/ viernes 15 de noviembre de 2019

Diálogos para proponer mejoras a la educación

En el marco del 75 Aniversario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el pasado 17 de octubre, la dirigencia de la Sección 12 convocó a maestros, escritores, académicos, investigadores, estudiantes y directivos de instituciones educativas de los distintos tipos y niveles educativos de la entidad a una reunión de trabajo.

El fin, dialogar acerca de ciertas propuestas factibles de hacerlas llegar a la Secretaría de Educación, a fin de que se integren al esquema de la nueva escuela mexicana.

En esta reunión, el representante de la Secretaría de Educación del Estado, el director de Educación Básica, Marco Aurelio Rosales Saracco, funcionario de primer nivel en la estructura educativa de la entidad, con un pasado exitoso como líder sindical, político y académico, hizo un reconocimiento al SNTE por su capacidad de coordinación, colaboración y toma de acuerdos con la autoridad educativa, nacional y local, para transformar de manera continua los servicios educativos, y especialmente, por el llamado que tuvo a bien formular a distintos actores educativos para escuchar su voz y plasmarla en propuestas de mejoras a la educación que se imparte en el país, en el marco de la reforma educativa en marcha desde el 15 de mayo de 2019.

En su participación, el profesor Rosales describió a grandes rasgos los criterios sobre los que la autoridad educativa federal sustenta la nueva escuela mexicana, de la que dijo responde a los principios de equidad, inclusión, diversidad, derechos humanos e igualdad sustantiva, además de que promueve la mejora del aprendizaje, la mejora de la práctica docente y el desarrollo integral de los estudiantes.

Dijo además que, la nueva escuela mexicana es una filosofía y una ideología en construcción, en la que se espera la participación activa y la experiencia de los maestros del país.

La nueva escuela mexicana deberá fundarse en principios de prospectiva educativa, para proyectar los planes y programas de estudio aplicando metodologías activas, no directivas, en las que el alumno y el aprendizaje sean el centro de la acción educativa; se trata también de involucrar a las instituciones formadoras de docentes en la definición del perfil del maestro que requiere esta nueva escuela, desde una visión pedagógica-didáctica, con la aspiración de alcanzar en el corto y mediano plazos una profunda transformación educativa.

Por su parte, el líder de la Sección 12 del SNTE, el profesor Ricardo Rentería Medina, líder sindical y político, gran estudioso de la educación, agradeció a los asistentes su respuesta a la invitación formulada, pues dijo estar seguro de que se generarían interesantes propuestas educativas, que sin duda enriquecerán la propuesta de la nueva escuela mexicana que está promoviendo la Presidencia de la República y la Secretaría de Educación Pública federal (SEP). Comentó que al SNTE, al igual que a la SEP, le interesa la reconstrucción del Sistema Educativo Nacional con el aporte de un nuevo modelo educativo que se perfila con el proyecto de la nueva escuela mexicana.

El secretario general de la Sección 12 del SNTE reconoció el avance que se tendrá en el ámbito educativo nacional con el nuevo marco jurídico constitucional y sus leyes secundarias, que establecen la obligatoriedad constitucional para la educación inicial y la educación superior, pues los niños, adolescentes y jóvenes de 0 a 23 años aseguran condiciones para recibir una educación pública de excelencia. También, comentó que es necesario que el SNTE participe activamente en la construcción de la propuesta pedagógica que requiere la nueva escuela mexicana, para que se defina la nueva formación del ciudadano mexicano, la que debe estar basada en principios y valores propios del humanismo.

Ya en las mesas de trabajo se discutieron distintos temas alusivos a la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria y normal, en los que se fueron perfilando las líneas pedagógicas que se deben privilegiar en la nueva escuela mexicana, partiendo desde la pedagogía crítica, la pedagogía compleja y la pedagogía humanista, hasta la sicología positiva, orientaciones teóricas que en conjunto deben darle un enfoque holístico al desarrollo educativo del país en los próximos años.

