/ jueves 17 de septiembre de 2020

El callejón de los milagros

Volver a ver “El callejón de los milagros”, filme de 1995, dirigido por Jorge Fons, que cuenta la historia de los habitantes del callejón de los milagros, una vecindad en el centro de la Ciudad de México, nos permite estar nuevamente en contacto con la realidad que se vive en nuestro país.

Aunque la historia está basada en la novela del egipcio Naguib Mahfuz, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1988, originalmente se desarrolla en El Cairo, por lo que el guionista Vicente Leñero y su director, lograron adaptarla y sumergirnos en el ambiente mexicano de los años noventa en la capital del país.

La película está dividida en cuatro partes, y se centra en tres personajes: Don Rutilio, Alma y Susanita, quienes dan cuenta de la historia desde su propia perspectiva, porque del centro de una mesa de juego, alrededor de la que se reúnen en la taberna vecina los machos del lugar a jugar dominó, surgen cuatro historias simultáneas que el director ha decidido contar una por una a partir de la misma escena.

Las tres primeras fracciones de película llevan el nombre de su protagonista: Rutilio, Alma y Susanita, mientras la última sirve de desenlace a la historia general, que habla de la cotidianidad urbana y de las esperanzas de estos personajes por ganarse un lugar en la existencia.

De esta manera trata temas complejos como la homosexualidad o los problemas de la clase media baja y sitúa al espectador en situaciones que como mexicanos nos pudieran parecer cotidianas y cercanas, las anécdotas se llenan de momentos esperanzadores, alegres y nos adentran en casos similares que ya pudiéramos haber conocido, aún de trasmano.

A lo largo de su trama, su director, Jorge Fons enfrenta los anhelos de sus personajes con una realidad social que solo ofrece la oportunidad del sueño: la hermosa y joven Alma sueña con un patrimonio próspero pero termina convertida en prostituta; la solterona y avara Susanita sueña con casarse, le apuesta a la aparición de un marido derrochando su dinero en la lectura del tarot, pero cae en los brazos de un ladronzuelo vividor y el juicioso y romántico Abel sueña con hacer dinero en Estados Unidos para merecer el corazón de Alma, pero su regreso es una tragedia.

Cada personaje tiene su sueño en el pulmón de vida de una vecindad que refleja, como tantas otras películas, el drama latinoamericano, con elementos que, aunque repetitivos, se erigen en la mayor virtud de la película.

Ganadora de 11 premios Ariel, incluidos mejor película, director y actriz, un Goya y una mención especial en el festival de Berlín, sirvió de trampolín para que una joven actriz mexicana se abriera paso a nivel internacional: Salma Hayek.

Con esta película, Fons se consolidó dentro de la industria cinematográfica mexicana, al ser un rebelde e innovar a manera de exponer los temas tratados en nuestro país, como en Rojo Amanecer, otra de sus películas más famosas que fue la primera en tratar la matanza del 68 en Tlatelolco.

La situación por la que pasamos a consecuencia del confinamiento, nos permite volver a ver esta película después de 25 años de su realización, donde todos sus personajes tienen algo en común: un amor frustrado que los conduce a una tragedia, ya sea por homosexualidad, distancia o soltería, los personajes se adentran en un callejón sin salida, perdiendo algo que aman.

Al igual que El callejón de los milagros que es el escenario donde se entrecruzan las vidas de personajes que tienen una historia que contar, ahora puede ser el momento de reflexión para decidir qué queremos contar de nosotros mismos.

Volver a ver “El callejón de los milagros”, filme de 1995, dirigido por Jorge Fons, que cuenta la historia de los habitantes del callejón de los milagros, una vecindad en el centro de la Ciudad de México, nos permite estar nuevamente en contacto con la realidad que se vive en nuestro país.

Aunque la historia está basada en la novela del egipcio Naguib Mahfuz, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1988, originalmente se desarrolla en El Cairo, por lo que el guionista Vicente Leñero y su director, lograron adaptarla y sumergirnos en el ambiente mexicano de los años noventa en la capital del país.

La película está dividida en cuatro partes, y se centra en tres personajes: Don Rutilio, Alma y Susanita, quienes dan cuenta de la historia desde su propia perspectiva, porque del centro de una mesa de juego, alrededor de la que se reúnen en la taberna vecina los machos del lugar a jugar dominó, surgen cuatro historias simultáneas que el director ha decidido contar una por una a partir de la misma escena.

Las tres primeras fracciones de película llevan el nombre de su protagonista: Rutilio, Alma y Susanita, mientras la última sirve de desenlace a la historia general, que habla de la cotidianidad urbana y de las esperanzas de estos personajes por ganarse un lugar en la existencia.

De esta manera trata temas complejos como la homosexualidad o los problemas de la clase media baja y sitúa al espectador en situaciones que como mexicanos nos pudieran parecer cotidianas y cercanas, las anécdotas se llenan de momentos esperanzadores, alegres y nos adentran en casos similares que ya pudiéramos haber conocido, aún de trasmano.

A lo largo de su trama, su director, Jorge Fons enfrenta los anhelos de sus personajes con una realidad social que solo ofrece la oportunidad del sueño: la hermosa y joven Alma sueña con un patrimonio próspero pero termina convertida en prostituta; la solterona y avara Susanita sueña con casarse, le apuesta a la aparición de un marido derrochando su dinero en la lectura del tarot, pero cae en los brazos de un ladronzuelo vividor y el juicioso y romántico Abel sueña con hacer dinero en Estados Unidos para merecer el corazón de Alma, pero su regreso es una tragedia.

Cada personaje tiene su sueño en el pulmón de vida de una vecindad que refleja, como tantas otras películas, el drama latinoamericano, con elementos que, aunque repetitivos, se erigen en la mayor virtud de la película.

Ganadora de 11 premios Ariel, incluidos mejor película, director y actriz, un Goya y una mención especial en el festival de Berlín, sirvió de trampolín para que una joven actriz mexicana se abriera paso a nivel internacional: Salma Hayek.

Con esta película, Fons se consolidó dentro de la industria cinematográfica mexicana, al ser un rebelde e innovar a manera de exponer los temas tratados en nuestro país, como en Rojo Amanecer, otra de sus películas más famosas que fue la primera en tratar la matanza del 68 en Tlatelolco.

La situación por la que pasamos a consecuencia del confinamiento, nos permite volver a ver esta película después de 25 años de su realización, donde todos sus personajes tienen algo en común: un amor frustrado que los conduce a una tragedia, ya sea por homosexualidad, distancia o soltería, los personajes se adentran en un callejón sin salida, perdiendo algo que aman.

Al igual que El callejón de los milagros que es el escenario donde se entrecruzan las vidas de personajes que tienen una historia que contar, ahora puede ser el momento de reflexión para decidir qué queremos contar de nosotros mismos.