/ lunes 29 de noviembre de 2021

Coalición legislativa puja por la electoral

Mucho tendrán que ver los diputados locales del PRI, PAN y PRD, en caso de que fructifique la alianza electoral “Va por Durango”, ante la actividad que han desarrollado para coadyuvar con sus respectivas dirigencias en lograr cristalizar la unión plural para ser competitivos en la carrera por renovar la gubernatura en el 2022.

Encabezados por Ricardo López Pescador, quien ha “tejido fino” para armonizar las diferentes posturas antagónicas, los legisladores priistas, panistas y perredistas, han puesto su granito de arena en la brega por llevar a buen puerto la coalición electoral, con la intención de que al menos participen con una candidatura común que aglutine a los tres partidos.

La asociación parlamentaria que generó un compromiso legislativa plural y coincidente, sin duda alguna que habrá de influir en las negociaciones que llevan a cabo los dirigentes nacionales y locales de los tres partidos para destrabar posturas, no sobre la unión que ya está prácticamente acordada, sino en torno a quien será el candidato o candidata para suceder a José Rosas Aispuro.

La agenda legislativa común que pactaron desarrollar durante el ejercicio de la LXIX Legislatura, ya es tomada como un modelo a replicar en otros estados del país, donde existen las alianzas de facto, pero sin la formalidad que le imbuyeron los parlamentarios locales, según lo manifestaron los legisladores federales, Rubén Moreira del PRI y Jorge Triana del PAN.

La suma de esfuerzos y voluntades que han alcanzado los legisladores, sin menoscabo de sus convicciones partidistas y políticas, significa el apuntalamiento de la alianza electoral que está en construcción, y que se ha encontrado con algunos “contratiempos” relacionados con las visiones personales y de grupo que se argumentan sobre el perfil de quien los abandere en el 2022.

Falta llegar a ese “punto de encuentro” para definir a quien represente una mayor competitividad en busca del voto ciudadano. El estire y afloja está en la perspectiva que argumentan, por un lado, los convencidos que para dar competencia se impulse a quien se encuentre mejor posicionado socialmente, con el “pero” de que ello lo expondría mayormente a ser blanco de las opiniones negativas.

Y la corriente que recomienda escoger, no al aspirante que salga adelante en las encuestas sobre intención del voto, sino a quien les represente el apoyo concurrente de los militantes de los tres partidos, de tal manera que ello garantice que exista el visto bueno que a su vez se podría multiplicar con familiares, amigos y otros estratos de la sociedad que simpatizan con el proyecto, o que están en contra de los de “enfrente”.

Al final, quien incline el fiel de la balanza a favor o en contra de las propuestas, será el jefe político del estado. Aunado al factor de conocer al candidato o candidata que postulen Morena y sus aliados, al considerar que unos pueden ser más complicados que otros como adversarios.

Mucho tendrán que ver los diputados locales del PRI, PAN y PRD, en caso de que fructifique la alianza electoral “Va por Durango”, ante la actividad que han desarrollado para coadyuvar con sus respectivas dirigencias en lograr cristalizar la unión plural para ser competitivos en la carrera por renovar la gubernatura en el 2022.

Encabezados por Ricardo López Pescador, quien ha “tejido fino” para armonizar las diferentes posturas antagónicas, los legisladores priistas, panistas y perredistas, han puesto su granito de arena en la brega por llevar a buen puerto la coalición electoral, con la intención de que al menos participen con una candidatura común que aglutine a los tres partidos.

La asociación parlamentaria que generó un compromiso legislativa plural y coincidente, sin duda alguna que habrá de influir en las negociaciones que llevan a cabo los dirigentes nacionales y locales de los tres partidos para destrabar posturas, no sobre la unión que ya está prácticamente acordada, sino en torno a quien será el candidato o candidata para suceder a José Rosas Aispuro.

La agenda legislativa común que pactaron desarrollar durante el ejercicio de la LXIX Legislatura, ya es tomada como un modelo a replicar en otros estados del país, donde existen las alianzas de facto, pero sin la formalidad que le imbuyeron los parlamentarios locales, según lo manifestaron los legisladores federales, Rubén Moreira del PRI y Jorge Triana del PAN.

La suma de esfuerzos y voluntades que han alcanzado los legisladores, sin menoscabo de sus convicciones partidistas y políticas, significa el apuntalamiento de la alianza electoral que está en construcción, y que se ha encontrado con algunos “contratiempos” relacionados con las visiones personales y de grupo que se argumentan sobre el perfil de quien los abandere en el 2022.

Falta llegar a ese “punto de encuentro” para definir a quien represente una mayor competitividad en busca del voto ciudadano. El estire y afloja está en la perspectiva que argumentan, por un lado, los convencidos que para dar competencia se impulse a quien se encuentre mejor posicionado socialmente, con el “pero” de que ello lo expondría mayormente a ser blanco de las opiniones negativas.

Y la corriente que recomienda escoger, no al aspirante que salga adelante en las encuestas sobre intención del voto, sino a quien les represente el apoyo concurrente de los militantes de los tres partidos, de tal manera que ello garantice que exista el visto bueno que a su vez se podría multiplicar con familiares, amigos y otros estratos de la sociedad que simpatizan con el proyecto, o que están en contra de los de “enfrente”.

Al final, quien incline el fiel de la balanza a favor o en contra de las propuestas, será el jefe político del estado. Aunado al factor de conocer al candidato o candidata que postulen Morena y sus aliados, al considerar que unos pueden ser más complicados que otros como adversarios.