/ domingo 19 de mayo de 2019

Crónica de la asamblea de las redes sociales progresistas (RSP)

El día 18 de mayo del año que transcurre, se llevó a cabo la Cuarta Asamblea Estatal, de las Redes Sociales Progresistas (RSP) cuyo objetivo es ir cumpliendo en cada uno de los estados con este tipo de reuniones, a fin de completar cuando menos 20, para constituirse en partido político.

Hay opiniones que dolosamente aseguran que dicho proyecto aglutina la experiencia del Partido Nueva Alianza, cuyas aseveraciones pudiéramos decir que están totalmente equivocadas, porque si alguien tuviera la pésima idea de someterlo a obtener una réplica de dicho cadáver, sería exponerlo a correr la misma suerte y a frustrar la superioridad de sus avances, así como percudir su nombre, si se osara cimentar su estructura sobre los cascajos de semejante ruina.

El partido Redes Sociales Progresistas (RSP) en pos de su registro, viene arrasando y sorprendiendo la capacidad de propios y extraños, al percibir el desarrollo de cada una de sus asambleas, que avanzan sobre el símbolo de la legalidad y el compromiso inalienable de sus afiliados, que esta vez en Durango, dieron mucho qué decir y qué sentir en el ánimo de sus organizadores.

Cuya responsabilidad pesa en mayor grado en Julián Salvador Reyes, quien desde sus inicios en dicha tarea, ha sido incansable en el propósito de lograr los objetivos que arman la columna vertebral de esta organización política, que aspira a la conformación de un partido, cuya esencia es fortalecer y sostener la democracia que caracteriza a la 4ª Transformación.

La propuesta de partido y su plataforma son atractivos, ya que posibilitan no sólo la exposición de sus organizadores, sino también de los asistentes, ya que mano alzada y por unanimidad se aprobaron los principios básicos; así como las reglas preestablecidas que pretenden dar origen a una nueva organización política acorde a la 4ª Transformación, que serán ratificadas en la asamblea nacional por los delegados que ahí mismo fueron electos.

Con la velaría a reventar y dicho por los que saben calcular, se dieron cifras entre siete y ocho mil personas, incluyendo grupos que en su mayoría provenían de colonias populares. Así mismo, fue muy notable la presencia de maestros afiliados a la Sección 44, que por sí solos constituyen una radiografía de la inocultable simpatía hacia dicho proyecto.

Mención aparte merecen los jóvenes, que sin duda alguna constituían la fuerza y fachada del evento, cuyas características se aleaban con la belleza del gran séquito de edecanes que sumaban más de 300, y que ataviadas con playeras blancas y cachuchas del mismo color, en ambas prendas resaltaban y lucían impecables las siglas de la organización.

Dicha asistencia es histórica, porque ningún otro proyecto en ciernes de constituirse en partido político, jamás ha dado muestras de una capacidad de movilización tan impresionante y apabullante, como la demostrada por las Redes Sociales Progresistas, cuya filosofía de operación es hacer lo que los afiliados decidan y aprueben.

Esa es la esencia fundamental que seduce el pensamiento de los que simpatizan con el proyecto de partido, porque de entrada rechaza la idea de que los poquitos deben tener el mando y todos los demás deben obedecer.

Eso atrajo sin duda a los que se afiliaron, sin ninguna excusa ni prejuicio, ya que les parece lógico y les satisface que en el arranque de su formación no hay que estar sujetos a la voluntad de las tradicionales élites, sino a la voluntad de los principios que votaron.

Con esta organización en marcha, se abre la posibilidad de que sea un partido verdaderamente democrático y no algo más de lo mismo; donde se recicla la mezquindad y la hipocresía, que tienen como misión alejarse y blindarse de la sociedad, bajo la idea que sólo hay que buscarla en tiempos electorales.

