Se cumplen dos años del gobierno de López Obrador, fecha para señalar aciertos y errores, se decía que concluía la etapa del despegue sexenal e iniciaba la de velocidad de crucero o crecimiento.
Plazo que se trazaron los del Frenna para defenestrar al presidente, propósito o prejuicio, irresponsable por ignorancia.
Inicia su tercer año y a López Obrador no se le ha caído la economía en los términos que sus apasionados detractores pregonaban. Los opositores y los partidarios de la transformación, en signo inequívoco de los tiempos, no argumentan al tamaño de la cuestión, protagonizan una polémica sobre austeridad y transparencia del aparato burocrático.
Unos no son convincentes y los otros son de envoltura, creían que cancelar el aeropuerto de lujo sería el Waterloo del presidente, defienden fideicomisos por liquidar con rumores sin demostrar perjuicios causados y menos ofrecer alternativas.
La 4T ha hecho ajustes a la económica presidencial, nada de fondo que beneficie la circulación de productos o incida en la distribución de la riqueza social en ingresos y equidad fiscal. Distribuir dinero a individuos reduce corrupción de burócratas y gobierno Estatales, cotos de poder de caciques usufructuarios de una red vertical de canonjías que el centro les dosificaba según su habilidad y disciplina pero siempre garantizando el control.
Los programas del bienestar llegan directos a los beneficiarios, les quitó a corruptos gobernadores el sombrero ajeno, y claro unos vociferan. Los que están en contra son sus burócratas y clientes o socios preferidos, la ciudadanía aprueba los ajustes del gobierno federal.
Los apoyos directos de la 4T evitan la intermediación, finalmente crece el consumo en los 8 o 10 monopolios reinantes, pan de caja, celulares, cervezas, refrescos, leche, tiendas de conveniencia y grandes supermercados.
El presidente por presión de izquierda moderada envía iniciativa de ley contra el outsoursing, y declara se legislará dar seguridad social, salarios justos y estabilidad laboral a trabajadores del campo. De acuerdo a ley y la practica internacional, bienvenido el outsoursing, con trabajadores temporales que nos ayuden a beneficiar minerales, a compactar suelos con tractores computarizados, a mejorar técnicas de pesca con sonar, a mejorar técnicas de refinamiento en combustibles, etc.
Aquí hay empresarios que con el outsoursing tienen empleados y hasta afanadores para violar derechos laborales. En la subcontratación ya cedió el presidente, y lo hará en los agricultores prósperos, si las revoluciones no se hacen con palabras y los hechos no se corrigen con decretos, decía O. Paz, López Obrador necesita un partido político con militantes que sociabilicen las grandes necesidades del país, las estudian y sumen prosélitos. Pero Morena dice Muñoz Ledo: Es el PRIAN revivido.
El PRIAN depende de cómo esté López Obrador en el ánimo de la gente en 6 meses. Tenía razón son los mismos ambos partidos. Enredados en la corrupción PRI y PAN, saben que el éxito de López Obrador es el ataque a la corrupción a ex presidentes y gobiernos anteriores. Increíble, el PRIAN en vez de exigir castigo a sus ex presidentes y ex gobernadores, los defienden. Siguiendo al que nunca se equivoca, si mañana fueran las elecciones Morena ganaría fácil.