/ domingo 10 de febrero de 2019

“Dueños” del PRI acotan los espacios a cuadros nuevos, frescos y jóvenes


En el PRI no entienden que la simulación es la pesada losa que los desbarrancó, y persisten las acciones supuestas de renovar desde las estructuras territoriales, hasta los sectores y organizaciones, cuando en la realidad los que se creen dueños del Partido, impiden la incorporación de cuadros nuevos y frescos, sobre todo jóvenes, y lo que en realidad trabajan son escenarios electorales actuales y futuros para sus afines y hasta familiares.

Un ejemplo de lo que sucede en el otrora partidazo, fue la malograda intención del dirigente estatal, Luis Enrique Benítez Ojeda, de inscribir su participación en la contienda interna por la candidatura a presidente municipal de Durango capital.

Fue precisamente “alguien” que está detrás de las decisiones que toma el Directivo Estatal, quien frenó al último minuto del plazo establecido, la pretensión de Luis Enrique de ser partícipe en la contienda interna, quien mantuvo vigente la posibilidad hasta minutos antes de cerrar el plazo estipulado en la convocatoria correspondiente para el registro de aspirinas.

Una vez que solamente se inscribieron Arturo Yáñez y Jesús Díez, el dirigente estatal vio la oportunidad de sumarse a la competencia priista, bajo el argumento de que los dos pretendientes carecían de los apoyos necesarios para fortalecer la bandera priista, solamente que lo “¿convencieron?” para que no desistiera. De lo contrario le hubiera abonado al ya de por sí descrédito que tiene el Partido con los militantes y la sociedad en general.

Connotados priistas en desacuerdo con la forma, que califican de excluyente, como Benítez dirige el Partido, aumentan su inconformidad, según lo han externado, con lo que sucede en los sectores y organizaciones, donde afirman que es evidente la simulación en acciones de reestructuración de espacios directivos.

Sin ir muy lejos, en la Confederación Nacional Campesina (lo que queda del voto verde priista), se trabaja en la organización de los Comités de Base, figura que debe existir en cada comunidad, para desde ahí según el organigrama de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, sustentar la renovación de los Comités Regionales.

Y aunque hay actividad para cumplir con las metas, entre los cenecistas de prosapia se comenta que “se trabaja solamente en un eje para lo que sigue”, con especial énfasis en los distritos federales primero y tercero, y con doble atención a la paridad de género en las candidaturas de la intermedia federal. Al parecer las elecciones de junio próximo pasan a segundo plano, cuando en lo teórico es lo que debe importar.

La enviada del CEN cenecista, “no ve ni oye a nadie”, y se dedica en teoría a renovar los espacios en las comunidades y las regiones, aunque en la práctica se enfoca territorialmente a los distritos uno y tres, con orientación a fortalecer las organizaciones de mujeres. Le allanan el camino a quien fue la única triunfadora de Mayoría Relativa en el pasado proceso electoral.

“Es más de lo mismo”, sentencian los colmilludos priistas que vaticinan un escenario complejo para el Partido, al no vislumbrarse la intención de un cambio de fondo, que implicaría la renovación de las personas, con la premisa incumplida de incrustar a los cuadros nuevos, frescos, direccionados a motivar a los jóvenes.

Es un partido testamentado por los que se creen dueños, para heredar a familias y amigos los espacios directivos internos, así como los que se dan para contender por los cargos de representación popular, agregan los personajes con experiencia y prosapia tricolor.

Por eso existe el desánimo entre los militantes, que fingen interés, cuando en realidad escuchan las invitaciones de otros partidos, y se dejan llevar por las inercias electorales del momento, con el fin de reflejarlo hasta el día de la votación.

La propia dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu, según dicen, aconsejada por su tío el expresidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, trajo a Durango un mensaje oficialista encubridor de lo que sucede realmente al partido, y sin visos de querer ejecutar una transformación completa.

A nivel nacional, los expresidentes y otros caciques regionales llevan mano en lo que se decide, mientras que en la entidad, afirman la propia militancia, son los exgobernadores los que “mecen la cuna” en el PRI. Es el estigma que no quieren erradicar y que podría ser al final su perdición.

Habrá que ver lo que sucede en Gómez Palacio, donde la dueña del PRI, Leticia Herrera, deshoja la margarita en espera de los resultados de encuestas, para conocer las posibilidades que tiene de buscar la reelección en la Presidencia Municipal, o impulsar a uno de los suyos para que abandere al tricolor.


