/ domingo 16 de febrero de 2020

Diputados son ¿ejemplo? de trabajo político en equipo

En un escenario inédito de unidad y trabajo en equipo, los diputados de todos los partidos acuerdan analizar, debatir y aprobar en su caso, un paquete de 30 iniciativas de Ley, que representan alrededor de 50 reformas, algunas de ellas constitucionales, con el objetivo de generar un marco jurídico de vanguardia.

Con la camiseta de Durango bien puesta, los legisladores demuestran que, sin menoscabo a sus ideologías y preferencias políticas, puede darse el consenso que detone el bienestar a la población.

De entrada, ya han puesto el ejemplo de que sí se puede trabajar en armonía por un fin común, y que en este caso, los pleitos a que están acostumbrados los políticos, salen de sobra, para dar paso a la comunicación y el diálogo, como premisa para alcanzar dentro de la pluralidad, consensos que traigan consigo, no el beneficio particular ni menos de partidos políticos, sino para los duranguenses sin excepción.

No solamente existe el trabajo en grupo entre los legisladores, sino que hay concordancia con los otros poderes, así como con los tres órdenes de gobierno, lo que de alguna manera garantiza que se platiquen aquellos temas controversiales que afecten competencias en los demás niveles gubernamentales.

Basta de divisiones, los duranguenses están ávidos de que la entidad sea llevada por el camino del crecimiento económico, por lo que el hecho de que los políticos antepongan a Durango por sobre sus intereses partidistas y de grupo, es una buena señal de que se trabajará por alcanzar lo que hasta ahora ha sido como un sueño, y que es la industrialización como vía para el progreso.

Pero para que lo anterior suceda, primero deben existir normas modernas, acordes a los avances políticos, económicos y sociales que se registran en el mundo y en México, y que en muchos de los casos, Durango se ha rezagado, por lo que es necesario que los “hacedores de leyes”, como son los diputados, trabajen en sintonía con lo que les demandan sus representados de los diferentes sectores de la comunidad.

En la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, han evidenciado sus integrantes que hay oficio político, y que por ahora, hacen a un lado aspiraciones e intereses partidistas, con la disposición y voluntad de encontrar los equilibrios en los procesos legislativos que habrán de emprender durante el segundo período ordinario de sesiones, del segundo año de la actual Legislatura, que inició este 15 de febrero y termina el 31 de mayo próximo.

En teoría, los “pastores” de las bancadas de diputados, han acordado en la Jucopo, sacar adelante el paquete de modificaciones legales durante la etapa que acaba de comenzar, sin que ello quiera decir que no existan los desacuerdos que pudieran reflejarse en disenso posteriores.

Durante los análisis y debate, desde las comisiones hasta el pleno, los parlamentarios agotarán la comunicación y el diálogo, de tal manera que pretenden llevar a buen puerto los proyectos de iniciativa, sin que ello quiera decir que todos sean aprobados, pero sí al menos, que serán tratados con “mente abierta” por Durango, para desechar los que ya no sean acordes a los tiempos que viven los temas a nivel federal.

El mensaje que se ha mandado a la sociedad, es que los legisladores ahora sí parecen dispuestos a cumplir lo que les demandaron los ciudadanos cuando acudieron a pedirles el voto, y que es crear y adecuar leyes que vayan en sintonía con lo que sucede, primero en el entorno local, pero sin aislarse de los escenarios nacional e internacional.

Existen temas pendientes que por años han sido tabú para los gobiernos locales, y en específico para los legisladores, que los han mantenido en “el congelador” del Congreso: como son los matrimonios igualitarios, la legalización de la producción y consumo de marihuana con fines recreativos, el referéndum, el plebiscito, y en materia electoral, todo lo que se refiere al financiamiento de los partidos, fiscalización de los gastos, etc.

No obstante, el Congreso del Estado seguirá siendo la “caja de resonancia” política, en la que se presenten pronunciamientos y propuestas de punto de acuerdo sobre los temas coyunturales que surjan en lo económico, político y social. Ahí es donde se reflejará la pluralidad de ideologías y partidos.

