/ lunes 12 de abril de 2021

Congreso sacará su Agenda Legislativa

Con la llegada de Iván Gurrola a la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, la LXVIII Legislatura entra a la recta final de su ejercicio constitucional, con un estilo de liderazgo diferente.

El nuevo “pastor” de los diputados pretende cohesionar a la fracción de Morena, y efectuar una política de diálogo e inclusión con los miembros de todas las fracciones, para obtener los acuerdos consensuados que saquen adelante la agenda legislativa y los temas coyunturales pendientes.

Con escasos cinco meses para llegar a la meta, el diputado morenista aceptó el reto que le representa entrar al relevo de Sandra Amaya, quien decidió dedicarse a defender en tribunales, la restitución de la candidatura plurinominal de la que fuera despojada por el IEPC.

El diputado fue alentado para tomar la decisión, tanto por sus compañeros de bancada, como por los de los otros partidos, lo cual legitima y fortalece la conducción y el trabajo en equipo que ya empezó a realizar para cumplir con los compromisos que el Congreso tiene con los duranguenses.

Gurrola Vega es considerado un político combativo, que ahora desde la coordinación política de los parlamentarios, deberá echar mano de su experiencia y capacidad política para aplicar la “mano izquierda” y negociar las resoluciones que plantea la pluralidad ideológica, en un ambiente de civilidad y si se puede, de armonía.

No solamente se trata de hacer un buen papel, sino que tendrá que demostrar que está preparado para lo que su partido le encomiende a futuro, y para lo cual deberá trabajar en coordinación, primero con los legisladores morenistas, y después con todos los ocupantes de las curules que integran la Legislatura local.

En sus primeras declaraciones como líder cameral, Gurrola Vega anunció que llevará a cabo una relación de respeto y colaboración con los Poderes Ejecutivo y Judicial, con el propósito de que en lo que resta del segundo período ordinario del tercer año de ejercicio constitucional, que termina el 31 de mayo, y luego los 2 meses de receso en que habrá de funcionar la Comisión Permanente, se concreten los pendientes de la agenda legislativa conjunta.

Y precisamente un tema escabroso que pondrá a Iván Gurrola en el “ojo del huracán”, es el que se refiere a la sanción que el Congreso decidirá en contra del alcalde Jorge Salum, emanado de sentencia que falló el tribunal Electoral por haber acompañado a Minka Hernández a su registro como precandidata.

La Comisión de Responsabilidades que encabeza Gerardo Villarreal, será la encargada de elaborar el dictamen que se pondrá a consideración del pleno legislativo. No obstante, Iván Gurrola tendrá que desplegar intenso cabildeo para que se logre una determinación, sino unánime, al menos que registre el consenso de la mayoría de parlamentarios.

Pero además dirigirá el proceso de entrega-recepción que implica la transición de la Legislatura, con la llegada de la LXIX a partir del primero de septiembre.

Con la llegada de Iván Gurrola a la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, la LXVIII Legislatura entra a la recta final de su ejercicio constitucional, con un estilo de liderazgo diferente.

El nuevo “pastor” de los diputados pretende cohesionar a la fracción de Morena, y efectuar una política de diálogo e inclusión con los miembros de todas las fracciones, para obtener los acuerdos consensuados que saquen adelante la agenda legislativa y los temas coyunturales pendientes.

Con escasos cinco meses para llegar a la meta, el diputado morenista aceptó el reto que le representa entrar al relevo de Sandra Amaya, quien decidió dedicarse a defender en tribunales, la restitución de la candidatura plurinominal de la que fuera despojada por el IEPC.

El diputado fue alentado para tomar la decisión, tanto por sus compañeros de bancada, como por los de los otros partidos, lo cual legitima y fortalece la conducción y el trabajo en equipo que ya empezó a realizar para cumplir con los compromisos que el Congreso tiene con los duranguenses.

Gurrola Vega es considerado un político combativo, que ahora desde la coordinación política de los parlamentarios, deberá echar mano de su experiencia y capacidad política para aplicar la “mano izquierda” y negociar las resoluciones que plantea la pluralidad ideológica, en un ambiente de civilidad y si se puede, de armonía.

No solamente se trata de hacer un buen papel, sino que tendrá que demostrar que está preparado para lo que su partido le encomiende a futuro, y para lo cual deberá trabajar en coordinación, primero con los legisladores morenistas, y después con todos los ocupantes de las curules que integran la Legislatura local.

En sus primeras declaraciones como líder cameral, Gurrola Vega anunció que llevará a cabo una relación de respeto y colaboración con los Poderes Ejecutivo y Judicial, con el propósito de que en lo que resta del segundo período ordinario del tercer año de ejercicio constitucional, que termina el 31 de mayo, y luego los 2 meses de receso en que habrá de funcionar la Comisión Permanente, se concreten los pendientes de la agenda legislativa conjunta.

Y precisamente un tema escabroso que pondrá a Iván Gurrola en el “ojo del huracán”, es el que se refiere a la sanción que el Congreso decidirá en contra del alcalde Jorge Salum, emanado de sentencia que falló el tribunal Electoral por haber acompañado a Minka Hernández a su registro como precandidata.

La Comisión de Responsabilidades que encabeza Gerardo Villarreal, será la encargada de elaborar el dictamen que se pondrá a consideración del pleno legislativo. No obstante, Iván Gurrola tendrá que desplegar intenso cabildeo para que se logre una determinación, sino unánime, al menos que registre el consenso de la mayoría de parlamentarios.

Pero además dirigirá el proceso de entrega-recepción que implica la transición de la Legislatura, con la llegada de la LXIX a partir del primero de septiembre.