En el PRI no entienden que la simulación es la pesada losa que los desbarrancó, y persisten las acciones supuestas de renovar desde las estructuras territoriales, hasta los sectores y organizaciones, cuando en la realidad los que se creen dueños del Partido, impiden la incorporación de cuadros nuevos y frescos, sobre todo jóvenes, y lo que en realidad trabajan son escenarios electorales actuales y futuros para sus afines y hasta familiares.

Un ejemplo de lo que sucede en el otrora partidazo, fue la malograda intención del dirigente estatal, Luis Enrique Benítez Ojeda, de inscribir su participación en la contienda interna por la candidatura a presidente municipal de Durango capital.

Fue precisamente “alguien” que está detrás de las decisiones que toma el Directivo Estatal, quien frenó al último minuto del plazo establecido, la pretensión de Luis Enrique de ser partícipe en la contienda interna, quien mantuvo vigente la posibilidad hasta minutos antes de cerrar el plazo estipulado en la convocatoria correspondiente para el registro de aspirinas.

Una vez que solamente se inscribieron Arturo Yáñez y Jesús Díez, el dirigente estatal vio la oportunidad de sumarse a la competencia priista, bajo el argumento de que los dos pretendientes carecían de los apoyos necesarios para fortalecer la bandera priista, solamente que lo “¿convencieron?” para que no desistiera. De lo contrario le hubiera abonado al ya de por sí descrédito que tiene el Partido con los militantes y la sociedad en general.

Connotados priistas en desacuerdo con la forma, que califican de excluyente, como Benítez dirige el Partido, aumentan su inconformidad, según lo han externado, con lo que sucede en los sectores y organizaciones, donde afirman que es evidente la simulación en acciones de reestructuración de espacios directivos.

Sin ir muy lejos, en la Confederación Nacional Campesina (lo que queda del voto verde priista), se trabaja en la organización de los Comités de Base, figura que debe existir en cada comunidad, para desde ahí según el organigrama de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, sustentar la renovación de los Comités Regionales.

Y aunque hay actividad para cumplir con las metas, entre los cenecistas de prosapia se comenta que “se trabaja solamente en un eje para lo que sigue”, con especial énfasis en los distritos federales primero y tercero, y con doble atención a la paridad de género en las candidaturas de la intermedia federal. Al parecer las elecciones de junio próximo pasan a segundo plano, cuando en lo teórico es lo que debe importar.

La enviada del CEN cenecista, “no ve ni oye a nadie”, y se dedica en teoría a renovar los espacios en las comunidades y las regiones, aunque en la práctica se enfoca territorialmente a los distritos uno y tres, con orientación a fortalecer las organizaciones de mujeres. Le allanan el camino a quien fue la única triunfadora de Mayoría Relativa en el pasado proceso electoral.

“Es más de lo mismo”, sentencian los colmilludos priistas que vaticinan un escenario complejo para el Partido, al no vislumbrarse la intención de un cambio de fondo, que implicaría la renovación de las personas, con la premisa incumplida de incrustar a los cuadros nuevos, frescos, direccionados a motivar a los jóvenes.

Es un partido testamentado por los que se creen dueños, para heredar a familias y amigos los espacios directivos internos, así como los que se dan para contender por los cargos de representación popular, agregan los personajes con experiencia y prosapia tricolor.

Por eso existe el desánimo entre los militantes, que fingen interés, cuando en realidad escuchan las invitaciones de otros partidos, y se dejan llevar por las inercias electorales del momento, con el fin de reflejarlo hasta el día de la votación.

La propia dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu, según dicen, aconsejada por su tío el expresidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, trajo a Durango un mensaje oficialista encubridor de lo que sucede realmente al partido, y sin visos de querer ejecutar una transformación completa.

A nivel nacional, los expresidentes y otros caciques regionales llevan mano en lo que se decide, mientras que en la entidad, afirman la propia militancia, son los exgobernadores los que “mecen la cuna” en el PRI. Es el estigma que no quieren erradicar y que podría ser al final su perdición.

Habrá que ver lo que sucede en Gómez Palacio, donde la dueña del PRI, Leticia Herrera, deshoja la margarita en espera de los resultados de encuestas, para conocer las posibilidades que tiene de buscar la reelección en la Presidencia Municipal, o impulsar a uno de los suyos para que abandere al tricolor.