En un escenario inédito de unidad y trabajo en equipo, los diputados de todos los partidos acuerdan analizar, debatir y aprobar en su caso, un paquete de 30 iniciativas de Ley, que representan alrededor de 50 reformas, algunas de ellas constitucionales, con el objetivo de generar un marco jurídico de vanguardia.

Con la camiseta de Durango bien puesta, los legisladores demuestran que, sin menoscabo a sus ideologías y preferencias políticas, puede darse el consenso que detone el bienestar a la población.

De entrada, ya han puesto el ejemplo de que sí se puede trabajar en armonía por un fin común, y que en este caso, los pleitos a que están acostumbrados los políticos, salen de sobra, para dar paso a la comunicación y el diálogo, como premisa para alcanzar dentro de la pluralidad, consensos que traigan consigo, no el beneficio particular ni menos de partidos políticos, sino para los duranguenses sin excepción.

No solamente existe el trabajo en grupo entre los legisladores, sino que hay concordancia con los otros poderes, así como con los tres órdenes de gobierno, lo que de alguna manera garantiza que se platiquen aquellos temas controversiales que afecten competencias en los demás niveles gubernamentales.

Basta de divisiones, los duranguenses están ávidos de que la entidad sea llevada por el camino del crecimiento económico, por lo que el hecho de que los políticos antepongan a Durango por sobre sus intereses partidistas y de grupo, es una buena señal de que se trabajará por alcanzar lo que hasta ahora ha sido como un sueño, y que es la industrialización como vía para el progreso.

Pero para que lo anterior suceda, primero deben existir normas modernas, acordes a los avances políticos, económicos y sociales que se registran en el mundo y en México, y que en muchos de los casos, Durango se ha rezagado, por lo que es necesario que los “hacedores de leyes”, como son los diputados, trabajen en sintonía con lo que les demandan sus representados de los diferentes sectores de la comunidad.

En la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, han evidenciado sus integrantes que hay oficio político, y que por ahora, hacen a un lado aspiraciones e intereses partidistas, con la disposición y voluntad de encontrar los equilibrios en los procesos legislativos que habrán de emprender durante el segundo período ordinario de sesiones, del segundo año de la actual Legislatura, que inició este 15 de febrero y termina el 31 de mayo próximo.

En teoría, los “pastores” de las bancadas de diputados, han acordado en la Jucopo, sacar adelante el paquete de modificaciones legales durante la etapa que acaba de comenzar, sin que ello quiera decir que no existan los desacuerdos que pudieran reflejarse en disenso posteriores.

Durante los análisis y debate, desde las comisiones hasta el pleno, los parlamentarios agotarán la comunicación y el diálogo, de tal manera que pretenden llevar a buen puerto los proyectos de iniciativa, sin que ello quiera decir que todos sean aprobados, pero sí al menos, que serán tratados con “mente abierta” por Durango, para desechar los que ya no sean acordes a los tiempos que viven los temas a nivel federal.

El mensaje que se ha mandado a la sociedad, es que los legisladores ahora sí parecen dispuestos a cumplir lo que les demandaron los ciudadanos cuando acudieron a pedirles el voto, y que es crear y adecuar leyes que vayan en sintonía con lo que sucede, primero en el entorno local, pero sin aislarse de los escenarios nacional e internacional.

Existen temas pendientes que por años han sido tabú para los gobiernos locales, y en específico para los legisladores, que los han mantenido en “el congelador” del Congreso: como son los matrimonios igualitarios, la legalización de la producción y consumo de marihuana con fines recreativos, el referéndum, el plebiscito, y en materia electoral, todo lo que se refiere al financiamiento de los partidos, fiscalización de los gastos, etc.

No obstante, el Congreso del Estado seguirá siendo la “caja de resonancia” política, en la que se presenten pronunciamientos y propuestas de punto de acuerdo sobre los temas coyunturales que surjan en lo económico, político y social. Ahí es donde se reflejará la pluralidad de ideologías y partidos.