/ sábado 22 de febrero de 2020

De Enrique Torres Sánchez gobernador en 1950 a la fecha

El presidente Miguel Alemán, que lo fue de 1946 al 52, sorprendió doblemente a los durangueños en una visita que hizo al estado, poniendo de gobernador a un excompañero, abogado dedicado a la agricultura en La Laguna que había sido candidato a senador por el PAN, a quien al preguntar por su gran amigo de estudiantes en la UNAM, le mandó decir que se cambiara al PRI porque iba a ser gobernador de Durango. Fue cuando tuvo que mandar a Armando del Castillo, porque Torres Sánchez maltrataba a los del PRI que lo visitaban.

Era la época del gran surgimiento de la ciudad de México, reflejada en la gran novela de Carlos Fuentes, “La región más transparente”, con todo tipo de personajes interesantes, muchos europeos, porque aparte de los emigrados por las guerras o a trabajar, también nacionales trasladándose a su capital; nada menos Torres Sánchez becó al estimado Héctor Palencia, desde entonces un gran lector y un hispanista, en lo que coincidía con el gobernador, de quien me contó en una gran plática que tuvimos, ya con el café solo, que don Enrique gobernaba con “El Quijote” en la mano, un agradecimiento máximo para su mecenas que lo mandó a estudiar a la Escuela Libre de Derecho, la de los “Cárdenas y Gómez Mont”, que acabarían en la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Calderón.

El siguiente gobernador de Durango fue don Francisco González de la Vega, destacadísimo abogado, que fue Procurador General y por eso estuvo en el cargo nada más de 1956 al 61, y el último año lo termino don Rafael Herrera Piedra, también hombre de leyes y de letras; González de la Vega después hizo una carrera de Embajador y dejó libros escritos importantes.

Fue el presidente Adolfo Ruiz Cortines, que estuvo en el cargo de 1952 al 58, el que mandó como gobernador a González de la Vega, y es raro que en alguna ocasión no haya llegado a ese cargo el durangueño José Angel Ceniceros, que fue Secretario de Educación.

Después por primera vez llegó un ingeniero en 1962, don Enrique Dupré Ceniceros, quien nada más cumplió la mitad de su mandato, ya que surgió el movimiento de 1966 por la recuperación del Cerro de Mercado, y como iba de salida el presidente Adolfo López Mateos que lo había mandado a Durango, ya que Dupré no había apoyado al nuevo presidente Gustavo Díaz Ordaz, aprovechó la oportunidad para destituirlo y entró un personaje muy querido en el estado a terminar la gubernatura de 1962 a 1968, el muy querido por todos don Ángel Rodríguez Solórzano.

El siguiente gobernador que mandó todavía Díaz Ordaz fue el lagunero don Alejandro Páez Urquidi en 1968, a quien le estalló un movimiento en 1970, entrando a la presidencia Luis Echeverría, quien mandó a Durango de gobernador al doctor Héctor Mayagoitia, que no terminó su sexenio porque lo nombraron director del Instituto Politécnico Nacional, de modo que le tocó a Salvador Gámiz estar al frente del gobierno en el sexenio 1974/80, en el último año de ese periodo.

José López Portillo manda de gobernador a Durango en 1980 a don Armando del Castillo Franco, quien 30 años atrás había venido a ayudarle al panista que puso en 1950 Miguel Alemán. Cómo que Primero le pidieron que fuera a conocer y 30 años después a gobernar; y ahora seguían muchos de los políticos estudiantiles que por años y años se pasaron viendo a quienes les mandaban, la mayoría líderes egresados de la UJED que muchas veces los mantuvieron en pie, y los movimientos del 66 y del 70 incorporaron a los del Tecno, como Emiliano y Peyro, y a muchos líderes de todo tipo, y vino la elección de 1986.

En Durango había hecho un gran trabajo el líder Álvaro Ríos, que tiene su libro y tiene su historia, con experiencias de movimientos sociales y políticos (no recuerdo si ligados al PPS), con ejemplos productivos agrícolas que debieron continuar. En el plano nacional en la primera mitad de los 60 se organizó el MLN (Movimiento de Liberación Nacional), que fue un intento de unidad de la izquierda mexicana, con el ánimo de la Revolución Cubana, que estuvieron a punto de escoger un candidato para enfrentarlo a Díaz Ordaz en 1964, pero no conozco sus repercusiones en Durango.

