/ miércoles 17 de junio de 2020

Carlos Fuentes y Jean Seberg: Enamorados en Durango

Hace 50 años, los durangueños tuvimos la fortuna de contar con la presencia en esta ciudad del reconocido escritor Carlos Fuentes, y no precisamente para sustentar una conferencia, sino que el propósito de su estancia en la capital fue otro.

Por ello el día de hoy, a media centuria de ese acontecimiento, traemos a colación un pasaje, extrayendo del baúl de los recuerdos y obligado por este confinamiento pandémico.

Cuando recordamos los actores y actrices que filmaron en Durango, evocamos a Jean Seberg, de origen estadounidense, quizá de momento no la ubiquemos, sin embargo cuando lo relacionamos con vivencias durangueñas del anecdotario popular, emerge su personalidad y belleza hasta ubicarla en tiempo y espacio no sólo en el contexto del cine duranguense, sino con el propio escritor Carlos Fuentes cuando protagonizara en Durango el filme “Macho Callahan”, rodada del 8 de enero al 18 de febrero de 1970.

Pues bien, para sorpresa de muchos el célebre escritor Carlos Fuentes sostuvo un apasionado romance con dicha actriz, quien durante el rodaje de la cinta vivió en esta ciudad durangueña cerca de dos meses; en el rodaje participaron reconocidos actores norteamericanos y dos mexicanos de primera línea actoral: Pedro Armendáriz Junior y Hugo Stiglitz.

El tórrido amorío lo refirió el propio Carlos Fuentes en su novela “Diana, la cazadora solitaria”, en esa obra recrea no sólo su relación sentimental con Jean Seberg, sino su visión respecto a Durango. En la obra menciona a Jean como Diana Soren y a la ciudad de Durango la intitula como Santiago.

De Durango, el extinto escritor asentó lo siguiente: “… pesqué por el rabo del ojo la vista de la Catedral en el centro de la ciudad, dos altas torres elegantes… Santiago (Durango) nunca fue una gran ciudad, sino un mero puesto fronterizo para gambusinos audaces que, en busca de oro y plata, encontraron sobre todo fierro y para llevárselo tuvieron que combatir a unos cuantos indios, escasos y más interesados en practicar su arquería que en matar criollos”.

Habrá que releer la obra del escritor durangueño Enrique Mijares Verdín, quien presentó en esta ciudad hace algunos años el libro “Los años de Carlos Fuentes” donde estudia a profundidad el contexto literario de Fuentes con algunas de sus obras como “Aura”, entre otras; el ensayo literario de Mijares lo reposiciona en las letras nacionales y más allá de las fronteras como uno de los críticos literarios más avezados respecto a la obra literaria de Carlos Fuentes en su carácter de escritor con visión universal. Carlos Fuentes fue candidato al Premio Nobel de Literatura en diversas ocasiones. Galardonado con el premio “Rómulo Gallegos” en 1977; “Cervantes” en 1987, y el “Príncipe de Asturias de las Letras” en 1994, entre muchos reconocimientos.

A ocho años de su desaparición física recordamos su vasta obra literaria, en lo personal recomiendo la obra “La Muerte de Artemio Cruz”.

Hace 50 años, los durangueños tuvimos la fortuna de contar con la presencia en esta ciudad del reconocido escritor Carlos Fuentes, y no precisamente para sustentar una conferencia, sino que el propósito de su estancia en la capital fue otro.

Por ello el día de hoy, a media centuria de ese acontecimiento, traemos a colación un pasaje, extrayendo del baúl de los recuerdos y obligado por este confinamiento pandémico.

Cuando recordamos los actores y actrices que filmaron en Durango, evocamos a Jean Seberg, de origen estadounidense, quizá de momento no la ubiquemos, sin embargo cuando lo relacionamos con vivencias durangueñas del anecdotario popular, emerge su personalidad y belleza hasta ubicarla en tiempo y espacio no sólo en el contexto del cine duranguense, sino con el propio escritor Carlos Fuentes cuando protagonizara en Durango el filme “Macho Callahan”, rodada del 8 de enero al 18 de febrero de 1970.

Pues bien, para sorpresa de muchos el célebre escritor Carlos Fuentes sostuvo un apasionado romance con dicha actriz, quien durante el rodaje de la cinta vivió en esta ciudad durangueña cerca de dos meses; en el rodaje participaron reconocidos actores norteamericanos y dos mexicanos de primera línea actoral: Pedro Armendáriz Junior y Hugo Stiglitz.

El tórrido amorío lo refirió el propio Carlos Fuentes en su novela “Diana, la cazadora solitaria”, en esa obra recrea no sólo su relación sentimental con Jean Seberg, sino su visión respecto a Durango. En la obra menciona a Jean como Diana Soren y a la ciudad de Durango la intitula como Santiago.

De Durango, el extinto escritor asentó lo siguiente: “… pesqué por el rabo del ojo la vista de la Catedral en el centro de la ciudad, dos altas torres elegantes… Santiago (Durango) nunca fue una gran ciudad, sino un mero puesto fronterizo para gambusinos audaces que, en busca de oro y plata, encontraron sobre todo fierro y para llevárselo tuvieron que combatir a unos cuantos indios, escasos y más interesados en practicar su arquería que en matar criollos”.

Habrá que releer la obra del escritor durangueño Enrique Mijares Verdín, quien presentó en esta ciudad hace algunos años el libro “Los años de Carlos Fuentes” donde estudia a profundidad el contexto literario de Fuentes con algunas de sus obras como “Aura”, entre otras; el ensayo literario de Mijares lo reposiciona en las letras nacionales y más allá de las fronteras como uno de los críticos literarios más avezados respecto a la obra literaria de Carlos Fuentes en su carácter de escritor con visión universal. Carlos Fuentes fue candidato al Premio Nobel de Literatura en diversas ocasiones. Galardonado con el premio “Rómulo Gallegos” en 1977; “Cervantes” en 1987, y el “Príncipe de Asturias de las Letras” en 1994, entre muchos reconocimientos.

A ocho años de su desaparición física recordamos su vasta obra literaria, en lo personal recomiendo la obra “La Muerte de Artemio Cruz”.