/ martes 4 de febrero de 2020

Coincidencias entre Pancho Villa y Juana Belén Gutiérrez

En días pasados conmemoramos el 145 aniversario del natalicio de la profesora, periodista y feminista durangueña Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, nacida en San Juan del Río, un 27 de enero de 1875.

Sin duda, este municipio sanjuanero ha prodigado para la historia de México, una sólida identidad cultural y revolucionaria, toda vez que ha sido la cuna de ilustres mexicanos que han dejado una profunda huella en la defensa de los intereses sociales. Descuella indudablemente el nombre de Francisco Villa, como uno de los revolucionarios mexicanos más notables del siglo XX y por supuesto la célebre revolucionaria Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, destacada en el ámbito periodístico y la defensa de la mujer.

En esta ocasión abordaremos las vidas paralelas entre Pancho Villa y Juana Belén, en memoria del aniversario del natalicio de la periodista sanjuanera, mujer de pensamiento liberal. Existen marcadas coincidencias con el durangueño Francisco Villa nativo de La Coyotada, San Juan del Río, Dgo., hombre revolucionario que nació, creció y bebió la misma agua y que respiró el mismo aire que la insigne Belén Gutiérrez, quien reivindicó durante su fecunda trayectoria de vida, la equidad de género.

Estos dos personajes nacieron en el municipio de San Juan del Río, Durango, ambos trasmutaron su nombre por circunstancias de la vida, Juana le adicionó el nombre de “Belén” con motivo de resistir durante largo tiempo el encarcelamiento en la prisión de Belén de la Ciudad de México y en honor al sacrificio consideró autonombrarse Juana “Belén”, por su parte, la historia consigna el cambio de Doroteo Arango por el de Francisco Villa, en los aciagos días de la persecución del gobierno porfirista, es decir, uno y otro como protagonistas de la historia durangueña se identifican por la férrea persecución de que fueron objeto por parte del gobierno de Porfirio Díaz.

Juana Belén se conectó con asuntos relacionados con la minería ya que su esposo fue un humilde minero de San Pedro del Gallo, Dgo., por su parte, el padre de Pancho Villa trabajó en las minas de San Lucas de Ocampo, es decir, tanto Juana Belén como Pancho Villa conocieron de cerca la actividad minera y vivieron en carne propia la explotación de que eran objeto su familia cercana.

Ambos incursionaron en la Revolución Mexicana inspirados en las injusticias sociales, Villa luchó en el norte y Juana Belén a través de la pluma en diversos periódicos liberales llegando al grado de coronela en las fuerzas revolucionarias de Emiliano Zapata del estado de Morelos al sur de la República Mexicana. Lo anterior nos ilustra paradójicamente que Villa y Juana Belén obtienen el rango de coroneles en 1911. Villa y Juana Belén se declaran enemigos de Venustiano Carranza; Villa, rompe con el “Barón de Cuatro Ciénegas” antes de la Toma de Zacatecas y dos años más tarde, Juana Belén corta relaciones con Carranza y este último ordena su encarcelamiento. Los dos sanjuaneros sufren innumerables persecuciones y son objeto de prisiones prolongadas a lo largo de su vida.

Otra coincidencia se produce cuando Juana Belén y Pancho Villa materializan un proyecto social que se origina el mismo año de 1921, uno de estado de Morelos y otro en Canutillo, Durango, ella fundó ese año una colonia agrícola experimental denominándola “Santiago Orozco” con la pretensión de organizar una Colonia Agrícola Comunitaria, para beneficiar a quienes habían luchado durante la Revolución Mexicana en el sur.

Por su parte, Francisco Villa ese año del 21, estableció una Colonia Militar Agrícola como la ruta ideal para el desarrollo agropecuario, adecuándola a las necesidades y condiciones del país en la hacienda de Canutillo, Ocampo, Dgo.

Es de resaltar que la sanjuanera Juana Belén siempre mantuvo contacto con personajes de su estado natal a través de sus amigos y fue precisamente en 1901 en ocasión de fundar el semanario “Vésper” en Guanajuato, cuando entabló estrecha comunicación con el general Francisco O. Arce, un guerrerense avecindado en la ciudad de Durango.

Otalora Arce como director del reconocido periódico “La Bandera Roja” de osado perfil liberal, publicó un escrito revelando una misiva enviada por Juana Belén, en esa ocasión, Arce le contestó su carta manifestándole que admiraba de ella que empuñara el glorioso estandarte de la libertad en los momentos críticos en donde la historia se erigía sobre una montaña de preocupaciones y fanatismo, y que saludaba a la mujer mexicana que rompía sus seculares cadenas y entraba al concierto democrático y a la lucha que iniciaba el Partido Liberal. Juana Belén y Pancho Villa dos durangueños que amaron profundamente su terruño, trascendiendo sus acciones revolucionarias, para permanecer en la memoria del pueblo de México y en particular en su natal Durango.

