/ domingo 26 de enero de 2020

Chimalhuacán, epítome de los tiempos de la 4T

El sábado, 18 de los corrientes, asistí a sendos eventos masivos en Ixtapaluca y Chimalhuacán, convocados por los presidentes municipales de esos municipios mexiquenses, licenciada Maricela Serrano Hernández y biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez, respectivamente, con objeto de rendir una apretada síntesis del trabajo realizado por ellos durante 2019, ante una muestra muy representativa de la ciudadanía a la que sirven.

Asistí por invitación de los dos ediles, ambos surgidos de las filas del Movimiento Antorchista y ambos muy valiosos activos políticos a escala nacional para todos sus compañeros. En mi calidad de invitado, deseo compartir con mis bondadosos posibles lectores, algunas de las impresiones y reflexiones que me provocaron los informes de referencia. Empezaré reconociendo que, al menos para mí, fue una experiencia asaz gratificante. De pronto, escuchando con atención a los oradores, me sentí seguro, animado, confiado y tranquilo, y en varios momentos, francamente conmovido y orgulloso con la obra realizada por mis compañeros, que el público podía ver (y aplaudir) a través de un video que respaldaba sus palabras. Es mucha, muchísima obra –pensé- un trabajo inmenso para tan corto tiempo y para tan magro presupuesto.

Igualmente valiosa me pareció la factura de los informes en sí mismos, es decir, como pieza oratoria, de ambos ediles. Fue muy aleccionador oír a Maricela pronunciar un discurso lógicamente articulado, con un estilo cuidado, que comenzó, como era natural, hablando de la situación general y de la problemática fundamental de su municipio, para luego pasar a elevar la mira hasta la compleja realidad del país. Se refirió con acierto y mesura a la desigualdad y la pobreza que azota a millones de mexicanos; señaló como causa profunda del problema el deficiente reparto de la renta nacional que se traduce en falta de empleos, de buenos salarios, de servicios suficientes y de calidad para tener un pueblo sano, fuerte, educado y culto y un país que sea reflejo fiel de esa calidad de sus ciudadanos. Terminó convocando a los ixtapaluquenses a seguir unidos y luchando por todo lo que les falta, por todo lo que todavía se necesita para que el desarrollo y el progreso de su municipio sea tan completo como se pueda, con la plena convicción de que, mejorando su municipio, contribuyen a mejorar la suerte y el futuro de todos los mexicanos. ¡Bien por la señora presidenta de los ixtapaluquenses!

En Chimalhuacán, las cosas fueron más o menos por el mismo camino. También el biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez presentó, en palabras y en imágenes, una obra impresionante: antiguos basureros convertidos en áreas verdes, instalaciones deportivas y parques de recreo; modernos y bellos edificios escolares y administrativos; un teatro moderno y funcional con carácter de poliforum y el cerro del Chimalhuache, un cerro de verdad abandonado en otro tiempo, ahora convertido en un maravilloso parque recreativo con canchas, albercas, juegos mecánicos para niños y aparatos para ejercicio físico de los adultos. Incluso un lago artificial que cambió en paraíso verde el viejo, árido y desolado cerro del Chimalhuache, testigo mudo, eso sí, de la milenaria historia de los forjadores de escudos, los chimalhuacanos de ayer y de siempre. Sin deseo de exagerar ni magnificar nada, aseguro que se podía adivinar, sentir incluso, el orgullo de los chimalhuacanos allí presentes. ¡Felicidades, pues, compañeros chimalhuacanos!

Jesús Tolentino Román es un hombre de mente disciplinada, ordenado en el pensar y un orador nato que siempre ha sabido comunicarse con la gente. Su discurso de hoy, es decir, el que comento, reflejó muy bien esas cualidades suyas. Pero hubo una diferencia, obligada por supuesto, con el discurso de Maricela. Terminada la presentación, la entusiasmante relatoría de la obra realizada y de los beneficios logrados por y para los chimalhuacanos, el Biólogo, en un tono distinto, serio y preocupado, advirtió al público que los progresos referidos allí eran los remanentes del presupuesto del año 2018, cuya aplicación había tenido que completarse en el presente año, esto es, en el 2019. En cambio, el correspondiente a 2019 propiamente hablando, es decir, al primer año del gobierno del presidente López Obrador, sufrió un recorte enorme, una reducción tal que no alcanzó, siquiera, para cubrir los gastos normales de la administración ni para el pago de salarios y prestaciones a maestros y trabajadores en general.

