/ domingo 5 de septiembre de 2021

Después de la tempestad

Derivado de la reforma a la Ley Orgánica del Congreso del Estado, la cual se aprobó, pero no se publicó en el Diario Oficial del Gobierno del Estado para su vigencia, se pudo haber vivido una crisis constitucional de pronóstico reservado. “Haiga sido como haiga sido”, el jefe del Poder Ejecutivo jugó con los plazos legales para su publicación, y al final le apostó a los acuerdos políticos para destrabar un “agandalle” político disfrazado de legalidad.

Lo que no logró la ex secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero lo hizo el Secretario General de Gobierno, Héctor Flores, responsable de la gobernabilidad del Estado.

Desde las cúpulas morenistas, incluyendo al senador Ricardo Monreal, presionaron al gobernador para que publicara la reforma. Pero también hay que decirlo, la alianza Va Por Durango hizo su parte para que no se publicara. José Rosas Aispuro, un político con experiencia y con un doctorado en derecho constitucional, midió el tamaño de la crisis que se veía. Se dio cuenta de que el problema era político, y en consecuencia le encargó a Héctor Flores la operación política del tema.

Una vez le preguntaron a Manlio Fabio Beltrones qué era la política, les contestó: “es dialogar, dialogar, dialogar y dialogar”. Ya sabíamos que Héctor Flores era un buen operador político. Por algo acompañó como senador suplente al gobernador José Rosas Aispuro Torres. Se ha comentado que fue pieza clave para que hubiera acuerdos con un influyente político del PRI.

Nacho Mier, Iván Gurrola y Otniel García Navarro sabían que ellos encendieron la mecha, pero también tenían que apagarla. En política se acabaron los tiempos del todo o nada. Hoy, si no se reparte el pastel se pagan las consecuencias. Así de sencillo. Con el argumento de más de 180 mil votos de MORENA, si no está legislado en materia legal no tenía razón de ser la controvertida reforma. Al final, todos tuvieron que ceder. A las diputadas y diputados, los elegimos para que nos representen, y no para que se disputen el poder al interior del congreso. Y como nosotros pagamos los sueldos de las diputadas y diputados, tenemos el derecho de opinar. Ya es tiempo también de pasar de una democracia representativa, a la participativa.

Hoy vemos a la distancia que a MORENA y sus aliados no les ha ido tan mal. Sandra Amaya, que hoy repite como diputada local, en la pasada legislatura pasó a la historia por ser la primera mujer en presidir la JUCOPO. Tiempo después, repitió. Lo mismo a Juan Pablo Aguilar, le tocó presidir. Esteban Villegas por el PRI. Por último, terminó el ex priista Iván Gurrola. Pero como decía José Alfredo Jiménez: “Yo no nací pa’ pobre, me gusta todo lo bueno”. Querían con la reforma a la Ley Orgánica presidir la junta de gobierno otro año más. Como dicen nada es eterno en el mundo.

Vemos que, gracias a los acuerdos políticos y los consensos, arranca bien la LXIX legislatura. El Secretario General de Gobierno cumplió su encargo, y ahora le corresponde a Ricardo López Pescador, Joel Corral Alcántara y Christian Jean Esparza aterrizarla en los hechos.

Resultados: rotación de la junta de gobierno, primero el PRI, después el PAN y MORENA. Lo mismo con la mesa directiva y la dirección de comunicación social. La repartición de pastel será plural. Moraleja: hay reformas a la Ley Orgánica que se pueden hacer sin problema, pero las que ponen en riesgo la gobernabilidad política y social, esas no. Ninguna Ley General está sobre la Constitución Local o Federal.

Derivado de la reforma a la Ley Orgánica del Congreso del Estado, la cual se aprobó, pero no se publicó en el Diario Oficial del Gobierno del Estado para su vigencia, se pudo haber vivido una crisis constitucional de pronóstico reservado. “Haiga sido como haiga sido”, el jefe del Poder Ejecutivo jugó con los plazos legales para su publicación, y al final le apostó a los acuerdos políticos para destrabar un “agandalle” político disfrazado de legalidad.

Lo que no logró la ex secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero lo hizo el Secretario General de Gobierno, Héctor Flores, responsable de la gobernabilidad del Estado.

Desde las cúpulas morenistas, incluyendo al senador Ricardo Monreal, presionaron al gobernador para que publicara la reforma. Pero también hay que decirlo, la alianza Va Por Durango hizo su parte para que no se publicara. José Rosas Aispuro, un político con experiencia y con un doctorado en derecho constitucional, midió el tamaño de la crisis que se veía. Se dio cuenta de que el problema era político, y en consecuencia le encargó a Héctor Flores la operación política del tema.

Una vez le preguntaron a Manlio Fabio Beltrones qué era la política, les contestó: “es dialogar, dialogar, dialogar y dialogar”. Ya sabíamos que Héctor Flores era un buen operador político. Por algo acompañó como senador suplente al gobernador José Rosas Aispuro Torres. Se ha comentado que fue pieza clave para que hubiera acuerdos con un influyente político del PRI.

Nacho Mier, Iván Gurrola y Otniel García Navarro sabían que ellos encendieron la mecha, pero también tenían que apagarla. En política se acabaron los tiempos del todo o nada. Hoy, si no se reparte el pastel se pagan las consecuencias. Así de sencillo. Con el argumento de más de 180 mil votos de MORENA, si no está legislado en materia legal no tenía razón de ser la controvertida reforma. Al final, todos tuvieron que ceder. A las diputadas y diputados, los elegimos para que nos representen, y no para que se disputen el poder al interior del congreso. Y como nosotros pagamos los sueldos de las diputadas y diputados, tenemos el derecho de opinar. Ya es tiempo también de pasar de una democracia representativa, a la participativa.

Hoy vemos a la distancia que a MORENA y sus aliados no les ha ido tan mal. Sandra Amaya, que hoy repite como diputada local, en la pasada legislatura pasó a la historia por ser la primera mujer en presidir la JUCOPO. Tiempo después, repitió. Lo mismo a Juan Pablo Aguilar, le tocó presidir. Esteban Villegas por el PRI. Por último, terminó el ex priista Iván Gurrola. Pero como decía José Alfredo Jiménez: “Yo no nací pa’ pobre, me gusta todo lo bueno”. Querían con la reforma a la Ley Orgánica presidir la junta de gobierno otro año más. Como dicen nada es eterno en el mundo.

Vemos que, gracias a los acuerdos políticos y los consensos, arranca bien la LXIX legislatura. El Secretario General de Gobierno cumplió su encargo, y ahora le corresponde a Ricardo López Pescador, Joel Corral Alcántara y Christian Jean Esparza aterrizarla en los hechos.

Resultados: rotación de la junta de gobierno, primero el PRI, después el PAN y MORENA. Lo mismo con la mesa directiva y la dirección de comunicación social. La repartición de pastel será plural. Moraleja: hay reformas a la Ley Orgánica que se pueden hacer sin problema, pero las que ponen en riesgo la gobernabilidad política y social, esas no. Ninguna Ley General está sobre la Constitución Local o Federal.