Pero la esperanza va más allá, cuando la seriedad de las exposiciones en voz de los directivos y organizadores, dejaron una carga difícil de quitar o hacer a un lado. Sin embargo, en ningún momento el desarrollo de la asamblea, dejó de ser atrayente para la audiencia, ya que los principios de las RSP, no se hicieron retumbar con discursos furibundos, sino enmarcados en una traducción política real, que conlleva a tener mejores herramientas para ser incisivos transformadores.

Desde luego que dicho proyecto no es una ocurrencia que pudiera traducirse en utopía, ya que cuenta con el aval y la experiencia de quienes han integrado y dirigido las organizaciones más disímbolas del país.

De ahí la garantía del éxito, que no podría ponerse en tela de juicio, dado el interés y la fuerza de quienes lo impulsan.

De ahí que no resulta ocioso comentar el talento y creatividad de Julián Salvador, junto con todos los compañeros que localmente lograron aterrizar la campaña positiva del gran proyecto político. Sin duda, que el éxito es parte de lo aprendido en la ruta de la experiencia.

Pero el impacto no se pierde de vista, sobre el optimismo, incluso el humor, de la estrategia organizativa, que jamás deslució ante la sombra espantosa de los infiltrados, que pese a su misión de espionaje no minó la calidad del evento, mucho menos el estado de ánimo de los que por convicción ahí nos encontrábamos.

Al respecto no habría que perder de vista algunas pecatas minutas, que auspiciadas por las miserables manos negras que no faltan en ningún lado y que esta vez no fueron la excepción, intentando sabotear el evento, pero no pasaron de ahí, porque el veredicto ya estaba dado y sancionado por las autoridades del INE.

Así que las sillas que mañosamente abandonaron algunas personas, discretamente fueron ocupadas por maestros muy distinguidos de la Sección 44, donde hacían punta algunos dirigentes del actual comité ejecutivo.

Un hecho impresionante y sin precedente, porque se notó la pobreza manipulada y la elegancia e inteligencia de quienes los sustituyeron. Una acción que obviamente no estaba encaminada a salvar la logística del evento, sino arropar la integridad del profesor Julián Salvador, a quien por deber moral y de identidad, había que reivindicar ante cualquier desaire que la opinión pública pudiera capitalizar dolosamente.

El día 18 de mayo del año que transcurre, se llevó a cabo la Cuarta Asamblea Estatal, de las Redes Sociales Progresistas (RSP) cuyo objetivo es ir cumpliendo en cada uno de los estados con este tipo de reuniones, a fin de completar cuando menos 20, para constituirse en partido político.

Hay opiniones que dolosamente aseguran que dicho proyecto aglutina la experiencia del Partido Nueva Alianza, cuyas aseveraciones pudiéramos decir que están totalmente equivocadas, porque si alguien tuviera la pésima idea de someterlo a obtener una réplica de dicho cadáver, sería exponerlo a correr la misma suerte y a frustrar la superioridad de sus avances, así como percudir su nombre, si se osara cimentar su estructura sobre los cascajos de semejante ruina.

El partido Redes Sociales Progresistas (RSP) en pos de su registro, viene arrasando y sorprendiendo la capacidad de propios y extraños, al percibir el desarrollo de cada una de sus asambleas, que avanzan sobre el símbolo de la legalidad y el compromiso inalienable de sus afiliados, que esta vez en Durango, dieron mucho qué decir y qué sentir en el ánimo de sus organizadores.

Cuya responsabilidad pesa en mayor grado en Julián Salvador Reyes, quien desde sus inicios en dicha tarea, ha sido incansable en el propósito de lograr los objetivos que arman la columna vertebral de esta organización política, que aspira a la conformación de un partido, cuya esencia es fortalecer y sostener la democracia que caracteriza a la 4ª Transformación.

La propuesta de partido y su plataforma son atractivos, ya que posibilitan no sólo la exposición de sus organizadores, sino también de los asistentes, ya que mano alzada y por unanimidad se aprobaron los principios básicos; así como las reglas preestablecidas que pretenden dar origen a una nueva organización política acorde a la 4ª Transformación, que serán ratificadas en la asamblea nacional por los delegados que ahí mismo fueron electos.

