/ viernes 11 de agosto de 2017

El 66 duranguense, de la ilusión a la movilización popular y el engaño:

Las fuentes no son los líderes

(25 y último)

La cuarta publicación que se conoció sobre el movimiento fue la del investigador argentino Santiago Amadeo Lucero González llamada: Más allá del espejo de la memoria, Plaza y Valdés editores, México, 2002, 266 páginas. Este libro es el resultado de una exhaustiva y bien llevada investigación académica que su autor realizó en el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional a fin de obtener el grado de maestro. Se trata de uno de los pocos trabajos publicados hasta el momento, en el que un académico totalmente ajeno a Durango, analiza las viejas tradiciones y vivencias de los universitarios duranguenses de los años cincuenta. Para mí este es un libro muy importante en cuya elaboración se utilizaron una buena parte de fuentes primarias a través de las entrevistas que el autor realizó a diversos protagonistas del movimiento.

El quinto libro sobre el movimiento que apareció en el ámbito duranguense fue el del doctor en historia Antonio Avitia Hernández, denominado: La montaña de las ilusiones. Historia del Cerro de Mercado, edición de autor, México, 2003, 78 páginas. En este trabajo, más que al movimiento estudiantil, el autor se aboca a desentrañar la historia de la emblemática montaña ferrosa que sirvió de punto central para la fundación de la ciudad de Durango. La otra parte el libro contiene un serio análisis crítico del movimiento de 1966 en Durango. Aunque posiblemente su autor fue un participante o por lo menos testigo de la movilización social duranguense, el libro es producto de fuentes directas e indirectas de gran valía.

El sexto libro que se publicó sobre el movimiento de 1966 fue el de la entonces alumna de la Secundaria “Mariano Balleza” de Canatlán, Dgo., ahora doctora en Ciencias Políticas por la UNAM y profesora e investigadora de carrera en la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo, Rosa María Valles Ruíz titulado: 60 días que conmovieron a Durango. Movimiento estudiantil-popular 1966, UJED/Instituto de Cultura de Durango, Durango, 2011, 249 páginas. Para la elaboración de este trabajo, la autora además de utilizar algunas fuentes impresas, llevó a cabo una serie de entrevistas a diversos protagonistas y analistas del multicitado movimiento. Este trabajo, al igual que la mayor parte de los anteriores, podría considerarse más una fuente primaria que secundaria.

En tanto que el séptimo libro denominado: Una sola meta: ¿Cerro de Mercado?, Crónica de la Ciudad de Durango/IIH-UJED/Centro de Estudios de la Identidad Duranguense, Durango, 2016, 86 páginas, de la autoría del historiador duranguense Javier Guerrero Romero, es un serio y muy bien llevado ensayo crítico que ya había sido publicado durante 1988, en la Revista Universidad (de la UJED). Pero si bien es cierto que como historiador el autor utilizó más fuentes secundarias que directas o primarias, lo es también que el análisis y la reflexión que sobre el movimiento se lleva a cabo debe de ser de gran interés para la academia.

Finalmente, la octava y última publicación aparecida hasta el momento, referida exclusivamente a la movilización estudiantil-popular en esta entidad, es la elaborada por el ingeniero Francisco Javier Salas García, denominada: 1966. El Movimiento Estudiantil. Solamente un testimonio, edición de autor, Durango, 2017, 135 páginas. Tal y como el título del libro lo indica, se trata de un importante testimonio sobre la movilización social duranguense, durante la cual el autor era nada menos que el vicepresidente de la Sociedad de Alumnos del Instituto Tecnológico de Durango y, por eso mismo, un protagonista de primer nivel e importante testigo de las principales acciones de los estudiantes técnicos. Entre muchas otras, por ejemplo, la determinación de la mañana del 2 de junio de 1966 de apoderarse indefinidamente de las instalaciones del Cerro de Mercado, luego de una asamblea general de los estudiantes técnicos, celebrada en las instalaciones escolares de este plantel. Este otro texto, como la mayor parte de los libros anteriormente reseñados, es otra más de las fuentes primarias que ocupé en mi investigación.