Recuerdo las luchas por la FEUD y cómo mis vecinos de Tierra Blanca me emboletaron (me refiero al Zurdo López y a Armando Espinoza) con un tal Maximiliano Silerio, que le hicieron fraude, pero lo consolaron con la dirección juvenil del PRI, y es lo que más alto llegó en ese partido, es decir, a dirigente nacional de la CNC con Carlos Salinas de Gortari, salvo ahora, el caso de Ismael, que muchos años después ocupa el mismo cargo. Y luego un jovencito súper grillo, vecino en la de Urrea, que desgraciadamente acaba de morir, que me decía y luego me lo dijo su mamá, que por mi culpa le pusieron Luis Ángel, que como pasaba por su casa rumbo a la mía, me paraba a contarle de la grilla, y yo saludaba a la muy simpática chinita, que no era chinita sino japonesa, y Tejada hizo una carrera prematura fulgurante, y nuestro amigo Lalo Campos una muy buena carrera, diputados locales los dos, incluso Lalo, secretario particular de don Alejandro Páez Urquidi , y con él tuvieron que entrar al quite muchos de los jóvenes (y algunos no tanto) que después fueron alcaldes, senadores y gobernadores, y empezaron también antes de tiempo las salidas del PRI, porque algunos buenos elementos no alcanzaron lugar como Jorge Torres Castillo y Máximo Gámiz, y el movimiento de 1968 sí pegó duro aquí, porque llegaron los “maoístas”, del CDP y luego PT, ganando la alcaldía y casi la gubernatura, pero en un lapso de 10 años: 1968 a 1978.

Todos conocemos la historia de que la reforma política de 1968 fue para intentar calmar la radicalización de la matanza de los estudiantes, que no tenía que haber sido, porque estaban a punto de llegar a acuerdos y porque no se debe de matar a nadie nunca. Se legalizó al Partido Comunista Mexicano, que le acabó cediendo su registro al Frente Democrático Nacional en 1988 lanzó a Cárdenas a la presidencia, que fue el inicio del fin del PRI, ya que el Frente se convirtió en el Partido de la Revolución Democrática, luego Andrés Manuel López Obrador crea MORENA, y por fin el PRI muere en el 2018.

Este escrito se comió al tema de los gobernadores en Durango de 1950 al 2020 y a los que dicen que no hay que hablar de los mismos. Y tendré que seguir con el tema, porque no bastará con que Tejada la tenía segura y por culpa de Miguel de la Madrid la perdió, como él siempre decía. Luego por fin en buena medida con la influencia del aprecio que le tenía don Fidel Velázquez a José Ramírez Gamero, lo lanzan de gobernador, en pleno levantamiento del país (en Durango recordando 66) y gestándose lo que acabará pasando.

Aparte de la llegada de Marcos Cruz y Gonzalo Yáñez, y personajes carismáticos y muy correctos y eficientes, entre otros, como Arturo López Bueno, que era el tercero natural en la presidencia municipal de Durango, porque lo habían hecho muy bien, pero en el PRI con todo y todo aparecieron nuevos cuadros, y el fenómeno de la división del voto, en Durango es especialmente interesante.

Cuando lanzan a Maximiliano Silerio en 1992 van varios jóvenes junto con él, desde su secretario particular José Rosas Aispuro Torres, que no era muy conocido, porque estudió en Culiacán al ser de Tamazula, y si mal no recuerdo de los que lanzaron en la capital nada más quedó Ismael Hernández Deras de diputado local. Y en 1994 se da la competencia por una diputación federal con Rodolfo Elizondo, que gana Ismael y el panista vuelve a ser diputado federal plurinominal.

