¡Que ya te cargó la tiznada!
La sabia abuelita de Humberto Valdez Richaud decía cada inicio de año: “Mijito, te deseo el doble de lo que quieres para mi”, una frase tan simple tiene una profunda moraleja: lo que deseas para los demás… ¡te será devuelto!
Lo anterior lo traigo como marco de referencia, debido a que tuve el privilegio de ser invitado a dictar una conferencia a Monterrey, N.L., por Alcohólicos Anónimos, ahí, escuché a una conferencista, una ama de casa con un sorprendente don de la palabra –que cautivó al Filósofo– dijo:
— “Cuando mi esposo era alcohólico, los vecinos nos llamaban para decir que bien borracho estaba dormido en la calle, en la plaza, en la cantina… con mucha pena, mis hijo y yo íbamos por él, para traerlo a casa. Yo, imploraba a Dios:
— ¡Señor!, dale una fuerte lección, que se accidente y se quiebre ambas manos, las dos piernas… ¡dale una fuerte lección! para que recapacite y deje de ser alcohólico.
Efectivamente lo que deseaba para él, una fuerte lección, llegó a la familia, pero en un accidente en mi persona…”
Cuando somos capaces de entender que el universo es uno solo, en donde como un “muégano” no se sabe dónde principia el otro y dónde termina uno, aunque en cuerpos separados y dotados de De ahí la sabia frase: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” porque es demasiado importante tomar conciencia de que lo que hacemos y deseamos para los demás, en una infalible ley kármica, invariablemente llegará a nosotros, positiva o negativamente impactará en nuestras vidas.
Resulta que un pela’o de Güémez visita al doctor. Después de un exhaustivo chequeo, el médico llama a la mujer del enfermo al consultorio y a solas le dice:
— Tu marido tiene una enfermedad muy grave, combinada con un estrés tremendo, si no sigues los 10 consejos siguientes, ¡sin duda morirá!:
1.- Cada mañana, prepárale un desayuno saludable.
2.- Sé amable, trátalo siempre bien y con excelente sentido del humor.
3.- Prepárale comida para que lleve al trabajo.
4.- Cuando vuelva a casa tarde y con colorete en la camisa o con algunas copas de más, no discutas y atiéndelo de manera especial.
5.- Que no te ayude en las tareas del hogar, eso sólo aumentaría su estrés.
6.- No hables mal de nadie.
7.- Dedícate a complacerle sus gustos, masajéalo… haz que se relaje.
8.- Deja que tome el control de la televisión.
9.- Haz el amor con él las veces que desee y como desee, satisface ampliamente sus antojos sexuales.
10.- Cuando haga carne asada en la casa tú haz todo, déjalo que disfrute la vida con sus amigos… ¡ahhh! y no le levantes la voz.
Si haces esto durante los próximos 3 años, creo que tu marido se recuperara satisfactoriamente de su salud.
De camino a casa, intrigado el marido pregunta a la mujer:
— ¡Vieja! ¿Qué te dijo el médico?
— ¡QUE YA TE CARGÓ LA TIZNADA!