/ martes 19 de abril de 2022

Debate acartonado, sin contraste de ideas

Más allá de las filias y fobias partidistas, políticas, personales y de grupo, lo que dejó el “primer debate” entre los contendientes por la gubernatura, fue una exposición sosa de propuesta, imagen y desenvolvimiento, carente de alguna confrontación y/o contraste de ideas y proyectos que pudieran influir para definir el triunfo o derrota de los participantes en el escaparate.

La responsabilidad de actuar en un ejercicio “acartonado”, con un guión que no permitió al candidato y las candidatas ir más allá de la simple formulación de sus ofertas de gobierno, es atribuible a las reglas que estableció el árbitro de la elección, con las cuales estuvieron de acuerdo los competidores.

El antecedente en este tipo de ensayos electorales, es la insatisfacción por “lo corto” que se quedan los debatientes en el intercambio de sus conceptos y conocimientos, al igual como sucedió en el que se llevó a cabo el pasado martes 12 de abril.

“Hay que mejorar el formato y los modelos para que sean más interesantes y eficaces en la intención de medir capacidades y planteamientos de los candidatos por parte de los ciudadanos”, se argumentó antes y ahora, no solamente por los actores y sus colaboradores, sino por politólogos y líderes de opinión.

En aras de abonarle a que se avance en la organización de la confrontación de las ofertas electorales, lo que sucedió en esta ocasión, bien podría servir a los duranguenses para que empiecen a evaluar las características individuales de los aspirantes a suceder a José Aispuro Torres, así como los proyectos que enarbolan como solución a la problemática estatal, al coincidir todos en la necesidad de sacar del rezago a Durango.

Más allá de las manifestaciones triunfalistas, avaladas por encuestas que parecieran a modo, de colaboradores y simpatizantes de cada uno de los “peleadores” por la gubernatura, cabe señalar que mostraron particularidades positivas en sus turnos al micrófono:

En Marina Vitela destacaron sus propuestas, entre ellas de que el Gobierno Federal absorba el gasto educativo, que ha sido uno de los lastres financieros que han frenado la realización de obras de infraestructura.

A la representante de la 4T se le consideró positiva su oferta de crear las 3 universidades públicas y Centros de Idiomas, las becas para el transporte y las mujeres que son madres solteras, etc. Mostró por momentos que cuando no la “amarran” a leer sus mensajes, desarrolla mejor su desempeño.

Esteban Villegas refrendó la madurez y experiencia, con un desenvolvimiento natural en la tribuna, lo que potenció el carisma y comunicación que tiene para enganchar con los votantes, aunque enfocó sus propuestas en la “tarjeta madre”, como la solución a todos los problemas de los duranguenses, dejó a deber sobre otros temas.

Patricia Flores salió de esa burbuja que la encerró durante los primeros días de campaña, y demostró que sí las puede y trae con qué para ser una candidata competitiva. Las puyas que lanzó no encontraron eco.


Más allá de las filias y fobias partidistas, políticas, personales y de grupo, lo que dejó el “primer debate” entre los contendientes por la gubernatura, fue una exposición sosa de propuesta, imagen y desenvolvimiento, carente de alguna confrontación y/o contraste de ideas y proyectos que pudieran influir para definir el triunfo o derrota de los participantes en el escaparate.

La responsabilidad de actuar en un ejercicio “acartonado”, con un guión que no permitió al candidato y las candidatas ir más allá de la simple formulación de sus ofertas de gobierno, es atribuible a las reglas que estableció el árbitro de la elección, con las cuales estuvieron de acuerdo los competidores.

El antecedente en este tipo de ensayos electorales, es la insatisfacción por “lo corto” que se quedan los debatientes en el intercambio de sus conceptos y conocimientos, al igual como sucedió en el que se llevó a cabo el pasado martes 12 de abril.

“Hay que mejorar el formato y los modelos para que sean más interesantes y eficaces en la intención de medir capacidades y planteamientos de los candidatos por parte de los ciudadanos”, se argumentó antes y ahora, no solamente por los actores y sus colaboradores, sino por politólogos y líderes de opinión.

En aras de abonarle a que se avance en la organización de la confrontación de las ofertas electorales, lo que sucedió en esta ocasión, bien podría servir a los duranguenses para que empiecen a evaluar las características individuales de los aspirantes a suceder a José Aispuro Torres, así como los proyectos que enarbolan como solución a la problemática estatal, al coincidir todos en la necesidad de sacar del rezago a Durango.

Más allá de las manifestaciones triunfalistas, avaladas por encuestas que parecieran a modo, de colaboradores y simpatizantes de cada uno de los “peleadores” por la gubernatura, cabe señalar que mostraron particularidades positivas en sus turnos al micrófono:

En Marina Vitela destacaron sus propuestas, entre ellas de que el Gobierno Federal absorba el gasto educativo, que ha sido uno de los lastres financieros que han frenado la realización de obras de infraestructura.

A la representante de la 4T se le consideró positiva su oferta de crear las 3 universidades públicas y Centros de Idiomas, las becas para el transporte y las mujeres que son madres solteras, etc. Mostró por momentos que cuando no la “amarran” a leer sus mensajes, desarrolla mejor su desempeño.

Esteban Villegas refrendó la madurez y experiencia, con un desenvolvimiento natural en la tribuna, lo que potenció el carisma y comunicación que tiene para enganchar con los votantes, aunque enfocó sus propuestas en la “tarjeta madre”, como la solución a todos los problemas de los duranguenses, dejó a deber sobre otros temas.

Patricia Flores salió de esa burbuja que la encerró durante los primeros días de campaña, y demostró que sí las puede y trae con qué para ser una candidata competitiva. Las puyas que lanzó no encontraron eco.