Y dio cifras duras: los recursos para obra pública aportados por la Federación en 2018, fueron 1,040 millones de pesos; en 2019, en cambio, fueron solo 340 millones de pesos. Es decir, hubo un recorte de 700 millones, que equivale a un déficit del 67.3% respecto al año anterior. En 2018, el gobierno del estado asignó a Chimalhuacán, por concepto de obra pública y participaciones complementarias, 450 millones de pesos; en 2019 solo 40 millones, es decir, un recorte de 410 millones que representa un déficit del 91.1%. En total, entre aportaciones federales y estatales, Chimalhuacán recibió en 2018 la cantidad de 1,490 millones de pesos, en 2019 solo 380 millones, una caída brutal de 1,110 millones que representan el 74.5% de lo asignado en el año anterior. Todos los ayuntamientos del país, dijo el Biólogo, dependemos de las aportaciones federales y estatales en más del 90 %. Por tanto, una caída como la que acabamos de sufrir es un frenón brutal al progreso y desarrollo de Chimalhuacán. Impiden al H. Ayuntamiento continuar atacando y resolviendo las necesidades básicas de la población, al ritmo y con la calidad que hasta ahora. Incluso nos ha impedido rehabilitar edificios escolares dañados por el sismo y en peligro de derrumbarse. Los jóvenes reciben clases, desde hace más de un año, a la intemperie, apenas protegidos por una lona.

Aseguró el Biólogo que la caída de las aportaciones federales no fue una sorpresa para nadie, pues había sido anunciada por el propio presidente López Obrador desde su campaña. Lo que sí sorprende, agregó, es la absoluta cerrazón del gobierno del Estado de México, un gobierno emanado del PRI, el partido surgido de la Revolución Mexicana que, al menos en el discurso, se reconoce obligado con el bienestar de las clases populares. Han sido largos meses de entrevistas y negociaciones con el gobierno del licenciado Alfredo del Mazo, negociaciones que han culminado en acuerdos formales que, una y otra vez, han dejado de cumplirse, al parecer con absoluta premeditación. Y no es falta de dinero la causa, aseguró Tolentino: estamos bien informados de que el presupuesto del Estado de México ha sido incluso incrementado en los dos proyectos de presupuesto elaborados por el gobierno Morenista. Poco, pero se ha incrementado. ¿Qué se esconde, entonces, detrás de la brutal astringencia de recursos para los chimalhuacanos? preguntó el Biólogo al público que lo escuchaba entre sorprendido e indignado.

Por mi parte, sostengo que lo que ocurre en Chimalhuacán es un compendio de la política de la 4T. Allí, como la inmensa mayoría de los municipios del país, están pagando el precio del “combate a la corrupción” del gobierno obradorista, en virtud del cual ha decidido cambiar la inversión pública en obras y servicios para la gente por una tarjeta que garantiza al poseedor una cantidad mensual en efectivo que no rebasa los 3,500 pesos por familia. La diferencia entre la política de inversión pública y el reparto de dinero en efectivo, queda perfectamente ilustrada en lo que está a punto de concretarse en Ixtapaluca y en Chimalhuacán: atar las manos a los ayuntamientos para evitar que hagan obra pública y, a cambio de ello, comprar la voluntad de los ciudadanos más humildes con un poco de dinero que los ate al gobierno y les impida pensar en sus semejantes. La excelente administración de Maricela y Tolentino representa e ilustra la idea antorchista de progreso; las tarjetitas con dinero que solo fomentan el egoísmo y la dependencia de las personas respecto al gobierno, ilustra lo que es y lo que busca la 4T. Por eso, porque su política no resiste la comparación, es que restringen el dinero a los ayuntamientos antorchistas y, de paso, los desprestigian con miras a sacarlos del poder.

