/ lunes 25 de abril de 2022

Deserción de Elizondo no impacta al PAN

La deserción de Rodolfo Elizondo Torres del PAN, aunque no pasó inadvertida por tratarse de un referente histórico de los blanquiazules, “ni cosquillas” le causó al panismo puro, esos militantes que permanecen fieles a pesar de las disputas y errores que se han cometido al interior del partido.

De acuerdo a las versiones de varios panistas de raigambre ideológica, Elizondo se desligó de Acción Nacional en Durango, desde que fue su primera incursión en la Cámara de Diputados Federal, a donde llegó por la vía plurinominal (en la década de los 90’s).

Luego del sonado triunfo electoral que lo llevó a ocupar la Presidencia Municipal de Durango, allá por 1983, perdió en las urnas en dos ocasiones, en su intención por ser Gobernador del Estado. Después, la derrota más estrepitosa que sufrió se la propinó Ismael Hernández Deras, en 1994, cuando quiso ocupar una curul federal por la vía directa del voto. Si llegó, pero por representación proporcional.

Elizondo Torres se ha comportado como un “junior” de la política. Y si como jefe de la comuna fue gris su actuación, como legislador en la capital del país, y después como funcionario federal en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, no fue brillante, además de que nunca hizo nada por Durango.

En realidad, Elizondo nunca se acostumbró a trabajar de político, hasta que se incorporó a la Secretaría de Turismo, donde se dedicó más a turistear por todo el mundo a cuenta del erario público. Fue evidente su olvido por Durango.

Regresó a Durango como coordinador de asesores del gobierno del estado en el actual sexenio, cargo en el que demostró no estar hecho para el trabajo del servicio público, y optó por renunciar después del primer año de administración. Quiso imponer sus ideas, en lugar de aconsejar.

Y ahora que abandona las filas del PAN, se lleva con él solamente a familiares, ya que según afirman personajes con fuerza doctrinaria al interior del partido, los cercanos no lo seguirán porque lo que siempre peleó, al regresar a Durango, fue espacios para miembros de su familia, y al no lograrlo, es que toma la decisión.

La esencia del PAN permanece incólume después del abandono de Rodolfo Elizondo y anteriormente de otros militantes inconformes por falta de espacios, según lo afirman los panistas de fuerte prosapia.

Lo que hace al anunciar la creación de una organización social, es con el fin de ayudarle a su sobrina Patricia Flores, quien es la candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, pero que al menos hasta ahora, no ha despertado la emoción, ni siquiera de los militantes de este partido.

Si el objetivo de renunciar al PAN, era hacerle daño al partido, y con ello a la coalición “Va por Durango”, no lo consiguió, afirman los panistas puros.

La deserción de Rodolfo Elizondo Torres del PAN, aunque no pasó inadvertida por tratarse de un referente histórico de los blanquiazules, “ni cosquillas” le causó al panismo puro, esos militantes que permanecen fieles a pesar de las disputas y errores que se han cometido al interior del partido.

De acuerdo a las versiones de varios panistas de raigambre ideológica, Elizondo se desligó de Acción Nacional en Durango, desde que fue su primera incursión en la Cámara de Diputados Federal, a donde llegó por la vía plurinominal (en la década de los 90’s).

Luego del sonado triunfo electoral que lo llevó a ocupar la Presidencia Municipal de Durango, allá por 1983, perdió en las urnas en dos ocasiones, en su intención por ser Gobernador del Estado. Después, la derrota más estrepitosa que sufrió se la propinó Ismael Hernández Deras, en 1994, cuando quiso ocupar una curul federal por la vía directa del voto. Si llegó, pero por representación proporcional.

Elizondo Torres se ha comportado como un “junior” de la política. Y si como jefe de la comuna fue gris su actuación, como legislador en la capital del país, y después como funcionario federal en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, no fue brillante, además de que nunca hizo nada por Durango.

En realidad, Elizondo nunca se acostumbró a trabajar de político, hasta que se incorporó a la Secretaría de Turismo, donde se dedicó más a turistear por todo el mundo a cuenta del erario público. Fue evidente su olvido por Durango.

Regresó a Durango como coordinador de asesores del gobierno del estado en el actual sexenio, cargo en el que demostró no estar hecho para el trabajo del servicio público, y optó por renunciar después del primer año de administración. Quiso imponer sus ideas, en lugar de aconsejar.

Y ahora que abandona las filas del PAN, se lleva con él solamente a familiares, ya que según afirman personajes con fuerza doctrinaria al interior del partido, los cercanos no lo seguirán porque lo que siempre peleó, al regresar a Durango, fue espacios para miembros de su familia, y al no lograrlo, es que toma la decisión.

La esencia del PAN permanece incólume después del abandono de Rodolfo Elizondo y anteriormente de otros militantes inconformes por falta de espacios, según lo afirman los panistas de fuerte prosapia.

Lo que hace al anunciar la creación de una organización social, es con el fin de ayudarle a su sobrina Patricia Flores, quien es la candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, pero que al menos hasta ahora, no ha despertado la emoción, ni siquiera de los militantes de este partido.

Si el objetivo de renunciar al PAN, era hacerle daño al partido, y con ello a la coalición “Va por Durango”, no lo consiguió, afirman los panistas puros.