/ viernes 27 de marzo de 2020

De pandemias y calamidades

Es más contagiosa la mediocridad que el talento.

- José Ingenieros

En esta época de pandemia que actualmente padecemos, me fue necesario acudir a una institución bancaria y, para evitar largas filas, desde las ocho de la mañana llegué a la sucursal que cotidianamente acudo, en donde además conozco que desde las 8:30 horas se abre al público.

Al llegar a la sala de espera, ya se encontraban en ella alrededor de quince o más personas, quienes permanecían todos revueltos y sin una formación de entrada, por consiguiente, me dirigí a ellos y les pregunté que, en donde iba la fila, señalándome algunos de ellos un lugar, pero al ver que todos se encontraban desparramados por todos lados, les indiqué que entonces hiciéramos la fila, porque la fila era la fila y se requería una formación apropiada para ingresar.

De inmediato se escucharon las protestas, pero no obstante las personas comenzaron a formarse, no muy complacientemente pero sí refunfuñando, y por ahí escuché: -Pero todavía no abren. A lo que respondí: -¿Y se necesita que esté abierto para tener una fila en forma ordenada?

Otra persona indicó: -Debemos respetar el metro de distancia. Permitiéndome responderle: -¿Y qué, no podemos guardar el metro de distancia estando en fila?

Un joven que se encontraba sentado en uno de los escalones escuché que mencionó: -Pero también estamos cansados. Con calma y amigablemente le indiqué: -Pues qué mal que a su edad y a estas horas del día usted ya se encuentre fatigado.

No obstante, el joven cansado se formó por un momento, pero indolentemente en forma posterior, se apartó de la fila para recargarse en un barandal. La persona que se encontraba delante de mí volteó conmigo, se encogió de hombros y me dijo en voz baja: -Ha de ser chairo.

El buscar pretextos y el desorden es lo que se encuentra muy socorrido en nuestro pueblo bueno y sabio, no tengo la certeza de que sea propio de los chairos, aunque por lo que se está manifestando, puede ser que efectivamente mi vecino de adelante de la fila en el banco tenga razón, ya que el mismo desorden se está imponiendo desde su mayor jerarca.

En esas actitudes se refleja algo así como hacer mis caprichos, renegar de lo que llegaron a ser muchos y él no había podido ser, actuar con venganza tal vez, que lo han hecho desde siempre. El iluminado de los chairos realiza sus consultas a su modo y con su gente señalando que fueron legales, logrando cancelar, desde un inicio, el aeropuerto de Texcoco, y recientemente el proyecto cervecero que en Mexicali había iniciado la empresa Constellation Brands, con una inversión millonaria en dólares y sin tomar en cuenta que al impedir la continuación de la planta se le está quitando ya trabajo a millares de bajacalifornianos, y más que pudieran tener si la planta llega a tener su función de producción.

Tal vez haya decidido acabar con dicho proyecto, no obstante que la inversión de miles de millones de dólares los tengamos que pagar los contribuyentes a los dueños de la empresa Constellation Brands, toda vez que los hijos de AMLO, de los que nunca se ha conocido en qué han trabajado y que de la noche a la mañana, en menos de un año, se hicieron super empresarios, pues actualmente se ha sabido que uno de ellos tiene el control del Grupo Trivago, una fábrica de chocolates y dulces, así como un fábrica de cerveza, y que al haberse casado con Miss Venezuela se exhibe por todo el mundo como el fifí número uno de nuestro país.

Todos sabemos que nuestro país necesita de personas, ya sea físicas o morales, que inviertan para que exista la producción, con la esperanza de que la retribución de lo invertido sea cuantiosa y el dinero empleado se recupere, pero que además, serviría para la existencia de circulante y fuentes de trabajo, pero al parecer al presidente le interesa que las personas deseosas de invertir en nuestro país tengan conocimiento que, si él desea les puede cancelar en cualquier momento su inversión no obstante los recursos empleados, al fin que el presidente señala corrupciones sin probar, y que no obstante haya señalado a tantos como corruptos, al parecer se ha convertido en cómplice de ellos, pues si no les acusa y no les prueba, quiere decir que se hizo del lado de ellos.

Hugo Chávez, en Venezuela, contribuyó para que su hija, que vive ahora en Nueva York, esté considerada como una de las mujeres más ricas del mundo, pero al paso que va el hijo de AMLO, puede ser que, al término del sexenio, ya la revista Forbes le señale en la lista de los más ricos del mundo.

Considero que la persona que se encontraba delante de mí en la fila en la institución bancaria a la que me refiero al inicio de este artículo, tuvo mucha razón al señalar que el joven, cansado, desordenado e indolente, lo distinguiera como chairo, ya que sí en esa forma reacciona quien los comanda, es lógico que los demás lo imiten en sus actitudes, de desorden, informalidad, capricho e indolencia.

Por supuesto que no es deseable la epidemia que el mundo entero padece, y del que resultarán muchos perjuicios, pero el virus altamente pernicioso y de mayor peligro para nuestro país es el que se está viviendo con una persona de autocreencia de iluminado, que con “fuchi caca” o “detente enemigo” considera se soluciona todo y considera que habrá evolución, riqueza, paz y armonía en el pueblo.

Advertencia que se había planteado por personas de bastante solvencia moral, cuando señalaron que sería un peligro para el país, lo que se está comprobando en forma vertiginosa, a tal grado de que, no tan solo tenemos que estar luchando contra la pandemia del Covid-19, sino con la calamidad de la 4T, comandada por su iluminado que, solo le importan sus caprichos con su muy trillado lema de: “me canso ganso”. Razón tenía Edward Abbey al señalar: “La guerra y el gobierno prueban que la locura es la más contagiosa de las enfermedades”.