Me inclino a creer que el gobierno del Lic. Alfredo del Mazo no reprime a Chimalhuacán por motivos propios; está aplicando la política de rechazo a “los intermediarios corruptos”, como reza el credo obradorista, para ganar el aprecio, o al menos un poco de estabilidad para su gobierno y seguridad para su persona, siguiendo el guión prescrito “sin cambiarle ni una coma”. La obsecuencia acrítica es, en todo caso, su verdadera responsabilidad.

El presidente López Obrador aspira al dominio absoluto del país entero. Por eso quiere sacar a Antorcha del poder municipal en Ixtapaluca y Chimalhuacán. Va contra los gobiernos de “oposición”, incluido el PRI. Y es, ciertamente, una paradoja, en apariencia incomprensible, que un gobernador priista ayude a barrer los últimos restos de priismo vivo que aún quedan en su estado. Pero es solo la apariencia. En el fondo, es obvio que nadie en el viejo partido de la Revolución Mexicana está pensando en constituirse en una verdadera opción mejor, distinta y enfrentada a Morena. Todos buscan congraciarse con ella, acomodarse y complacerla para comprar, al precio de la dignidad, un poco de seguridad personal y de estabilidad en sus gobiernos, aunque con eso aten indisolublemente su destino al de la 4T. Son el terrorismo fiscal y la persecución “legal” por delitos de corrupción los que han paralizado la voluntad de políticos que fueron importantes en sexenios pasados y les impide oponerse al morenismo. Ni modo. Cada quien sabe su cuento y sus cuentas. Chimalhuacán es, repito, suma y síntesis de las contradicciones desatadas por la 4T, y el gobierno priista del Estado de México no tiene por qué arriesgar nada en favor de los “descamisados” de Antorcha. La liberación del pueblo solo puede ser obra del pueblo mismo, no lo olvidemos. ¡Vamos, pues, a luchar juntos; con fe en nosotros mismos y en nuestro futuro, compañeros, hermanos ixtapaluquenses y chimalhuacanos! ¡Unidos venceremos!

El sábado, 18 de los corrientes, asistí a sendos eventos masivos en Ixtapaluca y Chimalhuacán, convocados por los presidentes municipales de esos municipios mexiquenses, licenciada Maricela Serrano Hernández y biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez, respectivamente, con objeto de rendir una apretada síntesis del trabajo realizado por ellos durante 2019, ante una muestra muy representativa de la ciudadanía a la que sirven.

Asistí por invitación de los dos ediles, ambos surgidos de las filas del Movimiento Antorchista y ambos muy valiosos activos políticos a escala nacional para todos sus compañeros. En mi calidad de invitado, deseo compartir con mis bondadosos posibles lectores, algunas de las impresiones y reflexiones que me provocaron los informes de referencia. Empezaré reconociendo que, al menos para mí, fue una experiencia asaz gratificante. De pronto, escuchando con atención a los oradores, me sentí seguro, animado, confiado y tranquilo, y en varios momentos, francamente conmovido y orgulloso con la obra realizada por mis compañeros, que el público podía ver (y aplaudir) a través de un video que respaldaba sus palabras. Es mucha, muchísima obra –pensé- un trabajo inmenso para tan corto tiempo y para tan magro presupuesto.

Igualmente valiosa me pareció la factura de los informes en sí mismos, es decir, como pieza oratoria, de ambos ediles. Fue muy aleccionador oír a Maricela pronunciar un discurso lógicamente articulado, con un estilo cuidado, que comenzó, como era natural, hablando de la situación general y de la problemática fundamental de su municipio, para luego pasar a elevar la mira hasta la compleja realidad del país. Se refirió con acierto y mesura a la desigualdad y la pobreza que azota a millones de mexicanos; señaló como causa profunda del problema el deficiente reparto de la renta nacional que se traduce en falta de empleos, de buenos salarios, de servicios suficientes y de calidad para tener un pueblo sano, fuerte, educado y culto y un país que sea reflejo fiel de esa calidad de sus ciudadanos. Terminó convocando a los ixtapaluquenses a seguir unidos y luchando por todo lo que les falta, por todo lo que todavía se necesita para que el desarrollo y el progreso de su municipio sea tan completo como se pueda, con la plena convicción de que, mejorando su municipio, contribuyen a mejorar la suerte y el futuro de todos los mexicanos. ¡Bien por la señora presidenta de los ixtapaluquenses!

