/ miércoles 2 de enero de 2019

Columna liberal

En las filas liberales aportarán sus miembros, la mayoría incógnitos, es decir sin pedir nada a cambio, sin andar externando su lucha o su grano de arena en el quehacer progresista y donde los líderes del cambio nunca sabrán de su existencia.

La Orden Masónica está basada en las escuelas secretas de la antigüedad pagana, muchos de cuyos símbolos han sido preservados hasta nuestros días en los diversos grados de la Logia Azul del Rito Escocés.

Respecto al origen del término “Francmasón” que constituye en sí mismo una clave de las doctrinas de la Orden, se sabe por varios historiadores de estos temas, que mucho antes de la construcción del templo del rey Salomón, (el más reciente origen de la masonería), se conocía a los masones con el nombre de Hijos de la Luz, término derivado de las palabras del antiguo egipcio Phre, el sol y mas igual a un hijo, o sea Phre-Massen, equivalente a Hijos del Sol o Hijos de la Luz.

El verdadero secreto de la regeneración del fuego en el alma es revelado por el ritual del tercer grado de la Logia Azul, bajo la alegoría de la muerte de Hiram Abiff. El nombre de Hiram está, como ya se ha hecho notar, estrechamente relacionado con el elemento fuego.

Su descendencia directa de Tubal Caín, el primer gran artesano en metales mediante el uso del fuego relaciona aún más a este diestro operario con la inmortal llama de vida en el hombre. Según una antigua leyenda cabalística Hiram no era descendiente de Adán o Jehová como los hijos de Set, sino de más noble estirpe porque por sus venas corría el fuego de Samael, uno de los Elohim.

Además hay dos clases de hombres en el mundo: los que tienen aspiraciones y los que no las tienen. Aquellos sin aspiraciones son los hijos de Set, verdaderos hijos de la Tierra, que se apegan a su madre con tenacidad, siendo terrenalidad la palabra de su naturaleza. Hay otra raza, la de los hijos del fuego, descendientes de Samael, el regente del fuego.

Estos hijos de la llama están siempre animados por la ambición y la aspiración. Son los constructores de ciudades, los que erigen monumentos, los conquistadores de mundos, los precursores, los que trabajan los metales, verdaderos hijos de la llama eterna, están con los ojos fijos en la flamígera estrella de la cual vinieron. Pertenecen por lo tanto al grupo progresista en el cual se ha ubicado a ya saben quién.

Y aunque los masones y otros grupos esotéricos de iniciación están unos más, otros menos, lejos de alcanzar el camino que debe seguir la humanidad para seguir los pasos del rey sacerdote que se cita en la biblia como Melquisedek y en cuya Orden quedó contemplado como sacerdote por siempre Jesús el Cristo luego de haber superado los males, vicios y pasiones en que estamos envueltos los humanos y que cuando eso suceda tendremos la oportunidad de ser bicéfalos o la serpiente de dos cabezas simbolizada en el grado 33 de la masonería que explica el ascenso de ellas hasta la glándula pineal donde éstas se unen, dando lugar al ser humano andrógino que existió al inicio de la raza humana y se perdió cuando para reproducirse ella, cayó en el pecado original, o sea reproducirse a través del acto carnal a través del sexo.

Pero mientras tanto, los masones por pertenecer a un grupo progresista que ha luchado desde siempre por las libertades y los derechos del hombre, no han bajado la guardia porque los grupos adoradores de Mefistófeles que a través la esclavitud, explotación y usura luchan para conservar sus privilegios y aunque pero paradójicamente se dicen observadores de las leyes divinas y el culto y respeto a Dios, la realidad es que practican hipócritamente los mandatos del Eterno; son como los nombró AMLO mezquinos y canallas y nos estamos refiriendo a quienes pertenecen a los conservadores de ultraderecha.

En cambio, en las trincheras de los liberales habrá gente siempre dispuesta a aportar su cuota, unos con más preparación, otros con menos, pero bien vale la pena sus sacrificios cuando se logra el objetivo, pero nunca sin bajar la guardia porque los adversarios nunca tampoco renunciarán a lo que han ostentado siempre, obtenido con prácticas no muy honestas como ya está quedando demostrado en este país de la corrupción y la impunidad, con las estafas maestras, los Papeles de Panamá, las facturas apócrifas de empresas fantasmas, el saqueo de Pemex y una larga lista más que redunda en el enriquecimiento ilícito de una minoría rapaz y el empobrecimiento y miseria de las grandes mayorías.

En las filas liberales aportarán sus miembros, la mayoría incógnitos, es decir sin pedir nada a cambio, sin andar externando su lucha o su grano de arena en el quehacer progresista y donde los líderes del cambio nunca sabrán de su existencia.

Por otro lado, encontraremos también la otra cara de la moneda y que como en el caso del actual presidente de la república y desde hace tres sexenios han procurado pulverizarlo; este tipo de personas prefieren todas las prácticas de corrupción de los sexenios anteriores, defienden perrunamente el tipo de política equiparada con la era de los hacendados y la impunidad, ah, pero se dicen cristianos pero en la práctica y contrariamente a la humildad y pobreza que practicó el Mesías de Galilea, prefieren ver a un pueblo muerto de hambre, en la miseria, en el atraso y en la pobreza extrema.

