/ miércoles 20 de mayo de 2020

“El Apando”: Una película de durangueños

Los mexicanos no somos buenos ni malos por definición, pero los hay, como esos que atacan a las personas que brindan no sólo servicios, sino sus vidas para salvar otras, médicos, enfermeras, personal hospitalario, pero también el personal de limpieza, de servicios urbanos.

Respecto al rodaje de la película El Apando, Hernando Name refirió en sus memorias lo siguiente: “Durante la filmación de El Apando, Felipe Cazals se encontraba en un foro mientras que yo rodaba en otro, precisamente donde se construyó la crujía y el salón para la película. Me hallaba montando el final de la película, cuyo guión en su parte final me permití modificar.

Felipe me dijo que necesitaba 10 minutos de cierre para la cinta y que lo dejaba en mis manos, de manera que empecé a echar cabeza y a ensayar la escena con tres garrochas de madera, pero no lograba el dramatismo que se requería. Observé que dentro del foro había varios tubos y se me ocurrió decirles a los actores que cuando yo pitara ellos iban a entrar corriendo con los tubos y se regresarían a su lugar.

Otros los iban a agarrar y los meterían entre los barrotes, con eso lograríamos el sonido de los tubos que caían y el sonido que golpeaba los barrotes de la celda, y eso le imprimiría un dramatismo especial a la escena. Hablé con el gerente de producción solicitándole 30 tubos, me respondió que estaba loco, que no íbamos a poner una plomería y tajantemente me contestó que no tenía instrucciones de proporcionarme lo que le solicitaba.

Me fui directamente con Rodolfo Echeverría, en la recepción había mucha gente esperando, me anuncié con su secretaria y no tardé en pasar. Le expuse lo que requería para logar la secuencia. Después de escucharme le ordenó a su secretaria que de inmediato le hablara a Roberto Lozoya.

Al presentarse Roberto con Rodolfo Echeverría, éste le pidió que se pusiera de acuerdo conmigo y me concediera absolutamente todo lo que yo le pidiera. ¿Querías 30 tubos Name? Me preguntó Lozoya-. Mi respuesta fue que necesitaba 100, dos veces 50 para que se entendiera mejor y además dobles de todos los actores y todo el personal que iba a trabajar en la secuencia debidamente uniformados, como si fuera a realizarse una toma. También le indiqué las horas de los llamados y ensayo tres veces al día”.

Finalmente, la acción de la película fue un éxito con Name a cargo de la dirección de escena. Es pertinente señalar que algunos de los directores de acción en Hollywood en ese tiempo se encontraban a la par o más arriba que el mismo director general de la cinta, toda vez que ellos eran los responsables de las secuencias y de la puesta en escena.

Lamentablemente en México en ocasiones no se permite valorar la importancia de un director de acción, como la realizada por Hernando Name, por esa razón sus conocimientos en no pocas ocasiones fueron valorados y solicitados en el extranjero, ya que aprendió a ser director de acción en el cine americano y él tuvo la autoridad y los conocimientos para exigir lo que se solicitaba.

A decir de Name, en El Apando los tubos fueron la base de la secuencia porque fue el sustento del dramatismo. De los dobles uno perdió un dedo, otro dos, a otros se le sumieron cuatro costillas y cambió algunas veces de dobles. Por esa película a Felipe Cazals y a su compañía Alpha–Centaury, le llegó una carta felicitándolo por la puesta en escena de la secuencia de El Apando, expresándole que la tenían como ejemplo de una puesta en escena en la Escuela de Artes y Cinematografía.

Los mexicanos no somos buenos ni malos por definición, pero los hay, como esos que atacan a las personas que brindan no sólo servicios, sino sus vidas para salvar otras, médicos, enfermeras, personal hospitalario, pero también el personal de limpieza, de servicios urbanos.

Respecto al rodaje de la película El Apando, Hernando Name refirió en sus memorias lo siguiente: “Durante la filmación de El Apando, Felipe Cazals se encontraba en un foro mientras que yo rodaba en otro, precisamente donde se construyó la crujía y el salón para la película. Me hallaba montando el final de la película, cuyo guión en su parte final me permití modificar.

Felipe me dijo que necesitaba 10 minutos de cierre para la cinta y que lo dejaba en mis manos, de manera que empecé a echar cabeza y a ensayar la escena con tres garrochas de madera, pero no lograba el dramatismo que se requería. Observé que dentro del foro había varios tubos y se me ocurrió decirles a los actores que cuando yo pitara ellos iban a entrar corriendo con los tubos y se regresarían a su lugar.

Otros los iban a agarrar y los meterían entre los barrotes, con eso lograríamos el sonido de los tubos que caían y el sonido que golpeaba los barrotes de la celda, y eso le imprimiría un dramatismo especial a la escena. Hablé con el gerente de producción solicitándole 30 tubos, me respondió que estaba loco, que no íbamos a poner una plomería y tajantemente me contestó que no tenía instrucciones de proporcionarme lo que le solicitaba.

Me fui directamente con Rodolfo Echeverría, en la recepción había mucha gente esperando, me anuncié con su secretaria y no tardé en pasar. Le expuse lo que requería para logar la secuencia. Después de escucharme le ordenó a su secretaria que de inmediato le hablara a Roberto Lozoya.

Al presentarse Roberto con Rodolfo Echeverría, éste le pidió que se pusiera de acuerdo conmigo y me concediera absolutamente todo lo que yo le pidiera. ¿Querías 30 tubos Name? Me preguntó Lozoya-. Mi respuesta fue que necesitaba 100, dos veces 50 para que se entendiera mejor y además dobles de todos los actores y todo el personal que iba a trabajar en la secuencia debidamente uniformados, como si fuera a realizarse una toma. También le indiqué las horas de los llamados y ensayo tres veces al día”.

Finalmente, la acción de la película fue un éxito con Name a cargo de la dirección de escena. Es pertinente señalar que algunos de los directores de acción en Hollywood en ese tiempo se encontraban a la par o más arriba que el mismo director general de la cinta, toda vez que ellos eran los responsables de las secuencias y de la puesta en escena.

Lamentablemente en México en ocasiones no se permite valorar la importancia de un director de acción, como la realizada por Hernando Name, por esa razón sus conocimientos en no pocas ocasiones fueron valorados y solicitados en el extranjero, ya que aprendió a ser director de acción en el cine americano y él tuvo la autoridad y los conocimientos para exigir lo que se solicitaba.

A decir de Name, en El Apando los tubos fueron la base de la secuencia porque fue el sustento del dramatismo. De los dobles uno perdió un dedo, otro dos, a otros se le sumieron cuatro costillas y cambió algunas veces de dobles. Por esa película a Felipe Cazals y a su compañía Alpha–Centaury, le llegó una carta felicitándolo por la puesta en escena de la secuencia de El Apando, expresándole que la tenían como ejemplo de una puesta en escena en la Escuela de Artes y Cinematografía.