En Chimalhuacán, las cosas fueron más o menos por el mismo camino. También el biólogo Jesús Tolentino Román Bojórquez presentó, en palabras y en imágenes, una obra impresionante: antiguos basureros convertidos en áreas verdes, instalaciones deportivas y parques de recreo; modernos y bellos edificios escolares y administrativos; un teatro moderno y funcional con carácter de poliforum y el cerro del Chimalhuache, un cerro de verdad abandonado en otro tiempo, ahora convertido en un maravilloso parque recreativo con canchas, albercas, juegos mecánicos para niños y aparatos para ejercicio físico de los adultos. Incluso un lago artificial que cambió en paraíso verde el viejo, árido y desolado cerro del Chimalhuache, testigo mudo, eso sí, de la milenaria historia de los forjadores de escudos, los chimalhuacanos de ayer y de siempre. Sin deseo de exagerar ni magnificar nada, aseguro que se podía adivinar, sentir incluso, el orgullo de los chimalhuacanos allí presentes. ¡Felicidades, pues, compañeros chimalhuacanos!

Jesús Tolentino Román es un hombre de mente disciplinada, ordenado en el pensar y un orador nato que siempre ha sabido comunicarse con la gente. Su discurso de hoy, es decir, el que comento, reflejó muy bien esas cualidades suyas. Pero hubo una diferencia, obligada por supuesto, con el discurso de Maricela. Terminada la presentación, la entusiasmante relatoría de la obra realizada y de los beneficios logrados por y para los chimalhuacanos, el Biólogo, en un tono distinto, serio y preocupado, advirtió al público que los progresos referidos allí eran los remanentes del presupuesto del año 2018, cuya aplicación había tenido que completarse en el presente año, esto es, en el 2019. En cambio, el correspondiente a 2019 propiamente hablando, es decir, al primer año del gobierno del presidente López Obrador, sufrió un recorte enorme, una reducción tal que no alcanzó, siquiera, para cubrir los gastos normales de la administración ni para el pago de salarios y prestaciones a maestros y trabajadores en general.

Y dio cifras duras: los recursos para obra pública aportados por la Federación en 2018, fueron 1,040 millones de pesos; en 2019, en cambio, fueron solo 340 millones de pesos. Es decir, hubo un recorte de 700 millones, que equivale a un déficit del 67.3% respecto al año anterior. En 2018, el gobierno del estado asignó a Chimalhuacán, por concepto de obra pública y participaciones complementarias, 450 millones de pesos; en 2019 solo 40 millones, es decir, un recorte de 410 millones que representa un déficit del 91.1%. En total, entre aportaciones federales y estatales, Chimalhuacán recibió en 2018 la cantidad de 1,490 millones de pesos, en 2019 solo 380 millones, una caída brutal de 1,110 millones que representan el 74.5% de lo asignado en el año anterior. Todos los ayuntamientos del país, dijo el Biólogo, dependemos de las aportaciones federales y estatales en más del 90 %. Por tanto, una caída como la que acabamos de sufrir es un frenón brutal al progreso y desarrollo de Chimalhuacán. Impiden al H. Ayuntamiento continuar atacando y resolviendo las necesidades básicas de la población, al ritmo y con la calidad que hasta ahora. Incluso nos ha impedido rehabilitar edificios escolares dañados por el sismo y en peligro de derrumbarse. Los jóvenes reciben clases, desde hace más de un año, a la intemperie, apenas protegidos por una lona.

