Lamentable olvido de nuestra historia
Hace unos días tuvimos qué estar en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, por dos motivos, uno para entregar cierta documentación y el otro para gozar de todo lo que ofrece ese bello puerto, ya que pudimos admirar cada monumento y esculturales formas que para qué les contamos.
Efectivamente, cerca de la playa existen esculturas del pescador, Neptuno, monumentos de Juárez, Madero, etc. ¿o ustedes de qué monumentos estaban pensando?
Hace algunas décadas los maestros sobre todo de primaria se esmeraban en trasmitirnos con personal emoción los gloriosos episodios de nuestra historia patria y ponían énfasis en los episodios de nuestros héroes, emoción que despertaba admiración por aquellos que forjaron esta patria nuestra que costó vida y sufrimiento no sólo a nuestros paladines, sino hasta su familia misma.
Acabamos de estar en el heroico puerto de Mazatlán que cuenta no sólo con muchos atractivos turísticos, sino que al igual que ahí como en todo el país se inscribieron gloriosas páginas en las luchas libertarias de nuestra nación y hoy lamentablemente olvidadas en el ideario del grueso de los mexicanos y les vamos un solo ejemplo.
En ese bello puerto se dio una singular batalla en los tiempos del imperio gestionado por mexicanos traidores a la patria y que todavía pululan entre las filas de Acción Nacional. Arribó a ese puerto un buque de guerra francés y empezó a cañonear puntos estratégicos de esa ciudad con obuses de 120 libras y baterías de 80, (sic). Desembarcaron marinos franceses y se sostuvo una feroz batalla en tierra en la cual los soldados del ejército liberal rechazaron a los invasores, quienes tuvieron que regresar a su embarcación de nombre La Cordeliere.
Pero para esa fragata apenas empezaba la batalla, ya que con sus cañones de 80 mm. sostuvo una carga continua de obuses que ponían en desventaja a las fuerzas nacionales.
Pero afortunadamente llegaron unos artilleros hidalguenses con un cañón que por lo mismo lo montaron en la playa lo más cerca que se pudo del mar para poder contraatacar al buque francés y después de varias horas nuestros artilleros pudieron hacer daño significativo en la fragata de los invasores que empezó a producirse humo y fuego en dicha embarcación y por tanto tuvieron que abandonar el campo de batalla.
Este glorioso episodio fue presenciado por el nigromante, quien situado en una colina estuvo presenciando la batalla no sólo de tierra, sino también la naval y de su puño y letra narró paso a paso esas gloriosos hechos de nuestra historia y por fortuna ese escrito de varias páginas escritas por Ignacio Ramírez obra en nuestro poder, ya que formaba parte del archivo personal de don Braulio Meraz Nevárez y que por nuestra cercanía familiar con él y la magnanimidad de su hija Nora, es ese y varios y valiosos documentos más que están en nuestro poder.
Pero volviendo a nuestra reciente visita a Mazatlán, visitamos el lugar donde se encuentra actualmente en exhibición ese histórico cañón en un mirador con vista a parte de la ciudad y el mar, un lugar turístico pues, pero tristemente comprobamos que los visitantes sólo van a tomarse la foto con vista al mar porque de un numeroso grupo de turistas que acudieron ahí, sólo dos personas se acercaron al cañón a ver la leyenda y tomarse la foto y los demás tomársela con vista hacia el océano, ignorando esa pieza de artillería mudo testigo del valor de los defensores de la patria, o sea, nuestra historia es poca cosa para las generaciones actuales, qué triste y lamentable, algo tiene qué hacer el gobierno porque pueblo que olvida su historia estará obligado a repetirla.
Está gruesa la borregada, (no todos), en número del sindicato blanco del PJF que siguen la consigna de los oligarcas con aquello de “el INAI, el INE, SCJN, sus fideicomisos y prebendas no se tocan”, más los que se acumulen.
Mucha gente se pregunta el qué tendrán los E.U. Israel y los neoliberales que nadie los quiere. Estos últimos el pueblo de México si sabe por qué.