Con la velaría a reventar y dicho por los que saben calcular, se dieron cifras entre siete y ocho mil personas, incluyendo grupos que en su mayoría provenían de colonias populares. Así mismo, fue muy notable la presencia de maestros afiliados a la Sección 44, que por sí solos constituyen una radiografía de la inocultable simpatía hacia dicho proyecto.

Mención aparte merecen los jóvenes, que sin duda alguna constituían la fuerza y fachada del evento, cuyas características se aleaban con la belleza del gran séquito de edecanes que sumaban más de 300, y que ataviadas con playeras blancas y cachuchas del mismo color, en ambas prendas resaltaban y lucían impecables las siglas de la organización.

Dicha asistencia es histórica, porque ningún otro proyecto en ciernes de constituirse en partido político, jamás ha dado muestras de una capacidad de movilización tan impresionante y apabullante, como la demostrada por las Redes Sociales Progresistas, cuya filosofía de operación es hacer lo que los afiliados decidan y aprueben.

Esa es la esencia fundamental que seduce el pensamiento de los que simpatizan con el proyecto de partido, porque de entrada rechaza la idea de que los poquitos deben tener el mando y todos los demás deben obedecer.

Eso atrajo sin duda a los que se afiliaron, sin ninguna excusa ni prejuicio, ya que les parece lógico y les satisface que en el arranque de su formación no hay que estar sujetos a la voluntad de las tradicionales élites, sino a la voluntad de los principios que votaron.

Con esta organización en marcha, se abre la posibilidad de que sea un partido verdaderamente democrático y no algo más de lo mismo; donde se recicla la mezquindad y la hipocresía, que tienen como misión alejarse y blindarse de la sociedad, bajo la idea que sólo hay que buscarla en tiempos electorales.

Pero la esperanza va más allá, cuando la seriedad de las exposiciones en voz de los directivos y organizadores, dejaron una carga difícil de quitar o hacer a un lado. Sin embargo, en ningún momento el desarrollo de la asamblea, dejó de ser atrayente para la audiencia, ya que los principios de las RSP, no se hicieron retumbar con discursos furibundos, sino enmarcados en una traducción política real, que conlleva a tener mejores herramientas para ser incisivos transformadores.

Desde luego que dicho proyecto no es una ocurrencia que pudiera traducirse en utopía, ya que cuenta con el aval y la experiencia de quienes han integrado y dirigido las organizaciones más disímbolas del país.

De ahí la garantía del éxito, que no podría ponerse en tela de juicio, dado el interés y la fuerza de quienes lo impulsan.

De ahí que no resulta ocioso comentar el talento y creatividad de Julián Salvador, junto con todos los compañeros que localmente lograron aterrizar la campaña positiva del gran proyecto político. Sin duda, que el éxito es parte de lo aprendido en la ruta de la experiencia.

Pero el impacto no se pierde de vista, sobre el optimismo, incluso el humor, de la estrategia organizativa, que jamás deslució ante la sombra espantosa de los infiltrados, que pese a su misión de espionaje no minó la calidad del evento, mucho menos el estado de ánimo de los que por convicción ahí nos encontrábamos.

Al respecto no habría que perder de vista algunas pecatas minutas, que auspiciadas por las miserables manos negras que no faltan en ningún lado y que esta vez no fueron la excepción, intentando sabotear el evento, pero no pasaron de ahí, porque el veredicto ya estaba dado y sancionado por las autoridades del INE.

Así que las sillas que mañosamente abandonaron algunas personas, discretamente fueron ocupadas por maestros muy distinguidos de la Sección 44, donde hacían punta algunos dirigentes del actual comité ejecutivo.

Un hecho impresionante y sin precedente, porque se notó la pobreza manipulada y la elegancia e inteligencia de quienes los sustituyeron. Una acción que obviamente no estaba encaminada a salvar la logística del evento, sino arropar la integridad del profesor Julián Salvador, a quien por deber moral y de identidad, había que reivindicar ante cualquier desaire que la opinión pública pudiera capitalizar dolosamente.