Aseguró el Biólogo que la caída de las aportaciones federales no fue una sorpresa para nadie, pues había sido anunciada por el propio presidente López Obrador desde su campaña. Lo que sí sorprende, agregó, es la absoluta cerrazón del gobierno del Estado de México, un gobierno emanado del PRI, el partido surgido de la Revolución Mexicana que, al menos en el discurso, se reconoce obligado con el bienestar de las clases populares. Han sido largos meses de entrevistas y negociaciones con el gobierno del licenciado Alfredo del Mazo, negociaciones que han culminado en acuerdos formales que, una y otra vez, han dejado de cumplirse, al parecer con absoluta premeditación. Y no es falta de dinero la causa, aseguró Tolentino: estamos bien informados de que el presupuesto del Estado de México ha sido incluso incrementado en los dos proyectos de presupuesto elaborados por el gobierno Morenista. Poco, pero se ha incrementado. ¿Qué se esconde, entonces, detrás de la brutal astringencia de recursos para los chimalhuacanos? preguntó el Biólogo al público que lo escuchaba entre sorprendido e indignado.

Por mi parte, sostengo que lo que ocurre en Chimalhuacán es un compendio de la política de la 4T. Allí, como la inmensa mayoría de los municipios del país, están pagando el precio del “combate a la corrupción” del gobierno obradorista, en virtud del cual ha decidido cambiar la inversión pública en obras y servicios para la gente por una tarjeta que garantiza al poseedor una cantidad mensual en efectivo que no rebasa los 3,500 pesos por familia. La diferencia entre la política de inversión pública y el reparto de dinero en efectivo, queda perfectamente ilustrada en lo que está a punto de concretarse en Ixtapaluca y en Chimalhuacán: atar las manos a los ayuntamientos para evitar que hagan obra pública y, a cambio de ello, comprar la voluntad de los ciudadanos más humildes con un poco de dinero que los ate al gobierno y les impida pensar en sus semejantes. La excelente administración de Maricela y Tolentino representa e ilustra la idea antorchista de progreso; las tarjetitas con dinero que solo fomentan el egoísmo y la dependencia de las personas respecto al gobierno, ilustra lo que es y lo que busca la 4T. Por eso, porque su política no resiste la comparación, es que restringen el dinero a los ayuntamientos antorchistas y, de paso, los desprestigian con miras a sacarlos del poder.

Me inclino a creer que el gobierno del Lic. Alfredo del Mazo no reprime a Chimalhuacán por motivos propios; está aplicando la política de rechazo a “los intermediarios corruptos”, como reza el credo obradorista, para ganar el aprecio, o al menos un poco de estabilidad para su gobierno y seguridad para su persona, siguiendo el guión prescrito “sin cambiarle ni una coma”. La obsecuencia acrítica es, en todo caso, su verdadera responsabilidad.

El presidente López Obrador aspira al dominio absoluto del país entero. Por eso quiere sacar a Antorcha del poder municipal en Ixtapaluca y Chimalhuacán. Va contra los gobiernos de “oposición”, incluido el PRI. Y es, ciertamente, una paradoja, en apariencia incomprensible, que un gobernador priista ayude a barrer los últimos restos de priismo vivo que aún quedan en su estado. Pero es solo la apariencia. En el fondo, es obvio que nadie en el viejo partido de la Revolución Mexicana está pensando en constituirse en una verdadera opción mejor, distinta y enfrentada a Morena. Todos buscan congraciarse con ella, acomodarse y complacerla para comprar, al precio de la dignidad, un poco de seguridad personal y de estabilidad en sus gobiernos, aunque con eso aten indisolublemente su destino al de la 4T. Son el terrorismo fiscal y la persecución “legal” por delitos de corrupción los que han paralizado la voluntad de políticos que fueron importantes en sexenios pasados y les impide oponerse al morenismo. Ni modo. Cada quien sabe su cuento y sus cuentas. Chimalhuacán es, repito, suma y síntesis de las contradicciones desatadas por la 4T, y el gobierno priista del Estado de México no tiene por qué arriesgar nada en favor de los “descamisados” de Antorcha. La liberación del pueblo solo puede ser obra del pueblo mismo, no lo olvidemos. ¡Vamos, pues, a luchar juntos; con fe en nosotros mismos y en nuestro futuro, compañeros, hermanos ixtapaluquenses y chimalhuacanos! ¡Unidos venceremos!