/ miércoles 13 de mayo de 2020

Dr. José Narro: ¡Quédate en casa!

Cuando la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), sufrió el más brutal de los atracos en su autonomía por el Gobierno y el Congreso del Estado, varios universitarios tuvimos la oportunidad de conocer un poco más al rector de la UNAM de entonces, al doctor José Narro Robles.

No voy a ocultar que su postura inicial en defensa de la autonomía universitaria me inspiró confianza, la UJED contaba con un fuerte aliado. Poco duró la ilusión, Narro empezó a asistir a los eventos del gobierno estatal, a comidas públicas y paseos por la Sierra de Durango en compañía de Jorge Herrera Caldera.

José Narro dejó la Rectoría de la UNAM sin mucho que aportar (pretendió aumentar las cuotas a la educación pública), y como se acostumbraba fue consolado con la Secretaria de Salud en el sexenio de Enrique Peña Nieto, en donde su legado son 370 hospitales abandonados, a medio construir o francamente en obra negra, por cierto el de la ciudad de Gómez Palacio y el Hospital General 450 de Durango, son dos de ellos.

A la Comisión de Salud en el Senado, nos correspondió la última comparecencia del ex secretario; en la misma le cuestioné el material caduco adquirido en su administración así como las irregularidades de falta de equipo, la poca atención en las plantillas del personal de salud, corrupción en la designación de plazas y códigos, falta de medicamentos y vacunas, mal trato a médicos internos, pasantes de servicio social y residentes.

La Auditoria Superior de la Federación y diversas organizaciones civiles subrayaron que de 2014 a 2019, en el sector salud del país, se desviaron 4 mil 139 millones de pesos tan sólo en facturas falsas, emitidas por 839 empresas fantasmas, Narro era secretario de esa dependencia.

Cito lo anterior para enmarcar que hace unos días el doctor Narro cuestionó las cifras del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, al señalar que hay disparidad en las cifras y por ello el vocero del Gobierno Federal miente a los mexicanos, nada más distante de la verdad, ni de la calidad y estatura desde donde se lanzan los cuestionamientos.

Desde mi punto de vista, el doctor López-Gatell tiene el respaldo de más de 800 científicos, en el equipo no sólo hay epidemiólogos, matemáticos, salubristas y demás especialistas para el manejo de este tipo de situaciones que se registran de forma extraordinaria en el mundo, mexicanos y mexicanos en los cuales la población confía.

La militancia en cualquier individuo se respeta (46 años en el PRI del doctor Narro), pero abandonar sus funciones de servir a la Nación, por bailar en los spots del candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y dejar de lado las acciones en favor de los 127 millones de mexicanas y mexicanos no son un buen síntoma para lanzar piedras con tintes políticos, más que técnicos o científicos.

La estatura moral del doctor López-Gatell está a prueba de trasnoches y añoranzas para regresar a los reflectores, este gobierno de la Cuarta Transformación da un botón de muestra de que el epidemiólogo que informa sobre la pandemia es un perfil apropiado para ser parte del servicio público. El doctor Narro ya tuvo la oportunidad de hacer algo por la salud de los mexicanos; dándole crédito, hizo lo que pudo o lo que le indicaron que hiciera, ya más no puede. Y en lo que a mí respecta le doy un consejo: Doctor Narro, ¡quédate en casa!

Cuando la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), sufrió el más brutal de los atracos en su autonomía por el Gobierno y el Congreso del Estado, varios universitarios tuvimos la oportunidad de conocer un poco más al rector de la UNAM de entonces, al doctor José Narro Robles.

No voy a ocultar que su postura inicial en defensa de la autonomía universitaria me inspiró confianza, la UJED contaba con un fuerte aliado. Poco duró la ilusión, Narro empezó a asistir a los eventos del gobierno estatal, a comidas públicas y paseos por la Sierra de Durango en compañía de Jorge Herrera Caldera.

José Narro dejó la Rectoría de la UNAM sin mucho que aportar (pretendió aumentar las cuotas a la educación pública), y como se acostumbraba fue consolado con la Secretaria de Salud en el sexenio de Enrique Peña Nieto, en donde su legado son 370 hospitales abandonados, a medio construir o francamente en obra negra, por cierto el de la ciudad de Gómez Palacio y el Hospital General 450 de Durango, son dos de ellos.

A la Comisión de Salud en el Senado, nos correspondió la última comparecencia del ex secretario; en la misma le cuestioné el material caduco adquirido en su administración así como las irregularidades de falta de equipo, la poca atención en las plantillas del personal de salud, corrupción en la designación de plazas y códigos, falta de medicamentos y vacunas, mal trato a médicos internos, pasantes de servicio social y residentes.

La Auditoria Superior de la Federación y diversas organizaciones civiles subrayaron que de 2014 a 2019, en el sector salud del país, se desviaron 4 mil 139 millones de pesos tan sólo en facturas falsas, emitidas por 839 empresas fantasmas, Narro era secretario de esa dependencia.

Cito lo anterior para enmarcar que hace unos días el doctor Narro cuestionó las cifras del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, al señalar que hay disparidad en las cifras y por ello el vocero del Gobierno Federal miente a los mexicanos, nada más distante de la verdad, ni de la calidad y estatura desde donde se lanzan los cuestionamientos.

Desde mi punto de vista, el doctor López-Gatell tiene el respaldo de más de 800 científicos, en el equipo no sólo hay epidemiólogos, matemáticos, salubristas y demás especialistas para el manejo de este tipo de situaciones que se registran de forma extraordinaria en el mundo, mexicanos y mexicanos en los cuales la población confía.

La militancia en cualquier individuo se respeta (46 años en el PRI del doctor Narro), pero abandonar sus funciones de servir a la Nación, por bailar en los spots del candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y dejar de lado las acciones en favor de los 127 millones de mexicanas y mexicanos no son un buen síntoma para lanzar piedras con tintes políticos, más que técnicos o científicos.

La estatura moral del doctor López-Gatell está a prueba de trasnoches y añoranzas para regresar a los reflectores, este gobierno de la Cuarta Transformación da un botón de muestra de que el epidemiólogo que informa sobre la pandemia es un perfil apropiado para ser parte del servicio público. El doctor Narro ya tuvo la oportunidad de hacer algo por la salud de los mexicanos; dándole crédito, hizo lo que pudo o lo que le indicaron que hiciera, ya más no puede. Y en lo que a mí respecta le doy un consejo: Doctor Narro, ¡quédate en casa!

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