/ jueves 15 de abril de 2021

Calidad del aire y sustentabilidad en México

La contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud. Mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas.

Entre ellas el asma cuanto más bajo sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo.

Para medir y evaluar el impacto de la contaminación del aire en la población y los recursos naturales, es indispensable contar con sistemas, redes y programas adecuados de medición de la calidad del aire, según lo señala el doctor Héctor Mayagoitia Domínguez en su libro “Apoyos para la Sustentabilidad”, editado por el Instituto Politécnico Nacional.

En este libro presenta diversos estudios sobre los factores del medio ambiente y al referirse a la calidad del aire, menciona que el establecimiento de Sistemas de Monitoreo de la Calidad del Aire, SMCA, ha permitido que las autoridades ambientales de la mayoría de las grandes ciudades en el mundo enfrenten con éxito la problemática urbana de la contaminación atmosférica.

Al mes de diciembre del año 2016 existían en México 34 SMCA administrados por alguna autoridad gubernamental, ya fuera estatal o municipal. Estos SMCA estuvieron distribuidos en 30 entidades federativas. Quintana Roo y Baja California Sur son los únicos estados que no poseen actualmente un SMCA en su territorio.

En su conjunto, estos SMCA agrupan un total de 241 estaciones de monitoreo o muestreo que cuentan con instrumentos para mediar la concentración en aire ambiente de, al menos, uno de los siguientes contaminantes: partículas suspendidas, ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono, mismas que estuvieron repartidas en un total de 100 ciudades y zonas metropolitanas.

A pesar de este esfuerzo, son numerosas las ciudades donde los límites normados para partículas y ozono no se cumple, también son numerosas las ciudades en las que no es posible evaluar el cumplimiento de la normatividad en la materia. Estos datos revelan no sólo la existencia de problemas de calidad del aire por estos contaminantes, sino también problemas operativos de los SMCA en el país.

Los efectos a la salud de las partículas son de los más severos y mejor evidenciados que se tienen. El rango de efectos que tienen es amplio, destacando la afectación sobre el aparato respiratorio y el sistema cardiovascular. Las partículas de menor diámetro, como las PM2.5 y menores, son las que presentan un mayor riesgo a la salud, debido que tienen la capacidad de penetrar a regiones más profundas de los pulmones e incorporarse al sistema circulatorio.

La mala calidad de aire por ozono y partículas suspendidas no es exclusiva de las zonas metropolitanas de Valle de México, Guadalajara y Monterrey como suele pensarse, también está presente en un mayor número de ciudades incluyendo las medias y pequeñas en términos de población.

Ante este panorama resulta por demás necesario y conveniente mejorar el desempeño de los sistemas de monitoreo de la calidad del aire, ampliar su cobertura, difundir oportunamente la información que generan y establecer estrategias que mejoren la calidad del aire en nuestro país y por ende mejorar nuestra calidad de vida.

La contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud. Mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas.

Entre ellas el asma cuanto más bajo sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo.

Para medir y evaluar el impacto de la contaminación del aire en la población y los recursos naturales, es indispensable contar con sistemas, redes y programas adecuados de medición de la calidad del aire, según lo señala el doctor Héctor Mayagoitia Domínguez en su libro “Apoyos para la Sustentabilidad”, editado por el Instituto Politécnico Nacional.

En este libro presenta diversos estudios sobre los factores del medio ambiente y al referirse a la calidad del aire, menciona que el establecimiento de Sistemas de Monitoreo de la Calidad del Aire, SMCA, ha permitido que las autoridades ambientales de la mayoría de las grandes ciudades en el mundo enfrenten con éxito la problemática urbana de la contaminación atmosférica.

Al mes de diciembre del año 2016 existían en México 34 SMCA administrados por alguna autoridad gubernamental, ya fuera estatal o municipal. Estos SMCA estuvieron distribuidos en 30 entidades federativas. Quintana Roo y Baja California Sur son los únicos estados que no poseen actualmente un SMCA en su territorio.

En su conjunto, estos SMCA agrupan un total de 241 estaciones de monitoreo o muestreo que cuentan con instrumentos para mediar la concentración en aire ambiente de, al menos, uno de los siguientes contaminantes: partículas suspendidas, ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono, mismas que estuvieron repartidas en un total de 100 ciudades y zonas metropolitanas.

A pesar de este esfuerzo, son numerosas las ciudades donde los límites normados para partículas y ozono no se cumple, también son numerosas las ciudades en las que no es posible evaluar el cumplimiento de la normatividad en la materia. Estos datos revelan no sólo la existencia de problemas de calidad del aire por estos contaminantes, sino también problemas operativos de los SMCA en el país.

Los efectos a la salud de las partículas son de los más severos y mejor evidenciados que se tienen. El rango de efectos que tienen es amplio, destacando la afectación sobre el aparato respiratorio y el sistema cardiovascular. Las partículas de menor diámetro, como las PM2.5 y menores, son las que presentan un mayor riesgo a la salud, debido que tienen la capacidad de penetrar a regiones más profundas de los pulmones e incorporarse al sistema circulatorio.

La mala calidad de aire por ozono y partículas suspendidas no es exclusiva de las zonas metropolitanas de Valle de México, Guadalajara y Monterrey como suele pensarse, también está presente en un mayor número de ciudades incluyendo las medias y pequeñas en términos de población.

Ante este panorama resulta por demás necesario y conveniente mejorar el desempeño de los sistemas de monitoreo de la calidad del aire, ampliar su cobertura, difundir oportunamente la información que generan y establecer estrategias que mejoren la calidad del aire en nuestro país y por ende mejorar nuestra calidad de vida.