En este sentido, ya desde una visión personal, creo que la nueva escuela mexicana, la que se plantea como un espacio de diálogo y construcción colectiva, en el que se pueden intercambiar experiencias y saberes de los docentes, directivos y otros agentes educativos, deberá establecer procesos de actualización y capacitación docente y directiva al menos en tres líneas de trabajo teórico práctico, a saber: lo pedagógico-didáctico, lo sicológico-pedagógico y lo filosófico-sociológico, pues son elementos indispensables para una nueva concepción humanista de la educación.

Es decir, no se puede hablar de una nueva escuela mexicana si no hay un verdadero sustento filosófico, epistémico y metodológico que explique de qué humanismo se está hablando y cómo es que desde ese enfoque humanista se conceptualizan los principios, valores y criterios que caracterizarán a esta nueva escuela (obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita, laica, equitativa, intercultural, integral, humanista, democrática, nacional, plurilingüe y de excelencia).

Esto se plantea desde la idea de que el humanismo implica una renovación de la existencia humana, una nueva concepción del mundo y de la vida; y que, la idea de humanidad, como ideal educativo, como ideal humano, abarca todos los confines de la vida humana; implica comprender al hombre en su integridad, y, partiendo de sus fuerzas y capacidades propias, buscar su más alta perfección; por tanto, se requiere una educación que ponga en armonía cuerpo y espíritu, que desenvuelva a la persona humana en todas sus posibilidades.

De esta forma, la educación humanista debe estar basada en una concepción del hombre como ser con una dignidad inalienable y con enormes posibilidades de desarrollo; como alguien que se forma en la sociedad y que es capaz de relacionarse productivamente con otros, por lo que una formación humanista es dialogal y participativa, recibe y comparte lo que se aprende de la realidad social.

La aspiración está declarada y normada constitucionalmente, falta ver si operativamente se dan las condiciones, a nivel federal y local, para hacer funcionar una nueva escuela mexicana con estas características y con este enfoque, pues la expectativa es alta y la decepción puede ser mayor. Al tiempo.

En el marco del 75 Aniversario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el pasado 17 de octubre, la dirigencia de la Sección 12 convocó a maestros, escritores, académicos, investigadores, estudiantes y directivos de instituciones educativas de los distintos tipos y niveles educativos de la entidad a una reunión de trabajo.

El fin, dialogar acerca de ciertas propuestas factibles de hacerlas llegar a la Secretaría de Educación, a fin de que se integren al esquema de la nueva escuela mexicana.

En esta reunión, el representante de la Secretaría de Educación del Estado, el director de Educación Básica, Marco Aurelio Rosales Saracco, funcionario de primer nivel en la estructura educativa de la entidad, con un pasado exitoso como líder sindical, político y académico, hizo un reconocimiento al SNTE por su capacidad de coordinación, colaboración y toma de acuerdos con la autoridad educativa, nacional y local, para transformar de manera continua los servicios educativos, y especialmente, por el llamado que tuvo a bien formular a distintos actores educativos para escuchar su voz y plasmarla en propuestas de mejoras a la educación que se imparte en el país, en el marco de la reforma educativa en marcha desde el 15 de mayo de 2019.

En su participación, el profesor Rosales describió a grandes rasgos los criterios sobre los que la autoridad educativa federal sustenta la nueva escuela mexicana, de la que dijo responde a los principios de equidad, inclusión, diversidad, derechos humanos e igualdad sustantiva, además de que promueve la mejora del aprendizaje, la mejora de la práctica docente y el desarrollo integral de los estudiantes.

Dijo además que, la nueva escuela mexicana es una filosofía y una ideología en construcción, en la que se espera la participación activa y la experiencia de los maestros del país.

La nueva escuela mexicana deberá fundarse en principios de prospectiva educativa, para proyectar los planes y programas de estudio aplicando metodologías activas, no directivas, en las que el alumno y el aprendizaje sean el centro de la acción educativa; se trata también de involucrar a las instituciones formadoras de docentes en la definición del perfil del maestro que requiere esta nueva escuela, desde una visión pedagógica-didáctica, con la aspiración de alcanzar en el corto y mediano plazos una profunda transformación educativa.

