/ martes 21 de enero de 2020

Ciclovía

Al otro lado del Atlántico, en los países bajos de manera puntual en Ámsterdam, el uso de la bicicleta fue en el año 1870, sólo transcurrieron 10 años, para que dicho aparato de movilidad adquiriera su popularidad (75% de la población), por lo que el gobierno se dio a la tarea de construir la primera vía exclusiva para este medio de transporte, dos carriles y una longitud de 1.4 km (La obra en calle Laureano Roncal en la ciudad de Durango, mide 1.6 Km).

Por supuesto que esta nueva forma de impulsar la movilidad, presento resistencia (A todo cambio, se presenta una resistencia) las preocupaciones se dieron entre los ciclistas, el tráfico a caballos y peatones, pero la modernidad obligó a construir más y más superficies lisas y separadas para los diferentes grupos.

El tema en el caso de las ciclovías en la ciudad lo abordaré bajo dos lupas que se enriquecen entre sí. La primera de ellas es de carácter humanista, del derecho humano, la bicicleta por más auge que haya tenido en los últimos años, por un sector de nuestra sociedad, con holgura económica que les permite adquirir vehículos de dos llantas con valor superior a los cincuenta mil pesos, su uso más remoto y generalizado, es el de la población mayoritaria que tiene necesidad de trasladarse algunas veces de un lugar distante a otro, para ir de su hogar a su lugar de trabajo, este último en algunas ocasiones frecuentes es variable, me refiero al sector de la construcción, que implica la probabilidad de no existir ruta de transporte público de pasajeros, pero aún habiéndola, el costo repercute en el raquítico salario de los obreros de la cuchara y la pala.

Este derecho humano, como tal es universal, con mayor énfasis en esta etapa del empoderamiento de la mujer, por lo que vemos el uso de la bicicleta por mujeres jóvenes y mayores, quizá ante la imposibilidad auténtica de que su familiar más cercano, sea hermano, padre o esposo le apoye para desplazarse.

Este medio de transporte depende únicamente de la energía humana, me explico, las piernas y los brazos son el motor “per se” así no dependemos de ninguna otra circunstancia, como puede ser la económica, la de horarios, o rutas, incluso con frecuencia observamos en la ciudad capital quienes afectados físicamente se las ingenian, con altos riesgos, a modificar este medio de transporte, para adecuarlo a su discapacidad, Ellos también tienen ese derecho.

Por lo anterior podemos decir que la bicicleta es un transporte libre, gratuito y seguro. Sin embargo me detengo en la última afirmación “seguro” ese adjetivo es en el que “el Estado” interviene en aras del bien común, con ello no sólo cumple con su deber de vigilar por la libertad, sino además trabaja a favor de recuperación de espacios públicos y contribuye a garantizar un ambiente sano (mental, física y ecológicamente).

Por lo antes mencionado, la bicicleta no solamente es un objeto deportivo, recreativo o de transporte, es un instrumento de política pública, que garantice el derecho mayor, sobre el derecho particular, con miras a mejorar la calidad de vida de todos.

La segunda lupa, es referente al usuario y a la construcción misma. Todo derecho, implica una obligación, el ciclista deberá sujetarse a lo que la reglamentación estipula, por señalar algunas; el uso del casco, la iluminación y el uso de franjas fosforescentes, que lo hagan más visible ante el conglomerado de automóviles, usar exclusivamente la ruta señalada y respetar la capacidad del mueble no excediendo de su capacidad de carga sea esta material o de personas.

Por otra parte, la autoridad deberá construir las ciclovías de manera táctica, que logre la interconectividad mayor posible entre los polos de mayor desplazamiento, esta premisa se viene cumpliendo en el plan concebido entre gobierno estatal y gobierno municipal, incluso considerando el multi mencionado PIMUS (Programa Integral de Movilidad Urbana Sustentable), que tenemos gracias al estudio realizado en septiembre del 2013, en la página 20 y 21 del estudio en referencia destaco: Proyectos d eficiencia energética -Eco Driving; Proyectos de transporte pública-Tren, metro; mejora en las vías urbanas y rurales; PROYECTOS DE TRANSPORTE NO MOTORIZADO, Ciclovías, Sistema de bicicletas publicas y Peatonalización, mejora en las vías peatonales, etcétera.

