/ sábado 6 de noviembre de 2021

Comentando mis artículos

Que mis amigos me escriban para hacerme comentarios de los artículos que sábado a sábado me hace el favor de publicarme este prestigiado diario, considero que es una gran distinción y, honestamente, lo de mayor agrado es cuando coinciden con lo tratado en ellos.

Hace tiempo que no recibo insultos anónimos en los que me señalaban: “piti yanqui”, y algunos otros calificativos. Pero sí puedo comentar que dos de mis grandes amigos de toda la vida, me han hecho comentarios diferentes a los demás que, aunque les he dado una respuesta individual, vale la pena comentar, sin decir de quienes se trata, cuál ha sido el parecer de ellos con relación a mis comentarios del sábado pasado.

Uno de ellos exterioriza textualmente:

“No cabe duda mi estimado y distinguido licenciado Zavala que tu obsesión es mi presidente AMLO; me permito hacerte una sugerencia y es la siguiente: Sería bueno y muy sano que en tus artículos periodísticos tratases otros temas, ese es mi particular punto de vista, porque definitivamente pudieses abordar otros temas, porque en realidad resulta tedioso leerte en tus artículos que siempre hablan de lo mismo, dicho lo anterior con todo respeto”.

Mi otro dilecto amigo me expresa:

“Me preocupas, querido amigo. Parece que eres peje céntrico, quasi obsesivo. Recuerda que eres un sol que ilumina sus circunstancias, su ex y entorno; que no eres como un planeta o satélite, que tu centro es Dios mismo. Para ser libres nos liberó Cristo y aunque tengas muchas razones para repudiar (y advertir a los demás), al prejidente egocéntrico, vengativo, autoritario, ignorante, etc., etc., no tienes que ser iterativo en descalificarlo todos los días. Parece que te enganchó su desastrosa figura, que te hipnotizó su malévola persona”.

De inmediato di respuesta agradeciendo los mensajes recibidos, a quienes les contesté similarmente, exponiendo que, escribo lo que siento y deseo que mi opinión sea conocida, que si he dicho alguna falsedad me sea combatida y estoy dispuesto a aceptar si se demuestra que mentí. Y por cuanto a que, sólo escribo para exhibir los errores del presidente, respondo que, si son los temas del momento y si habitualmente comete errores, no tengo por qué callarlos y no expresar lo que me parece mal, pero estoy dispuesto a que, si digo algo que no ha sido, me corrijan y me hagan ver con pruebas la falta que he cometido.

¿Qué es una obsesión que tengo al señalar solamente los defectos del presidente, o que soy iterativo en descalificarlo todos los días? Creo que, si de obsesiones o de iterativo se trata, nada más vean los obcecamientos del presidente con Calderón, con los neoliberales, con quien lo contradiga, a quienes acusa sin probar ni denunciar y sólo convierte en chisme sus homilías mañaneras y él si lo hace repetitivamente día con día, yo me limito a demostrar la mentira, sandez, disparate o torpeza realizada por el presidente que, como son muchas, repetitivas y muy frecuentes, parece que soy machacón, además, tengo que acumular eso en mis escritos de cada semana y no me alcanza el espacio para decirlo todo.

Y cómo no comentar que, cuando aún no ha cesado la polémica por las necias y estúpidas críticas a la UNAM, ya expulsó otra gansada, “que el feminismo y el ecologismo son productos del neoliberalismo, y que son movimientos creados para que la población diera cuenta de los saqueos que ocurrían en el mundo”.

Ante todo lo sucedido, es imposible para este humilde servidor quede hipnotizado, pues con razones y pruebas manifiesto lo que escribo; lo que sí puedo asegurar es que, quien creyó en las absurdas promesas que hizo el Peje como candidato, sí estaba idiotizado.

Agradezco la preocupación que tiene mi amigo por mí, pero respetuosamente le digo que, más debiera estar intranquilo porque nuestro país está en manos de un demente que ha tirado al escusado el dinero que existía en las arcas de la nación y que, al contrario de reclamar que cambie a otro giro mis escritos, se preocupen ellos de difundir las actitudes demenciales del presidente y no se dejen comprar por un plato de lentejas, que por recibir una limosna, dejen que el país se vaya a la banca rota.