Por cierto, promovido por nuestra buena amiga y activa ingeniera Azucena Triana Martínez, quien está a cargo de la Representación del Gobierno del Estado de Durango en la Ciudad de México, este libro será presentado y comentado el día jueves 28 de septiembre de este año, entre las 16:00 y 19:00 horas, en el auditorio del Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”, de la Ciudad de México, tanto por el propio autor como por el ingeniero Jovino Nevares, el doctor Carlos Órnelas Navarro y yo.

Por otra parte, también es importante señalar que además de estos ocho textos, me documenté en la lectura de los siguientes cuatro capítulos de libros de la autoría de la doctora Rosa María Valles Ruíz, intitulados: 1). “Los estudiantes como actores sociales y el movimiento estudiantil de 1966 en Durango. La mirada de la prensa”, que forma parte de un libro colectivo coordinado por ella misma denominado: La prensa, un actor sempiterno de la Primera Guerra mundial a la Posmodernidad, UAEH/Editorial Gernika, México, 2014, 2) “El rescate del olvido. Testimonio del movimiento estudiantil Cerro de Mercado”, en otro libro coordinado por ella titulado: Reconstruyendo la historia. Movimientos estudiantiles: memorias, ecos y olvidos, UAEH, Pachuca, 2015; 3). “Movimiento Cerro de Mercado. Del olvido a la visibilidad histórica”, en un libro coordinado por mi llamado: Historia y memoria de los de los movimientos estudiantiles: a 45 años del 68, vol. 2., UNAM/Gernika, México, 2017 y 4).”Hablo de lo que sé y viví: Testimonios del movimiento estudiantil-popular en 1966”, otro libro colectivo que también coordiné de nombre: Los años sesenta en México: la década que quisimos tanto, actualmente en proceso de publicación por parte de la UNAM en coedición con la editorial Gernika.

Simultáneamente a todas las fuentes anteriores, también leí otros dos trabajos académicos. Por un lado el titulado: “El movimiento estudiantil del Cerro de Mercado” de la autoría de Socorro Soto Alanís y por otro. “Una aproximación al estudio del Movimiento del Cerro de Mercado” de Carlos Borrego Rodríguez, ambos publicados en la revista Revuelta. Publicación que entre los años ochenta y noventa, existió en la UJED.

Por otro lado, hay otros trabajos que aunque si bien es cierto que el movimiento de 1966 en Durango no es el tema central, lo es también que las pocas referencias que hacen del mismo, fueron muy dignas de tomarse en cuenta. Estos fueron los casos de los siguientes libros: 1). Círculo Universitario de Estudiantes Duranguenses (en la Ciudad de México), La juventud y el despertar de un pueblo, México, D.F., 1966, 2). Víctor Samuel Palencia Alonso, Hojas de vida. Testimonios para la historia de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Durango, 1997, 3). Miguel Palacios Moncayo, Durango: Economía, sociedad, política y cultura, Durango, 2005, 4).José de la Cruz pacheco Rojas, Durango. Historia breve, México, 2010, 5). Carlos Ornelas Navarro, Durango 70, Durango, 2010, 6). Luis Ángel Tejada Espino, Historia de la Federación Estudiantil Universitaria de Durango 1957-2014, Durango, 2014 y 7). Juan Emigdio Pérez Olvera, A 50 del Movimiento Estudiantil y Popular Cerro de Mercado, Durango, 2016.

Finalmente y en cuanto a la utilización de los periódicos y revistas como fuentes de investigación, también son tan válidos como los libros, las revistas y los documentos de los archivos y por esto mismo, que bueno que existan las bibliotecas, los archivos y las hemerotecas.

En síntesis, pues, las fuentes primarias de la movilización social duranguense de 1966 no son únicamente la versión de los líderes.

Doctor en Ciencia Política y Profesor e Investigador de Carrera en la UNAM.: Correo: elpozoleunam@hotmail.com

Ciudad Universitaria, CDMX, agosto de 2017.