La situación actual, de la ciclovía de calle Laureano Roncal, ha caído como anillo al dedo, para quienes arrastran intereses políticos, aliados a los usuarios de redes sociales, que lejos de cumplir la función social de investigar, comparar e informar, distorsionan para lograr la perversidad de la intención.

Lo expongo de manera fácil:

Caricaturas, memes y demás haciendo creer que el costo de 2.8 millones es sólo de la pintura y su aplicación, esa inversión va mas allá de la simple brocha, implica una serie de accesorios de señalética física con la que se le brinda mayor protección al ciclista, al peatón y al automovilista; me refiero entre otras, a los llamados vialtones o vialetas.

La obra fue anunciada públicamente el 10 de diciembre del presente año “Presentan Aispuro y Salum plan de obras”, rezaban los encabezados de la nota periodística; con el fondo de aportaciones a la infraestructura social /FAIS) se respaldará a Durango capital en la construcción y rehabilitación de parques, unidades deportivas y UNA CICLOPISTA que detonará el desarrollo, continúa la nota; en éste se construirá la ciclovía en calle Laureano Roncal, parque lineal Nelly Campobello, rehabilitación del parque público Nuevo Durango II…

Cápsulas de sosa: Muy activos los dirigentes de los partidos PRI y PAN respectivamente, el primero ejerciendo su función de tiempo atrás, convoca a la familia tricolor, bajo el lema de la unidad; la segunda estrenando responsabilidad que de manera libre y democrática le otorgó la militancia albiazul.

Por otro lado, el partido en el poder no da muestra en Durango, de cohesión, mucho menos de trabajo político, va de escándalo en escándalo.

Verdadera pena, que inversión cuantiosa en dotar de relleno sanitario a la cabecera municipal de Tamazula, haya quedado en un montón de cenizas.

Al otro lado del Atlántico, en los países bajos de manera puntual en Ámsterdam, el uso de la bicicleta fue en el año 1870, sólo transcurrieron 10 años, para que dicho aparato de movilidad adquiriera su popularidad (75% de la población), por lo que el gobierno se dio a la tarea de construir la primera vía exclusiva para este medio de transporte, dos carriles y una longitud de 1.4 km (La obra en calle Laureano Roncal en la ciudad de Durango, mide 1.6 Km).

Por supuesto que esta nueva forma de impulsar la movilidad, presento resistencia (A todo cambio, se presenta una resistencia) las preocupaciones se dieron entre los ciclistas, el tráfico a caballos y peatones, pero la modernidad obligó a construir más y más superficies lisas y separadas para los diferentes grupos.

El tema en el caso de las ciclovías en la ciudad lo abordaré bajo dos lupas que se enriquecen entre sí. La primera de ellas es de carácter humanista, del derecho humano, la bicicleta por más auge que haya tenido en los últimos años, por un sector de nuestra sociedad, con holgura económica que les permite adquirir vehículos de dos llantas con valor superior a los cincuenta mil pesos, su uso más remoto y generalizado, es el de la población mayoritaria que tiene necesidad de trasladarse algunas veces de un lugar distante a otro, para ir de su hogar a su lugar de trabajo, este último en algunas ocasiones frecuentes es variable, me refiero al sector de la construcción, que implica la probabilidad de no existir ruta de transporte público de pasajeros, pero aún habiéndola, el costo repercute en el raquítico salario de los obreros de la cuchara y la pala.

Este derecho humano, como tal es universal, con mayor énfasis en esta etapa del empoderamiento de la mujer, por lo que vemos el uso de la bicicleta por mujeres jóvenes y mayores, quizá ante la imposibilidad auténtica de que su familiar más cercano, sea hermano, padre o esposo le apoye para desplazarse.