Es más contagiosa la mediocridad que el talento.

- José Ingenieros

En esta época de pandemia que actualmente padecemos, me fue necesario acudir a una institución bancaria y, para evitar largas filas, desde las ocho de la mañana llegué a la sucursal que cotidianamente acudo, en donde además conozco que desde las 8:30 horas se abre al público.

Al llegar a la sala de espera, ya se encontraban en ella alrededor de quince o más personas, quienes permanecían todos revueltos y sin una formación de entrada, por consiguiente, me dirigí a ellos y les pregunté que, en donde iba la fila, señalándome algunos de ellos un lugar, pero al ver que todos se encontraban desparramados por todos lados, les indiqué que entonces hiciéramos la fila, porque la fila era la fila y se requería una formación apropiada para ingresar.

De inmediato se escucharon las protestas, pero no obstante las personas comenzaron a formarse, no muy complacientemente pero sí refunfuñando, y por ahí escuché: -Pero todavía no abren. A lo que respondí: -¿Y se necesita que esté abierto para tener una fila en forma ordenada?

Otra persona indicó: -Debemos respetar el metro de distancia. Permitiéndome responderle: -¿Y qué, no podemos guardar el metro de distancia estando en fila?

Un joven que se encontraba sentado en uno de los escalones escuché que mencionó: -Pero también estamos cansados. Con calma y amigablemente le indiqué: -Pues qué mal que a su edad y a estas horas del día usted ya se encuentre fatigado.

No obstante, el joven cansado se formó por un momento, pero indolentemente en forma posterior, se apartó de la fila para recargarse en un barandal. La persona que se encontraba delante de mí volteó conmigo, se encogió de hombros y me dijo en voz baja: -Ha de ser chairo.

El buscar pretextos y el desorden es lo que se encuentra muy socorrido en nuestro pueblo bueno y sabio, no tengo la certeza de que sea propio de los chairos, aunque por lo que se está manifestando, puede ser que efectivamente mi vecino de adelante de la fila en el banco tenga razón, ya que el mismo desorden se está imponiendo desde su mayor jerarca.

En esas actitudes se refleja algo así como hacer mis caprichos, renegar de lo que llegaron a ser muchos y él no había podido ser, actuar con venganza tal vez, que lo han hecho desde siempre. El iluminado de los chairos realiza sus consultas a su modo y con su gente señalando que fueron legales, logrando cancelar, desde un inicio, el aeropuerto de Texcoco, y recientemente el proyecto cervecero que en Mexicali había iniciado la empresa Constellation Brands, con una inversión millonaria en dólares y sin tomar en cuenta que al impedir la continuación de la planta se le está quitando ya trabajo a millares de bajacalifornianos, y más que pudieran tener si la planta llega a tener su función de producción.

Tal vez haya decidido acabar con dicho proyecto, no obstante que la inversión de miles de millones de dólares los tengamos que pagar los contribuyentes a los dueños de la empresa Constellation Brands, toda vez que los hijos de AMLO, de los que nunca se ha conocido en qué han trabajado y que de la noche a la mañana, en menos de un año, se hicieron super empresarios, pues actualmente se ha sabido que uno de ellos tiene el control del Grupo Trivago, una fábrica de chocolates y dulces, así como un fábrica de cerveza, y que al haberse casado con Miss Venezuela se exhibe por todo el mundo como el fifí número uno de nuestro país.

Todos sabemos que nuestro país necesita de personas, ya sea físicas o morales, que inviertan para que exista la producción, con la esperanza de que la retribución de lo invertido sea cuantiosa y el dinero empleado se recupere, pero que además, serviría para la existencia de circulante y fuentes de trabajo, pero al parecer al presidente le interesa que las personas deseosas de invertir en nuestro país tengan conocimiento que, si él desea les puede cancelar en cualquier momento su inversión no obstante los recursos empleados, al fin que el presidente señala corrupciones sin probar, y que no obstante haya señalado a tantos como corruptos, al parecer se ha convertido en cómplice de ellos, pues si no les acusa y no les prueba, quiere decir que se hizo del lado de ellos.

Hugo Chávez, en Venezuela, contribuyó para que su hija, que vive ahora en Nueva York, esté considerada como una de las mujeres más ricas del mundo, pero al paso que va el hijo de AMLO, puede ser que, al término del sexenio, ya la revista Forbes le señale en la lista de los más ricos del mundo.

Considero que la persona que se encontraba delante de mí en la fila en la institución bancaria a la que me refiero al inicio de este artículo, tuvo mucha razón al señalar que el joven, cansado, desordenado e indolente, lo distinguiera como chairo, ya que sí en esa forma reacciona quien los comanda, es lógico que los demás lo imiten en sus actitudes, de desorden, informalidad, capricho e indolencia.

Por supuesto que no es deseable la epidemia que el mundo entero padece, y del que resultarán muchos perjuicios, pero el virus altamente pernicioso y de mayor peligro para nuestro país es el que se está viviendo con una persona de autocreencia de iluminado, que con “fuchi caca” o “detente enemigo” considera se soluciona todo y considera que habrá evolución, riqueza, paz y armonía en el pueblo.

Advertencia que se había planteado por personas de bastante solvencia moral, cuando señalaron que sería un peligro para el país, lo que se está comprobando en forma vertiginosa, a tal grado de que, no tan solo tenemos que estar luchando contra la pandemia del Covid-19, sino con la calamidad de la 4T, comandada por su iluminado que, solo le importan sus caprichos con su muy trillado lema de: “me canso ganso”. Razón tenía Edward Abbey al señalar: “La guerra y el gobierno prueban que la locura es la más contagiosa de las enfermedades”.