Las fuentes no son los líderes

(25 y último)

La cuarta publicación que se conoció sobre el movimiento fue la del investigador argentino Santiago Amadeo Lucero González llamada: Más allá del espejo de la memoria, Plaza y Valdés editores, México, 2002, 266 páginas. Este libro es el resultado de una exhaustiva y bien llevada investigación académica que su autor realizó en el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional a fin de obtener el grado de maestro. Se trata de uno de los pocos trabajos publicados hasta el momento, en el que un académico totalmente ajeno a Durango, analiza las viejas tradiciones y vivencias de los universitarios duranguenses de los años cincuenta. Para mí este es un libro muy importante en cuya elaboración se utilizaron una buena parte de fuentes primarias a través de las entrevistas que el autor realizó a diversos protagonistas del movimiento.

El quinto libro sobre el movimiento que apareció en el ámbito duranguense fue el del doctor en historia Antonio Avitia Hernández, denominado: La montaña de las ilusiones. Historia del Cerro de Mercado, edición de autor, México, 2003, 78 páginas. En este trabajo, más que al movimiento estudiantil, el autor se aboca a desentrañar la historia de la emblemática montaña ferrosa que sirvió de punto central para la fundación de la ciudad de Durango. La otra parte el libro contiene un serio análisis crítico del movimiento de 1966 en Durango. Aunque posiblemente su autor fue un participante o por lo menos testigo de la movilización social duranguense, el libro es producto de fuentes directas e indirectas de gran valía.

El sexto libro que se publicó sobre el movimiento de 1966 fue el de la entonces alumna de la Secundaria “Mariano Balleza” de Canatlán, Dgo., ahora doctora en Ciencias Políticas por la UNAM y profesora e investigadora de carrera en la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo, Rosa María Valles Ruíz titulado: 60 días que conmovieron a Durango. Movimiento estudiantil-popular 1966, UJED/Instituto de Cultura de Durango, Durango, 2011, 249 páginas. Para la elaboración de este trabajo, la autora además de utilizar algunas fuentes impresas, llevó a cabo una serie de entrevistas a diversos protagonistas y analistas del multicitado movimiento. Este trabajo, al igual que la mayor parte de los anteriores, podría considerarse más una fuente primaria que secundaria.

En tanto que el séptimo libro denominado: Una sola meta: ¿Cerro de Mercado?, Crónica de la Ciudad de Durango/IIH-UJED/Centro de Estudios de la Identidad Duranguense, Durango, 2016, 86 páginas, de la autoría del historiador duranguense Javier Guerrero Romero, es un serio y muy bien llevado ensayo crítico que ya había sido publicado durante 1988, en la Revista Universidad (de la UJED). Pero si bien es cierto que como historiador el autor utilizó más fuentes secundarias que directas o primarias, lo es también que el análisis y la reflexión que sobre el movimiento se lleva a cabo debe de ser de gran interés para la academia.

Finalmente, la octava y última publicación aparecida hasta el momento, referida exclusivamente a la movilización estudiantil-popular en esta entidad, es la elaborada por el ingeniero Francisco Javier Salas García, denominada: 1966. El Movimiento Estudiantil. Solamente un testimonio, edición de autor, Durango, 2017, 135 páginas. Tal y como el título del libro lo indica, se trata de un importante testimonio sobre la movilización social duranguense, durante la cual el autor era nada menos que el vicepresidente de la Sociedad de Alumnos del Instituto Tecnológico de Durango y, por eso mismo, un protagonista de primer nivel e importante testigo de las principales acciones de los estudiantes técnicos. Entre muchas otras, por ejemplo, la determinación de la mañana del 2 de junio de 1966 de apoderarse indefinidamente de las instalaciones del Cerro de Mercado, luego de una asamblea general de los estudiantes técnicos, celebrada en las instalaciones escolares de este plantel. Este otro texto, como la mayor parte de los libros anteriormente reseñados, es otra más de las fuentes primarias que ocupé en mi investigación.

