Es común entre gran parte de la ciudadanía el abstenerse de participar y saber de los tiempos y campañas políticas, no porque no sea importante en términos de democracia, sino porque a la mayoría de los candidatos y sus partidos se les ha vuelto una costumbre.
No sólo mentir, insultar, sino hasta de agredir física y verbalmente y por desgracia en algunos lamentables caso de la privación de la vida. También repercute en el ánimo ciudadano la postura o conducta del árbitro electoral como es el caso del INE, el cual en vez de conducirse con imparcialidad y seriedad, sus conductas y hechos evidencian preferencias por una coalición y aversión hacia otros partidos, lo cual genera un clima de confrontación entre institutos políticos y sus seguidores, así como riesgos mayores.
Las mismas autoridades coadyuvan a enrarecer el clima de desconfianza violando las reglas del juego y generando declaraciones que confunden a la ciudadanía, como es el caso de la repartición de tarjetas y despensas, ya que por un lado aquí en Durango los candidatos de algunos partidos señalan con índice de fuego al gobierno federal que porque nos tienen olvidados y no nos hacen llegan recursos ni programas sociales, vertiendo repetidamente esas falsedades y prometiendo y asegurando que en el caso de la alianza del PRIAN y la pizca de PRD, (como se escucha en una propaganda), ellos sí van a lograr quién sabe cuántas cosas, mismas que no hicieron cuando estuvieron gobernando.
Ellos mismos se han evidenciado con todas las investigaciones que se han estado llevado a cabo poniéndose al descubierto la alta corrupción con que se han manejado, deduciéndose por tanto que “salieron malos para gobernar y buenos para robar” pero aparte han salido malos para propalar sus mentiras porque aseguran que el gobierno desapareció las guarderías ¡ falso! canceló el subsidio que se les estaba otorgando directamente por no tener los niños que aparecían en sus listas y que conforme al número de infantes se les entregaba dinero por cada uno de ellos. Hoy se les entrega ese dinero a las madres directamente para que paguen la guardería. Lo que se canceló fue el fraude.
Se desgarran las vestiduras porque dicen que a Durango no le llegan apoyos y programas de la federación. Nuestra entidad aporta a la federación el 5% del 100% que recibe presupuestalmente de Hacienda, es decir, vivimos de la limosna de los recursos federales. Otro dato, en días pasados por motivo de la repartición de despensas que iba a llevar indebidamente a cabo el DIF estatal, claramente se leía en las mismas que eran provenientes de recursos federales y esas despensas llegan en todo el año.
La SEP siempre estuvo mandando dinero a los estados para obra, limpieza y conservación de las escuelas, pero a éstas nunca llegaron, sin embargo le endilgaron esas actividades a las sociedades de padres de familia. Hoy se les hace llegar directamente esos recursos a las sociedades, pero según los detractores del gobierno acá no llega nada, como el caso del campo en que los principales magos, por aquello de desaparecer los apoyos que mandaba la federación, eran los líderes de las centrales campesinas porque hoy igualmente se les hace llegar el dinero a los campesinos, de ahí que con mentiras pretendan confundir al pueblo para regresar al poder y seguir robando a manos llenas.
Esa es la pretensión de los reaccionarios y socios que siempre les han acompañado. Tenemos la información veraz para desmentir a esos tendenciosos candidatos contrarios al actual gobierno federal, pero por falta de espacio lo dejamos pendiente, sólo queremos asentar que mucha razón tienen muchos miembros de Morena de inconformarse por lo que pasa al interior de esa corriente por no ser escuchados en sus demandas y propuestas inclusive se da con sus propios representantes populares como es el caso de una diputada local que la va jugando para reelegirse por la vía plurinominal, quien por su extracción panista les hace fuchi a los de izquierda, pero increíblemente se da el caso también con la senadora Margarita Valdez, quien sí es de izquierda, pero no tiene disposición de ver u oír a los de abajo.