/ lunes 24 de mayo de 2021

Calculan participación del 40% de electores

A escasos diez días para que concluyan oficialmente las actividades proselitistas, en Durango el escenario electoral es de relativa calma, sin que hasta ahora se hayan generalizado como estrategia, las agresiones entre adversarios, ni permeado las llamadas “campañas negras”.

Lo que genera la expectativa de que los ciudadanos que acudirán a depositar su voto informado y razonado, llegarán al 40% de la lista nominal que suma un millón 332 mil 803 electores. Y es que Durango no es el Estado de México, Michoacán o Sonora, entre otras entidades, dónde los hechos de sangre han enturbiado los procesos electorales y provocado el temor de la población para ir a votar el primer domingo de junio.

Salvo dos o tres incidentes y señalamientos por la detección de presuntas irregularidades con la entrega de despensas, los escándalos mediáticos de candidatos cómo táctica para llamar la atención, y las acusaciones mutuas de algunos de los partidos, en el sentido de que servidores públicos federales y locales han intervenido en las campañas, se puede afirmar que el panorama electoral es de civilidad y madurez política.

Los más de 100 recursos de impugnación que se han formulado ante el Tribunal Electoral, por presuntas irregularidades durante las campañas, no han incidido aún en las descalificaciones y desacreditaciones generalizadas entre los contendientes, sobre todo cuando, de acuerdo a los “científicos electorales”, son este tipo de comportamientos los que atraen mayormente el interés de la sociedad, y por ende con altas posibilidades de redituar ganancias o pérdidas de simpatías.

En redes sociales, que es el canal preferido para ventilar los enconos, con parodias de los candidatos, o ironizar declaraciones, no han aparecido las campañas negras, que es cuando se tratan de socializar de manera clandestina y anónima aspectos negativos escondidos de tal o cual candidato o candidata. Y según los antecedentes, siempre se realizan durante los últimos días de las campañas, para no dar oportunidad a las reacciones.

El árbitro electoral ha puesto a disposición de los ciudadanos, aplicaciones y plataformas digitales, para que accedan y se informen sobre los perfiles y propuestas de los candidatos, y tengan los elementos de juicio para decidir su voto.

Las casas encuestadoras estiman que alrededor del 30% de los sufragantes, definirán la orientación de su preferencia hasta estar en las urnas, lo que también provoca el señalamiento de que pudiera existir un alto porcentaje de “voto oculto”, que se incuba en los escenarios de polarización política. Las tendencias de intención del voto no son claras.

A escasos diez días para que concluyan oficialmente las actividades proselitistas, en Durango el escenario electoral es de relativa calma, sin que hasta ahora se hayan generalizado como estrategia, las agresiones entre adversarios, ni permeado las llamadas “campañas negras”.

Lo que genera la expectativa de que los ciudadanos que acudirán a depositar su voto informado y razonado, llegarán al 40% de la lista nominal que suma un millón 332 mil 803 electores. Y es que Durango no es el Estado de México, Michoacán o Sonora, entre otras entidades, dónde los hechos de sangre han enturbiado los procesos electorales y provocado el temor de la población para ir a votar el primer domingo de junio.

Salvo dos o tres incidentes y señalamientos por la detección de presuntas irregularidades con la entrega de despensas, los escándalos mediáticos de candidatos cómo táctica para llamar la atención, y las acusaciones mutuas de algunos de los partidos, en el sentido de que servidores públicos federales y locales han intervenido en las campañas, se puede afirmar que el panorama electoral es de civilidad y madurez política.

Los más de 100 recursos de impugnación que se han formulado ante el Tribunal Electoral, por presuntas irregularidades durante las campañas, no han incidido aún en las descalificaciones y desacreditaciones generalizadas entre los contendientes, sobre todo cuando, de acuerdo a los “científicos electorales”, son este tipo de comportamientos los que atraen mayormente el interés de la sociedad, y por ende con altas posibilidades de redituar ganancias o pérdidas de simpatías.

En redes sociales, que es el canal preferido para ventilar los enconos, con parodias de los candidatos, o ironizar declaraciones, no han aparecido las campañas negras, que es cuando se tratan de socializar de manera clandestina y anónima aspectos negativos escondidos de tal o cual candidato o candidata. Y según los antecedentes, siempre se realizan durante los últimos días de las campañas, para no dar oportunidad a las reacciones.

El árbitro electoral ha puesto a disposición de los ciudadanos, aplicaciones y plataformas digitales, para que accedan y se informen sobre los perfiles y propuestas de los candidatos, y tengan los elementos de juicio para decidir su voto.

Las casas encuestadoras estiman que alrededor del 30% de los sufragantes, definirán la orientación de su preferencia hasta estar en las urnas, lo que también provoca el señalamiento de que pudiera existir un alto porcentaje de “voto oculto”, que se incuba en los escenarios de polarización política. Las tendencias de intención del voto no son claras.