. Y si no, en su momento lo veremos. El PAN en el tema de Ricardo Anaya, no meterá las manos y nadará de muertito. Ni de chiste, las palomitas blancas vestidas de azul, lo harían candidato de la alianza con el PRI.

Hay una posibilidad de que Ricardo Anaya para esas fechas esté en el autoexilio o enfrentando un proceso privado de su libertad. Supongamos sin conceder que sea cierto: Si Anaya se libra de sus acusaciones, ni así será el candidato del PAN. Hay muchos tiradores y no se van a hacer a un lado para cederle al “Mandela” panista la candidatura de la alianza.

En Las Vegas, Nevada, ya se están haciendo las apuestas de cual será el desenlace. En el fondo Ricardo Anaya se está jugando todo su futuro político y su mejor defensa, es decir que el presidente de la República utiliza las instituciones del Estado, para sacarlo de la carrera presidencial en 2024.

Y hablando de mujeres y traiciones, de todos los aspirantes panistas, Ricardo Anaya es el que menos posibilidades tiene. Ser acusado de supuestos delitos es una cosa, y otra llamarse perseguido político. Tal vez Ricardo Anaya esté pensando en solicitar asilo político en Estados Unidos, con el argumento de que lo quieren poner preso no por un supuesto delito, sino por sus ideas.

El panista no está a la altura de los verdaderos presos políticos que sí han existido en México. Veremos en qué termina el asunto Anaya.