Por cierto, promovido por nuestra buena amiga y activa ingeniera Azucena Triana Martínez, quien está a cargo de la Representación del Gobierno del Estado de Durango en la Ciudad de México, este libro será presentado y comentado el día jueves 28 de septiembre de este año, entre las 16:00 y 19:00 horas, en el auditorio del Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora”, de la Ciudad de México, tanto por el propio autor como por el ingeniero Jovino Nevares, el doctor Carlos Órnelas Navarro y yo.

Por otra parte, también es importante señalar que además de estos ocho textos, me documenté en la lectura de los siguientes cuatro capítulos de libros de la autoría de la doctora Rosa María Valles Ruíz, intitulados: 1). “Los estudiantes como actores sociales y el movimiento estudiantil de 1966 en Durango. La mirada de la prensa”, que forma parte de un libro colectivo coordinado por ella misma denominado: La prensa, un actor sempiterno de la Primera Guerra mundial a la Posmodernidad, UAEH/Editorial Gernika, México, 2014, 2) “El rescate del olvido. Testimonio del movimiento estudiantil Cerro de Mercado”, en otro libro coordinado por ella titulado: Reconstruyendo la historia. Movimientos estudiantiles: memorias, ecos y olvidos, UAEH, Pachuca, 2015; 3). “Movimiento Cerro de Mercado. Del olvido a la visibilidad histórica”, en un libro coordinado por mi llamado: Historia y memoria de los de los movimientos estudiantiles: a 45 años del 68, vol. 2., UNAM/Gernika, México, 2017 y 4).”Hablo de lo que sé y viví: Testimonios del movimiento estudiantil-popular en 1966”, otro libro colectivo que también coordiné de nombre: Los años sesenta en México: la década que quisimos tanto, actualmente en proceso de publicación por parte de la UNAM en coedición con la editorial Gernika.

Simultáneamente a todas las fuentes anteriores, también leí otros dos trabajos académicos. Por un lado el titulado: “El movimiento estudiantil del Cerro de Mercado” de la autoría de Socorro Soto Alanís y por otro. “Una aproximación al estudio del Movimiento del Cerro de Mercado” de Carlos Borrego Rodríguez, ambos publicados en la revista Revuelta. Publicación que entre los años ochenta y noventa, existió en la UJED.

Por otro lado, hay otros trabajos que aunque si bien es cierto que el movimiento de 1966 en Durango no es el tema central, lo es también que las pocas referencias que hacen del mismo, fueron muy dignas de tomarse en cuenta. Estos fueron los casos de los siguientes libros: 1). Círculo Universitario de Estudiantes Duranguenses (en la Ciudad de México), La juventud y el despertar de un pueblo, México, D.F., 1966, 2). Víctor Samuel Palencia Alonso, Hojas de vida. Testimonios para la historia de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Durango, 1997, 3). Miguel Palacios Moncayo, Durango: Economía, sociedad, política y cultura, Durango, 2005, 4).José de la Cruz pacheco Rojas, Durango. Historia breve, México, 2010, 5). Carlos Ornelas Navarro, Durango 70, Durango, 2010, 6). Luis Ángel Tejada Espino, Historia de la Federación Estudiantil Universitaria de Durango 1957-2014, Durango, 2014 y 7). Juan Emigdio Pérez Olvera, A 50 del Movimiento Estudiantil y Popular Cerro de Mercado, Durango, 2016.

Finalmente y en cuanto a la utilización de los periódicos y revistas como fuentes de investigación, también son tan válidos como los libros, las revistas y los documentos de los archivos y por esto mismo, que bueno que existan las bibliotecas, los archivos y las hemerotecas.

En síntesis, pues, las fuentes primarias de la movilización social duranguense de 1966 no son únicamente la versión de los líderes.

Doctor en Ciencia Política y Profesor e Investigador de Carrera en la UNAM.: Correo: elpozoleunam@hotmail.com

Ciudad Universitaria, CDMX, agosto de 2017.

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