El triunfo de Maximiliano Silerio también fue fuertemente impugnado, no solamente por el PAN sino por el PRD así mismo, que tenía una nueva figura, Jaime Meraz, que resultó un retrato del peligro de la política. De humilde obrero del ferrocarril, a dirigente del PRD, dueño de taxis en Gómez y misteriosamente asesinado. Peligro en el sentido de que Jaime enloqueció, el poder le hizo daño.

Y la derrota de Jorge Mojica a diputado local, le abrió camino a un lagunero con estudios superiores, como Samuel Aguilar, de corriente izquierdista, que de pronto, junto con Judith Murguía fueron diputados locales, y luego también con Elizondo y otros, senadores de tres años, en 1977.

La elección a gobernador de 1998 fue con pura figura de primera: PRI, Ángel Sergio Guerrero Mier; PAN, Rosario Castro; PRD, Máximo Gámiz; PT, Gonzalo Yáñez. Pero además Guerrero Mier hizo algo que nadie había hecho, por fin lanzar a luchar por un cargo de elección a don Pedro Ávila Nevárez, que fue el que más votos tuvo, y coincidió que había llegado el momento de lanzar a Ismael a una misión imposible, ya que había ganado una local, y la federal a Rodolfo Elizondo sin impugnación. Los del PAN de pelearon y en lugar de lanzar al empresario que era favorito, optaron por un dentista y mucho voto fue para Ismael. Pero fue como el voto útil por Fox de parte de la izquierda, con tal de que perdiera el PRI, acá los panistas con tal de que saliera el PT, e indudablemente que Ismael es un político carismático y organizó un buen equipo de campaña.

Por supuesto que el Meño Herrera es digno de mención, y la camada de Iván Gurrola, Arturo Kampfner, Otniel García, Ali Gamboa, Sonia Catalina Mercado, Gaby Hernández y otros.

Lo curioso es que Samuel Aguilar podría ser candidato a gobernador por el PRI o por MORENA, lo mismo le pasaría a Miguel Rincón, si no estuviera esperando la convocatoria Lety Herrera, y así como los Rebollo, por acá también hay familia con opciones, Jorge Salum, Jaime Mijares Salum, y dos fuertes individualidades en busca de fórmulas: Enríquez y Gonzalo Yáñez.

El presidente Miguel Alemán, que lo fue de 1946 al 52, sorprendió doblemente a los durangueños en una visita que hizo al estado, poniendo de gobernador a un excompañero, abogado dedicado a la agricultura en La Laguna que había sido candidato a senador por el PAN, a quien al preguntar por su gran amigo de estudiantes en la UNAM, le mandó decir que se cambiara al PRI porque iba a ser gobernador de Durango. Fue cuando tuvo que mandar a Armando del Castillo, porque Torres Sánchez maltrataba a los del PRI que lo visitaban.

Era la época del gran surgimiento de la ciudad de México, reflejada en la gran novela de Carlos Fuentes, “La región más transparente”, con todo tipo de personajes interesantes, muchos europeos, porque aparte de los emigrados por las guerras o a trabajar, también nacionales trasladándose a su capital; nada menos Torres Sánchez becó al estimado Héctor Palencia, desde entonces un gran lector y un hispanista, en lo que coincidía con el gobernador, de quien me contó en una gran plática que tuvimos, ya con el café solo, que don Enrique gobernaba con “El Quijote” en la mano, un agradecimiento máximo para su mecenas que lo mandó a estudiar a la Escuela Libre de Derecho, la de los “Cárdenas y Gómez Mont”, que acabarían en la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Calderón.

El siguiente gobernador de Durango fue don Francisco González de la Vega, destacadísimo abogado, que fue Procurador General y por eso estuvo en el cargo nada más de 1956 al 61, y el último año lo termino don Rafael Herrera Piedra, también hombre de leyes y de letras; González de la Vega después hizo una carrera de Embajador y dejó libros escritos importantes.

Fue el presidente Adolfo Ruiz Cortines, que estuvo en el cargo de 1952 al 58, el que mandó como gobernador a González de la Vega, y es raro que en alguna ocasión no haya llegado a ese cargo el durangueño José Angel Ceniceros, que fue Secretario de Educación.