En días pasados conmemoramos el 145 aniversario del natalicio de la profesora, periodista y feminista durangueña Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, nacida en San Juan del Río, un 27 de enero de 1875.

Sin duda, este municipio sanjuanero ha prodigado para la historia de México, una sólida identidad cultural y revolucionaria, toda vez que ha sido la cuna de ilustres mexicanos que han dejado una profunda huella en la defensa de los intereses sociales. Descuella indudablemente el nombre de Francisco Villa, como uno de los revolucionarios mexicanos más notables del siglo XX y por supuesto la célebre revolucionaria Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, destacada en el ámbito periodístico y la defensa de la mujer.

En esta ocasión abordaremos las vidas paralelas entre Pancho Villa y Juana Belén, en memoria del aniversario del natalicio de la periodista sanjuanera, mujer de pensamiento liberal. Existen marcadas coincidencias con el durangueño Francisco Villa nativo de La Coyotada, San Juan del Río, Dgo., hombre revolucionario que nació, creció y bebió la misma agua y que respiró el mismo aire que la insigne Belén Gutiérrez, quien reivindicó durante su fecunda trayectoria de vida, la equidad de género.

Estos dos personajes nacieron en el municipio de San Juan del Río, Durango, ambos trasmutaron su nombre por circunstancias de la vida, Juana le adicionó el nombre de “Belén” con motivo de resistir durante largo tiempo el encarcelamiento en la prisión de Belén de la Ciudad de México y en honor al sacrificio consideró autonombrarse Juana “Belén”, por su parte, la historia consigna el cambio de Doroteo Arango por el de Francisco Villa, en los aciagos días de la persecución del gobierno porfirista, es decir, uno y otro como protagonistas de la historia durangueña se identifican por la férrea persecución de que fueron objeto por parte del gobierno de Porfirio Díaz.

Juana Belén se conectó con asuntos relacionados con la minería ya que su esposo fue un humilde minero de San Pedro del Gallo, Dgo., por su parte, el padre de Pancho Villa trabajó en las minas de San Lucas de Ocampo, es decir, tanto Juana Belén como Pancho Villa conocieron de cerca la actividad minera y vivieron en carne propia la explotación de que eran objeto su familia cercana.

Ambos incursionaron en la Revolución Mexicana inspirados en las injusticias sociales, Villa luchó en el norte y Juana Belén a través de la pluma en diversos periódicos liberales llegando al grado de coronela en las fuerzas revolucionarias de Emiliano Zapata del estado de Morelos al sur de la República Mexicana. Lo anterior nos ilustra paradójicamente que Villa y Juana Belén obtienen el rango de coroneles en 1911. Villa y Juana Belén se declaran enemigos de Venustiano Carranza; Villa, rompe con el “Barón de Cuatro Ciénegas” antes de la Toma de Zacatecas y dos años más tarde, Juana Belén corta relaciones con Carranza y este último ordena su encarcelamiento. Los dos sanjuaneros sufren innumerables persecuciones y son objeto de prisiones prolongadas a lo largo de su vida.

Otra coincidencia se produce cuando Juana Belén y Pancho Villa materializan un proyecto social que se origina el mismo año de 1921, uno de estado de Morelos y otro en Canutillo, Durango, ella fundó ese año una colonia agrícola experimental denominándola “Santiago Orozco” con la pretensión de organizar una Colonia Agrícola Comunitaria, para beneficiar a quienes habían luchado durante la Revolución Mexicana en el sur.

Por su parte, Francisco Villa ese año del 21, estableció una Colonia Militar Agrícola como la ruta ideal para el desarrollo agropecuario, adecuándola a las necesidades y condiciones del país en la hacienda de Canutillo, Ocampo, Dgo.

Es de resaltar que la sanjuanera Juana Belén siempre mantuvo contacto con personajes de su estado natal a través de sus amigos y fue precisamente en 1901 en ocasión de fundar el semanario “Vésper” en Guanajuato, cuando entabló estrecha comunicación con el general Francisco O. Arce, un guerrerense avecindado en la ciudad de Durango.

Otalora Arce como director del reconocido periódico “La Bandera Roja” de osado perfil liberal, publicó un escrito revelando una misiva enviada por Juana Belén, en esa ocasión, Arce le contestó su carta manifestándole que admiraba de ella que empuñara el glorioso estandarte de la libertad en los momentos críticos en donde la historia se erigía sobre una montaña de preocupaciones y fanatismo, y que saludaba a la mujer mexicana que rompía sus seculares cadenas y entraba al concierto democrático y a la lucha que iniciaba el Partido Liberal. Juana Belén y Pancho Villa dos durangueños que amaron profundamente su terruño, trascendiendo sus acciones revolucionarias, para permanecer en la memoria del pueblo de México y en particular en su natal Durango.