Por su parte, el líder de la Sección 12 del SNTE, el profesor Ricardo Rentería Medina, líder sindical y político, gran estudioso de la educación, agradeció a los asistentes su respuesta a la invitación formulada, pues dijo estar seguro de que se generarían interesantes propuestas educativas, que sin duda enriquecerán la propuesta de la nueva escuela mexicana que está promoviendo la Presidencia de la República y la Secretaría de Educación Pública federal (SEP). Comentó que al SNTE, al igual que a la SEP, le interesa la reconstrucción del Sistema Educativo Nacional con el aporte de un nuevo modelo educativo que se perfila con el proyecto de la nueva escuela mexicana.

El secretario general de la Sección 12 del SNTE reconoció el avance que se tendrá en el ámbito educativo nacional con el nuevo marco jurídico constitucional y sus leyes secundarias, que establecen la obligatoriedad constitucional para la educación inicial y la educación superior, pues los niños, adolescentes y jóvenes de 0 a 23 años aseguran condiciones para recibir una educación pública de excelencia. También, comentó que es necesario que el SNTE participe activamente en la construcción de la propuesta pedagógica que requiere la nueva escuela mexicana, para que se defina la nueva formación del ciudadano mexicano, la que debe estar basada en principios y valores propios del humanismo.

Ya en las mesas de trabajo se discutieron distintos temas alusivos a la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria y normal, en los que se fueron perfilando las líneas pedagógicas que se deben privilegiar en la nueva escuela mexicana, partiendo desde la pedagogía crítica, la pedagogía compleja y la pedagogía humanista, hasta la sicología positiva, orientaciones teóricas que en conjunto deben darle un enfoque holístico al desarrollo educativo del país en los próximos años.

En este sentido, ya desde una visión personal, creo que la nueva escuela mexicana, la que se plantea como un espacio de diálogo y construcción colectiva, en el que se pueden intercambiar experiencias y saberes de los docentes, directivos y otros agentes educativos, deberá establecer procesos de actualización y capacitación docente y directiva al menos en tres líneas de trabajo teórico práctico, a saber: lo pedagógico-didáctico, lo sicológico-pedagógico y lo filosófico-sociológico, pues son elementos indispensables para una nueva concepción humanista de la educación.

Es decir, no se puede hablar de una nueva escuela mexicana si no hay un verdadero sustento filosófico, epistémico y metodológico que explique de qué humanismo se está hablando y cómo es que desde ese enfoque humanista se conceptualizan los principios, valores y criterios que caracterizarán a esta nueva escuela (obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita, laica, equitativa, intercultural, integral, humanista, democrática, nacional, plurilingüe y de excelencia).

Esto se plantea desde la idea de que el humanismo implica una renovación de la existencia humana, una nueva concepción del mundo y de la vida; y que, la idea de humanidad, como ideal educativo, como ideal humano, abarca todos los confines de la vida humana; implica comprender al hombre en su integridad, y, partiendo de sus fuerzas y capacidades propias, buscar su más alta perfección; por tanto, se requiere una educación que ponga en armonía cuerpo y espíritu, que desenvuelva a la persona humana en todas sus posibilidades.

De esta forma, la educación humanista debe estar basada en una concepción del hombre como ser con una dignidad inalienable y con enormes posibilidades de desarrollo; como alguien que se forma en la sociedad y que es capaz de relacionarse productivamente con otros, por lo que una formación humanista es dialogal y participativa, recibe y comparte lo que se aprende de la realidad social.

La aspiración está declarada y normada constitucionalmente, falta ver si operativamente se dan las condiciones, a nivel federal y local, para hacer funcionar una nueva escuela mexicana con estas características y con este enfoque, pues la expectativa es alta y la decepción puede ser mayor. Al tiempo.