/ viernes 7 de febrero de 2020

El lado chusco de la vida

"La vida hay que tomarla con amor y con humor. Con amor para comprenderla y con humor para soportarla".- Anónimo

Todos hemos experimentado los efectos del mal y buen humor, pero después de haber saboreado ambos, comprobamos que el mal humor es una verdadera tragedia para el que lo tiene y para quienes se encuentran a su alrededor.

Sin embargo, nos aferramos a nuestra seriedad y hasta cualquier acto gracioso lo estimamos de mal gusto, insoportable, o como una agresión o broma inapropiada tratándose de algo directo.

En ocasiones se ha confundido el lado chusco de la vida con lo que es una “broma”, pues el lado gracioso de nuestras actitudes no son meramente bromas, pues esta última es una especie de trampa, engaño o maniobra que se verifica con el propósito de ridiculizar o engañar a una víctima, que, aunque se hace por humor la mayoría de las veces, también puede emitirse con un gran efecto de crueldad.

¿Quién no conoce las bromas realizadas el día de los inocentes en nuestra cultura? ¿Los engaños telefónicos etc.? Y no obstante que también contienen su lado de buen humor la gran mayoría de las bromas dista de equipararlas al lado chusco que se desea aplicar en nuestros actos, comentarios y convivencias cotidianas, que se realizan con el sencillo objetivo de buscar el lado fácil a la vida y aligerar la carga de los problemas cotidianos, pues cuando miramos el lado divertido de la vida no podemos más que reírnos.

Psicólogos afirman que entre los beneficios de tener sentido del humor están: Ayudar a afrontar el estrés; atraer a las demás personas; captar la atención del oyente; mejorar la retención de la memoria a largo plazo; ayudar a relajarse; salud para el cerebro, para el corazón y para la mente y cuerpo en general además de recibir una buena dosis de alegría.

No todas las personas tienen sentido del humor, incluso llegan a presentarse algunos que les incomoda que otros puedan ver el lado fácil y divertido de diversos hechos y retos de la vida. Sin embargo, el sentido del humor es una actitud que nos permite enfrentar las múltiples vicisitudes por las que atravesamos. Y dicen los que saben que las personas con sentido del humor son capaces de salir triunfadores de los asuntos más radicales dejándose guiar por la esperanza y la certeza de que las cosas pueden mejorar, y se menciona que gozan de mayor fortaleza en los acontecimientos cotidianos y sufren menos del estrés.

La cualidad mayor de las personas con sentido del humor es su habilidad para interpretar positivamente el mundo que les rodea con una mirada alegre, incluyendo la capacidad para detectar en cualquier situación los rasgos de comicidad que se desprenden de algo, para poder reinterpretar los hechos con algo de comicidad.

El buen sentido del humor no riñe con la seriedad que debe prevalecer en los negocios y reglas sociales, pues al parecer es también una apertura en esos campos que afloja los momentos de tirantez, consolida las relaciones, apacigua los malos momentos y conlleva un efecto de amigable composición en todas partes.

En la familia y en el trabajo se señala como indispensable para resultados óptimos, siempre estar de buen humor. El sentido del humor es la forma de comunicación más poderosa para quien sabe diferenciar lo importante, que es muy poco, de lo accesorio.

Dicen los que saben, que el que sufre de mal humor hace eso “sufrir”. Se hace daño e indirectamente hace daño a quienes ocupan su entorno; impide relajarse y reírse de uno mismo; interfiere en las relaciones sociales. A veces, detrás del mal genio, de forma contradictoria existe una gran necesidad de cariño y atención. Pero aquel que se muestra distante ha construido una coraza para mostrar fortaleza ante los demás

La carcajada es una gran medicina para el espíritu, por el contrario, la rigidez de la falta de humor hace permanecer encerrado en uno mismo y en su vanidad.

El sentido del humor es aplicable incluso al ámbito laboral y eso no quita un ápice de profesionalidad ni de rigor en la oficina. Al revés, una sonrisa produce una energía positiva alrededor que aporta felicidad a los demás.

El versátil actor español Alfredo Landa, creador de lo que se conoce en la actualidad como Landismo, dejó una enseñanza categórica sobre el humor indicando que: “El sentido del humor consiste en saber reírse de las propias desgracias”.

Y Antonio Cayo Moya refirió: “El sentido del humor hace descubrir muchas cosas en el mundo que sin él no se descubrirían. La risa no sólo es una cuestión divertida sino un modo de conocer la realidad”.

Y existe un pensamiento anónimo que ciertamente señala: “Una sonrisa no cuesta nada, pero da mucho. Enriquece a quien la recibe, sin hacer más pobre a quien la da. Sólo necesita un instante, pero algunas veces su recuerdo perdura para siempre. Nadie es lo suficientemente rico ni poderoso para poder vivir sin ella y nadie es tan pobre que no pueda enriquecerse con ella.

Crea felicidad en casa, genera buena voluntad en los negocios, y es la contraseña de la amistad. Es un descanso para el preocupado, anima al desesperado, alegra al triste y es el mejor antídoto para todo tipo de problemas. No puede ser comprada, perdida ni robada, pues hasta el preciso momento en que se da, carece de valor. Algunas personas están demasiado cansadas para dar una sonrisa.

