El 4 de septiembre de 1995 es una fecha de conmemoración histórica para Santiago Papasquiaro, porque registra el nacimiento de una institución de educación superior que habría de impactar en el desarrollo socioeconómico de la región noroeste de Durango.
Pero por la dinámica académica sostenida durante 25 años se ha convertido también en una institución trascendente en nuestro estado.
Por la transformación de sus estructuras y el logro de sus objetivos expresé mi reconocimiento a su comunidad académica, que han integrado, profesores, alumnos, egresados y directivos. Una comunidad de generaciones, que en periodos articulados han liderado cinco directores. A partir de José Valderrama Vela, el primer director, hasta la ingeniera Ana Lilia Lomas Aguirre que se convierte en la primera mujer que dirige el Instituto Tecnológico Superior de Santiago Papasquiaro (ITSSP).
Como protagonista institucional y testigo conozco la trayectoria del ITSSP desde los momentos germinales, en 1992, y el inicio de actividades en 1995, por ello valoro su significación como elemento de identidad y orgullo del municipio, donde nacieron los Revueltas, José Ramón Valdez y el primer gobernador, Santiago Baca Ortiz. Del municipio donde se venera al Señor del Santo Entierro, famoso por el pinole y también por sus mujeres hermosas.
A Santiago Papasquiaro me vinculé en la década de los 90 gracias a un proyecto educativo relevante. A mi me tocó intervenir en el proceso fundacional del Tecnológico, como Secretario de Educación, Cultura y Deporte en el gobierno del Lic. Maximiliano Silerio Esparza. Personalmente participé en las decisiones, gestiones, estudios y concentraciones que se dieron en el tramo de 1992 a 1996. Fui testigo en 1992 de la reunión en que estudiantes y profesores solicitaron, al entonces candidato Silerio Esparza, una institución de educación superior. Estuve presente en la ceremonia del inicio de actividades en el CBTF 2 que dirigía el Ing. Rolando León Campos y del acto en el que se dio el primer paso de la construcción de la Unidad Académica el 4 de septiembre de 1996, en terreno aportado por el presidente municipal, Miguel Ángel Jáquez Reyes.
Sobre el proceso fundacional dejé registro en mi libro “Los Institutos Tecnológicos Regionales. Educación Técnica Superior para la Provincia Mexicana”, y como soy un convencido que la creación y desarrollo de una institución de educación superior es una obra colectiva y de continuidad en un horizonte generacional, extendí mi reconocimiento a las figuras institucionales, académicas, sociales, económicas y gubernamentales que hicieron posible la creación del Tecnológico, en el marco del Proyecto Educativo de Durango para el siglo XXI y del nuevo federalismo educativo, que en la última década del siglo xx impulsaba vigorosamente la SEP.
Cabe puntualizar que el ITSS nació con la fortaleza jurídica y financiera que le dieron el decreto de creación como institución descentralizada del gobierno del estado y el convenio de coordinación signado con la SEP.
También nació con la perspectiva académica que le asegura su vínculo con el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos de la SEP. A ello hay que agregar el respaldo social que se brindó al proyecto desde los primeros pasos del proceso fundacional en que intervinieron personas, organizaciones e instituciones de los ámbitos, municipal, estatal y de la SEP.
En este punto quiero resaltar las gestiones que hizo el gobernador Maximiliano Silerio Esparza con los titulares de la SEP; en 1994, con el Lic. José Ángel Pescador Osuna, y luego en 1995 con su sucesor, el Lic. Miguel Limón Rojas con quien se signó el convenio de coordinación para la creación de los Tecnológicos de Santiago Papasquiaro y Lerdo.
Pero también quiero subrayar la valiosa intervención de mis amigos, el Subsecretario de Educación e Investigación Tecnológicas Oscar Jofre Velázquez, y el director general de Institutos Tecnológicos, Esteban Hernández Pérez. A estas dependencias correspondió la aprobación del modelo educativo y la estructura académica del Instituto Tecnológico Superior de ITSSP.