Que mis amigos me escriban para hacerme comentarios de los artículos que sábado a sábado me hace el favor de publicarme este prestigiado diario, considero que es una gran distinción y, honestamente, lo de mayor agrado es cuando coinciden con lo tratado en ellos.

Hace tiempo que no recibo insultos anónimos en los que me señalaban: “piti yanqui”, y algunos otros calificativos. Pero sí puedo comentar que dos de mis grandes amigos de toda la vida, me han hecho comentarios diferentes a los demás que, aunque les he dado una respuesta individual, vale la pena comentar, sin decir de quienes se trata, cuál ha sido el parecer de ellos con relación a mis comentarios del sábado pasado.

Uno de ellos exterioriza textualmente:

“No cabe duda mi estimado y distinguido licenciado Zavala que tu obsesión es mi presidente AMLO; me permito hacerte una sugerencia y es la siguiente: Sería bueno y muy sano que en tus artículos periodísticos tratases otros temas, ese es mi particular punto de vista, porque definitivamente pudieses abordar otros temas, porque en realidad resulta tedioso leerte en tus artículos que siempre hablan de lo mismo, dicho lo anterior con todo respeto”.

Mi otro dilecto amigo me expresa:

“Me preocupas, querido amigo. Parece que eres peje céntrico, quasi obsesivo. Recuerda que eres un sol que ilumina sus circunstancias, su ex y entorno; que no eres como un planeta o satélite, que tu centro es Dios mismo. Para ser libres nos liberó Cristo y aunque tengas muchas razones para repudiar (y advertir a los demás), al prejidente egocéntrico, vengativo, autoritario, ignorante, etc., etc., no tienes que ser iterativo en descalificarlo todos los días. Parece que te enganchó su desastrosa figura, que te hipnotizó su malévola persona”.

De inmediato di respuesta agradeciendo los mensajes recibidos, a quienes les contesté similarmente, exponiendo que, escribo lo que siento y deseo que mi opinión sea conocida, que si he dicho alguna falsedad me sea combatida y estoy dispuesto a aceptar si se demuestra que mentí. Y por cuanto a que, sólo escribo para exhibir los errores del presidente, respondo que, si son los temas del momento y si habitualmente comete errores, no tengo por qué callarlos y no expresar lo que me parece mal, pero estoy dispuesto a que, si digo algo que no ha sido, me corrijan y me hagan ver con pruebas la falta que he cometido.

¿Qué es una obsesión que tengo al señalar solamente los defectos del presidente, o que soy iterativo en descalificarlo todos los días? Creo que, si de obsesiones o de iterativo se trata, nada más vean los obcecamientos del presidente con Calderón, con los neoliberales, con quien lo contradiga, a quienes acusa sin probar ni denunciar y sólo convierte en chisme sus homilías mañaneras y él si lo hace repetitivamente día con día, yo me limito a demostrar la mentira, sandez, disparate o torpeza realizada por el presidente que, como son muchas, repetitivas y muy frecuentes, parece que soy machacón, además, tengo que acumular eso en mis escritos de cada semana y no me alcanza el espacio para decirlo todo.

Y cómo no comentar que, cuando aún no ha cesado la polémica por las necias y estúpidas críticas a la UNAM, ya expulsó otra gansada, “que el feminismo y el ecologismo son productos del neoliberalismo, y que son movimientos creados para que la población diera cuenta de los saqueos que ocurrían en el mundo”.

Ante todo lo sucedido, es imposible para este humilde servidor quede hipnotizado, pues con razones y pruebas manifiesto lo que escribo; lo que sí puedo asegurar es que, quien creyó en las absurdas promesas que hizo el Peje como candidato, sí estaba idiotizado.

Agradezco la preocupación que tiene mi amigo por mí, pero respetuosamente le digo que, más debiera estar intranquilo porque nuestro país está en manos de un demente que ha tirado al escusado el dinero que existía en las arcas de la nación y que, al contrario de reclamar que cambie a otro giro mis escritos, se preocupen ellos de difundir las actitudes demenciales del presidente y no se dejen comprar por un plato de lentejas, que por recibir una limosna, dejen que el país se vaya a la banca rota.