Después por primera vez llegó un ingeniero en 1962, don Enrique Dupré Ceniceros, quien nada más cumplió la mitad de su mandato, ya que surgió el movimiento de 1966 por la recuperación del Cerro de Mercado, y como iba de salida el presidente Adolfo López Mateos que lo había mandado a Durango, ya que Dupré no había apoyado al nuevo presidente Gustavo Díaz Ordaz, aprovechó la oportunidad para destituirlo y entró un personaje muy querido en el estado a terminar la gubernatura de 1962 a 1968, el muy querido por todos don Ángel Rodríguez Solórzano.

El siguiente gobernador que mandó todavía Díaz Ordaz fue el lagunero don Alejandro Páez Urquidi en 1968, a quien le estalló un movimiento en 1970, entrando a la presidencia Luis Echeverría, quien mandó a Durango de gobernador al doctor Héctor Mayagoitia, que no terminó su sexenio porque lo nombraron director del Instituto Politécnico Nacional, de modo que le tocó a Salvador Gámiz estar al frente del gobierno en el sexenio 1974/80, en el último año de ese periodo.

José López Portillo manda de gobernador a Durango en 1980 a don Armando del Castillo Franco, quien 30 años atrás había venido a ayudarle al panista que puso en 1950 Miguel Alemán. Cómo que Primero le pidieron que fuera a conocer y 30 años después a gobernar; y ahora seguían muchos de los políticos estudiantiles que por años y años se pasaron viendo a quienes les mandaban, la mayoría líderes egresados de la UJED que muchas veces los mantuvieron en pie, y los movimientos del 66 y del 70 incorporaron a los del Tecno, como Emiliano y Peyro, y a muchos líderes de todo tipo, y vino la elección de 1986.

En Durango había hecho un gran trabajo el líder Álvaro Ríos, que tiene su libro y tiene su historia, con experiencias de movimientos sociales y políticos (no recuerdo si ligados al PPS), con ejemplos productivos agrícolas que debieron continuar. En el plano nacional en la primera mitad de los 60 se organizó el MLN (Movimiento de Liberación Nacional), que fue un intento de unidad de la izquierda mexicana, con el ánimo de la Revolución Cubana, que estuvieron a punto de escoger un candidato para enfrentarlo a Díaz Ordaz en 1964, pero no conozco sus repercusiones en Durango.

Recuerdo las luchas por la FEUD y cómo mis vecinos de Tierra Blanca me emboletaron (me refiero al Zurdo López y a Armando Espinoza) con un tal Maximiliano Silerio, que le hicieron fraude, pero lo consolaron con la dirección juvenil del PRI, y es lo que más alto llegó en ese partido, es decir, a dirigente nacional de la CNC con Carlos Salinas de Gortari, salvo ahora, el caso de Ismael, que muchos años después ocupa el mismo cargo. Y luego un jovencito súper grillo, vecino en la de Urrea, que desgraciadamente acaba de morir, que me decía y luego me lo dijo su mamá, que por mi culpa le pusieron Luis Ángel, que como pasaba por su casa rumbo a la mía, me paraba a contarle de la grilla, y yo saludaba a la muy simpática chinita, que no era chinita sino japonesa, y Tejada hizo una carrera prematura fulgurante, y nuestro amigo Lalo Campos una muy buena carrera, diputados locales los dos, incluso Lalo, secretario particular de don Alejandro Páez Urquidi , y con él tuvieron que entrar al quite muchos de los jóvenes (y algunos no tanto) que después fueron alcaldes, senadores y gobernadores, y empezaron también antes de tiempo las salidas del PRI, porque algunos buenos elementos no alcanzaron lugar como Jorge Torres Castillo y Máximo Gámiz, y el movimiento de 1968 sí pegó duro aquí, porque llegaron los “maoístas”, del CDP y luego PT, ganando la alcaldía y casi la gubernatura, pero en un lapso de 10 años: 1968 a 1978.