Este medio de transporte depende únicamente de la energía humana, me explico, las piernas y los brazos son el motor “per se” así no dependemos de ninguna otra circunstancia, como puede ser la económica, la de horarios, o rutas, incluso con frecuencia observamos en la ciudad capital quienes afectados físicamente se las ingenian, con altos riesgos, a modificar este medio de transporte, para adecuarlo a su discapacidad, Ellos también tienen ese derecho.

Por lo anterior podemos decir que la bicicleta es un transporte libre, gratuito y seguro. Sin embargo me detengo en la última afirmación “seguro” ese adjetivo es en el que “el Estado” interviene en aras del bien común, con ello no sólo cumple con su deber de vigilar por la libertad, sino además trabaja a favor de recuperación de espacios públicos y contribuye a garantizar un ambiente sano (mental, física y ecológicamente).

Por lo antes mencionado, la bicicleta no solamente es un objeto deportivo, recreativo o de transporte, es un instrumento de política pública, que garantice el derecho mayor, sobre el derecho particular, con miras a mejorar la calidad de vida de todos.

La segunda lupa, es referente al usuario y a la construcción misma. Todo derecho, implica una obligación, el ciclista deberá sujetarse a lo que la reglamentación estipula, por señalar algunas; el uso del casco, la iluminación y el uso de franjas fosforescentes, que lo hagan más visible ante el conglomerado de automóviles, usar exclusivamente la ruta señalada y respetar la capacidad del mueble no excediendo de su capacidad de carga sea esta material o de personas.

Por otra parte, la autoridad deberá construir las ciclovías de manera táctica, que logre la interconectividad mayor posible entre los polos de mayor desplazamiento, esta premisa se viene cumpliendo en el plan concebido entre gobierno estatal y gobierno municipal, incluso considerando el multi mencionado PIMUS (Programa Integral de Movilidad Urbana Sustentable), que tenemos gracias al estudio realizado en septiembre del 2013, en la página 20 y 21 del estudio en referencia destaco: Proyectos d eficiencia energética -Eco Driving; Proyectos de transporte pública-Tren, metro; mejora en las vías urbanas y rurales; PROYECTOS DE TRANSPORTE NO MOTORIZADO, Ciclovías, Sistema de bicicletas publicas y Peatonalización, mejora en las vías peatonales, etcétera.

La situación actual, de la ciclovía de calle Laureano Roncal, ha caído como anillo al dedo, para quienes arrastran intereses políticos, aliados a los usuarios de redes sociales, que lejos de cumplir la función social de investigar, comparar e informar, distorsionan para lograr la perversidad de la intención.

Lo expongo de manera fácil:

Caricaturas, memes y demás haciendo creer que el costo de 2.8 millones es sólo de la pintura y su aplicación, esa inversión va mas allá de la simple brocha, implica una serie de accesorios de señalética física con la que se le brinda mayor protección al ciclista, al peatón y al automovilista; me refiero entre otras, a los llamados vialtones o vialetas.

La obra fue anunciada públicamente el 10 de diciembre del presente año “Presentan Aispuro y Salum plan de obras”, rezaban los encabezados de la nota periodística; con el fondo de aportaciones a la infraestructura social /FAIS) se respaldará a Durango capital en la construcción y rehabilitación de parques, unidades deportivas y UNA CICLOPISTA que detonará el desarrollo, continúa la nota; en éste se construirá la ciclovía en calle Laureano Roncal, parque lineal Nelly Campobello, rehabilitación del parque público Nuevo Durango II…

Cápsulas de sosa: Muy activos los dirigentes de los partidos PRI y PAN respectivamente, el primero ejerciendo su función de tiempo atrás, convoca a la familia tricolor, bajo el lema de la unidad; la segunda estrenando responsabilidad que de manera libre y democrática le otorgó la militancia albiazul.

Por otro lado, el partido en el poder no da muestra en Durango, de cohesión, mucho menos de trabajo político, va de escándalo en escándalo.

Verdadera pena, que inversión cuantiosa en dotar de relleno sanitario a la cabecera municipal de Tamazula, haya quedado en un montón de cenizas.