En las filas liberales aportarán sus miembros, la mayoría incógnitos, es decir sin pedir nada a cambio, sin andar externando su lucha o su grano de arena en el quehacer progresista y donde los líderes del cambio nunca sabrán de su existencia.

La Orden Masónica está basada en las escuelas secretas de la antigüedad pagana, muchos de cuyos símbolos han sido preservados hasta nuestros días en los diversos grados de la Logia Azul del Rito Escocés.

Respecto al origen del término “Francmasón” que constituye en sí mismo una clave de las doctrinas de la Orden, se sabe por varios historiadores de estos temas, que mucho antes de la construcción del templo del rey Salomón, (el más reciente origen de la masonería), se conocía a los masones con el nombre de Hijos de la Luz, término derivado de las palabras del antiguo egipcio Phre, el sol y mas igual a un hijo, o sea Phre-Massen, equivalente a Hijos del Sol o Hijos de la Luz.

El verdadero secreto de la regeneración del fuego en el alma es revelado por el ritual del tercer grado de la Logia Azul, bajo la alegoría de la muerte de Hiram Abiff. El nombre de Hiram está, como ya se ha hecho notar, estrechamente relacionado con el elemento fuego.

Su descendencia directa de Tubal Caín, el primer gran artesano en metales mediante el uso del fuego relaciona aún más a este diestro operario con la inmortal llama de vida en el hombre. Según una antigua leyenda cabalística Hiram no era descendiente de Adán o Jehová como los hijos de Set, sino de más noble estirpe porque por sus venas corría el fuego de Samael, uno de los Elohim.

Además hay dos clases de hombres en el mundo: los que tienen aspiraciones y los que no las tienen. Aquellos sin aspiraciones son los hijos de Set, verdaderos hijos de la Tierra, que se apegan a su madre con tenacidad, siendo terrenalidad la palabra de su naturaleza. Hay otra raza, la de los hijos del fuego, descendientes de Samael, el regente del fuego.

Estos hijos de la llama están siempre animados por la ambición y la aspiración. Son los constructores de ciudades, los que erigen monumentos, los conquistadores de mundos, los precursores, los que trabajan los metales, verdaderos hijos de la llama eterna, están con los ojos fijos en la flamígera estrella de la cual vinieron. Pertenecen por lo tanto al grupo progresista en el cual se ha ubicado a ya saben quién.

Y aunque los masones y otros grupos esotéricos de iniciación están unos más, otros menos, lejos de alcanzar el camino que debe seguir la humanidad para seguir los pasos del rey sacerdote que se cita en la biblia como Melquisedek y en cuya Orden quedó contemplado como sacerdote por siempre Jesús el Cristo luego de haber superado los males, vicios y pasiones en que estamos envueltos los humanos y que cuando eso suceda tendremos la oportunidad de ser bicéfalos o la serpiente de dos cabezas simbolizada en el grado 33 de la masonería que explica el ascenso de ellas hasta la glándula pineal donde éstas se unen, dando lugar al ser humano andrógino que existió al inicio de la raza humana y se perdió cuando para reproducirse ella, cayó en el pecado original, o sea reproducirse a través del acto carnal a través del sexo.

Pero mientras tanto, los masones por pertenecer a un grupo progresista que ha luchado desde siempre por las libertades y los derechos del hombre, no han bajado la guardia porque los grupos adoradores de Mefistófeles que a través la esclavitud, explotación y usura luchan para conservar sus privilegios y aunque pero paradójicamente se dicen observadores de las leyes divinas y el culto y respeto a Dios, la realidad es que practican hipócritamente los mandatos del Eterno; son como los nombró AMLO mezquinos y canallas y nos estamos refiriendo a quienes pertenecen a los conservadores de ultraderecha.

En cambio, en las trincheras de los liberales habrá gente siempre dispuesta a aportar su cuota, unos con más preparación, otros con menos, pero bien vale la pena sus sacrificios cuando se logra el objetivo, pero nunca sin bajar la guardia porque los adversarios nunca tampoco renunciarán a lo que han ostentado siempre, obtenido con prácticas no muy honestas como ya está quedando demostrado en este país de la corrupción y la impunidad, con las estafas maestras, los Papeles de Panamá, las facturas apócrifas de empresas fantasmas, el saqueo de Pemex y una larga lista más que redunda en el enriquecimiento ilícito de una minoría rapaz y el empobrecimiento y miseria de las grandes mayorías.

En las filas liberales aportarán sus miembros, la mayoría incógnitos, es decir sin pedir nada a cambio, sin andar externando su lucha o su grano de arena en el quehacer progresista y donde los líderes del cambio nunca sabrán de su existencia.

Por otro lado, encontraremos también la otra cara de la moneda y que como en el caso del actual presidente de la república y desde hace tres sexenios han procurado pulverizarlo; este tipo de personas prefieren todas las prácticas de corrupción de los sexenios anteriores, defienden perrunamente el tipo de política equiparada con la era de los hacendados y la impunidad, ah, pero se dicen cristianos pero en la práctica y contrariamente a la humildad y pobreza que practicó el Mesías de Galilea, prefieren ver a un pueblo muerto de hambre, en la miseria, en el atraso y en la pobreza extrema.

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