Todos conocemos la historia de que la reforma política de 1968 fue para intentar calmar la radicalización de la matanza de los estudiantes, que no tenía que haber sido, porque estaban a punto de llegar a acuerdos y porque no se debe de matar a nadie nunca. Se legalizó al Partido Comunista Mexicano, que le acabó cediendo su registro al Frente Democrático Nacional en 1988 lanzó a Cárdenas a la presidencia, que fue el inicio del fin del PRI, ya que el Frente se convirtió en el Partido de la Revolución Democrática, luego Andrés Manuel López Obrador crea MORENA, y por fin el PRI muere en el 2018.

Este escrito se comió al tema de los gobernadores en Durango de 1950 al 2020 y a los que dicen que no hay que hablar de los mismos. Y tendré que seguir con el tema, porque no bastará con que Tejada la tenía segura y por culpa de Miguel de la Madrid la perdió, como él siempre decía. Luego por fin en buena medida con la influencia del aprecio que le tenía don Fidel Velázquez a José Ramírez Gamero, lo lanzan de gobernador, en pleno levantamiento del país (en Durango recordando 66) y gestándose lo que acabará pasando.

Aparte de la llegada de Marcos Cruz y Gonzalo Yáñez, y personajes carismáticos y muy correctos y eficientes, entre otros, como Arturo López Bueno, que era el tercero natural en la presidencia municipal de Durango, porque lo habían hecho muy bien, pero en el PRI con todo y todo aparecieron nuevos cuadros, y el fenómeno de la división del voto, en Durango es especialmente interesante.

Cuando lanzan a Maximiliano Silerio en 1992 van varios jóvenes junto con él, desde su secretario particular José Rosas Aispuro Torres, que no era muy conocido, porque estudió en Culiacán al ser de Tamazula, y si mal no recuerdo de los que lanzaron en la capital nada más quedó Ismael Hernández Deras de diputado local. Y en 1994 se da la competencia por una diputación federal con Rodolfo Elizondo, que gana Ismael y el panista vuelve a ser diputado federal plurinominal.

El triunfo de Maximiliano Silerio también fue fuertemente impugnado, no solamente por el PAN sino por el PRD así mismo, que tenía una nueva figura, Jaime Meraz, que resultó un retrato del peligro de la política. De humilde obrero del ferrocarril, a dirigente del PRD, dueño de taxis en Gómez y misteriosamente asesinado. Peligro en el sentido de que Jaime enloqueció, el poder le hizo daño.

Y la derrota de Jorge Mojica a diputado local, le abrió camino a un lagunero con estudios superiores, como Samuel Aguilar, de corriente izquierdista, que de pronto, junto con Judith Murguía fueron diputados locales, y luego también con Elizondo y otros, senadores de tres años, en 1977.

La elección a gobernador de 1998 fue con pura figura de primera: PRI, Ángel Sergio Guerrero Mier; PAN, Rosario Castro; PRD, Máximo Gámiz; PT, Gonzalo Yáñez. Pero además Guerrero Mier hizo algo que nadie había hecho, por fin lanzar a luchar por un cargo de elección a don Pedro Ávila Nevárez, que fue el que más votos tuvo, y coincidió que había llegado el momento de lanzar a Ismael a una misión imposible, ya que había ganado una local, y la federal a Rodolfo Elizondo sin impugnación. Los del PAN de pelearon y en lugar de lanzar al empresario que era favorito, optaron por un dentista y mucho voto fue para Ismael. Pero fue como el voto útil por Fox de parte de la izquierda, con tal de que perdiera el PRI, acá los panistas con tal de que saliera el PT, e indudablemente que Ismael es un político carismático y organizó un buen equipo de campaña.

Por supuesto que el Meño Herrera es digno de mención, y la camada de Iván Gurrola, Arturo Kampfner, Otniel García, Ali Gamboa, Sonia Catalina Mercado, Gaby Hernández y otros.

Lo curioso es que Samuel Aguilar podría ser candidato a gobernador por el PRI o por MORENA, lo mismo le pasaría a Miguel Rincón, si no estuviera esperando la convocatoria Lety Herrera, y así como los Rebollo, por acá también hay familia con opciones, Jorge Salum, Jaime Mijares Salum, y dos fuertes individualidades en busca de fórmulas: Enríquez y Gonzalo Yáñez.