Por favor, dadles una de las vuestras, pues nadie está más necesitado de ellas que aquel que no tiene para dar". Hagámonos la vida fácil riendo y encontrando el lado chusco de la vida.

"La vida hay que tomarla con amor y con humor. Con amor para comprenderla y con humor para soportarla".- Anónimo

Todos hemos experimentado los efectos del mal y buen humor, pero después de haber saboreado ambos, comprobamos que el mal humor es una verdadera tragedia para el que lo tiene y para quienes se encuentran a su alrededor.

Sin embargo, nos aferramos a nuestra seriedad y hasta cualquier acto gracioso lo estimamos de mal gusto, insoportable, o como una agresión o broma inapropiada tratándose de algo directo.

En ocasiones se ha confundido el lado chusco de la vida con lo que es una “broma”, pues el lado gracioso de nuestras actitudes no son meramente bromas, pues esta última es una especie de trampa, engaño o maniobra que se verifica con el propósito de ridiculizar o engañar a una víctima, que, aunque se hace por humor la mayoría de las veces, también puede emitirse con un gran efecto de crueldad.

¿Quién no conoce las bromas realizadas el día de los inocentes en nuestra cultura? ¿Los engaños telefónicos etc.? Y no obstante que también contienen su lado de buen humor la gran mayoría de las bromas dista de equipararlas al lado chusco que se desea aplicar en nuestros actos, comentarios y convivencias cotidianas, que se realizan con el sencillo objetivo de buscar el lado fácil a la vida y aligerar la carga de los problemas cotidianos, pues cuando miramos el lado divertido de la vida no podemos más que reírnos.

Psicólogos afirman que entre los beneficios de tener sentido del humor están: Ayudar a afrontar el estrés; atraer a las demás personas; captar la atención del oyente; mejorar la retención de la memoria a largo plazo; ayudar a relajarse; salud para el cerebro, para el corazón y para la mente y cuerpo en general además de recibir una buena dosis de alegría.

No todas las personas tienen sentido del humor, incluso llegan a presentarse algunos que les incomoda que otros puedan ver el lado fácil y divertido de diversos hechos y retos de la vida. Sin embargo, el sentido del humor es una actitud que nos permite enfrentar las múltiples vicisitudes por las que atravesamos. Y dicen los que saben que las personas con sentido del humor son capaces de salir triunfadores de los asuntos más radicales dejándose guiar por la esperanza y la certeza de que las cosas pueden mejorar, y se menciona que gozan de mayor fortaleza en los acontecimientos cotidianos y sufren menos del estrés.

La cualidad mayor de las personas con sentido del humor es su habilidad para interpretar positivamente el mundo que les rodea con una mirada alegre, incluyendo la capacidad para detectar en cualquier situación los rasgos de comicidad que se desprenden de algo, para poder reinterpretar los hechos con algo de comicidad.

El buen sentido del humor no riñe con la seriedad que debe prevalecer en los negocios y reglas sociales, pues al parecer es también una apertura en esos campos que afloja los momentos de tirantez, consolida las relaciones, apacigua los malos momentos y conlleva un efecto de amigable composición en todas partes.

En la familia y en el trabajo se señala como indispensable para resultados óptimos, siempre estar de buen humor. El sentido del humor es la forma de comunicación más poderosa para quien sabe diferenciar lo importante, que es muy poco, de lo accesorio.

Dicen los que saben, que el que sufre de mal humor hace eso “sufrir”. Se hace daño e indirectamente hace daño a quienes ocupan su entorno; impide relajarse y reírse de uno mismo; interfiere en las relaciones sociales. A veces, detrás del mal genio, de forma contradictoria existe una gran necesidad de cariño y atención. Pero aquel que se muestra distante ha construido una coraza para mostrar fortaleza ante los demás

La carcajada es una gran medicina para el espíritu, por el contrario, la rigidez de la falta de humor hace permanecer encerrado en uno mismo y en su vanidad.

El sentido del humor es aplicable incluso al ámbito laboral y eso no quita un ápice de profesionalidad ni de rigor en la oficina. Al revés, una sonrisa produce una energía positiva alrededor que aporta felicidad a los demás.

El versátil actor español Alfredo Landa, creador de lo que se conoce en la actualidad como Landismo, dejó una enseñanza categórica sobre el humor indicando que: “El sentido del humor consiste en saber reírse de las propias desgracias”.

Y Antonio Cayo Moya refirió: “El sentido del humor hace descubrir muchas cosas en el mundo que sin él no se descubrirían. La risa no sólo es una cuestión divertida sino un modo de conocer la realidad”.

Y existe un pensamiento anónimo que ciertamente señala: “Una sonrisa no cuesta nada, pero da mucho. Enriquece a quien la recibe, sin hacer más pobre a quien la da. Sólo necesita un instante, pero algunas veces su recuerdo perdura para siempre. Nadie es lo suficientemente rico ni poderoso para poder vivir sin ella y nadie es tan pobre que no pueda enriquecerse con ella.

Crea felicidad en casa, genera buena voluntad en los negocios, y es la contraseña de la amistad. Es un descanso para el preocupado, anima al desesperado, alegra al triste y es el mejor antídoto para todo tipo de problemas. No puede ser comprada, perdida ni robada, pues hasta el preciso momento en que se da, carece de valor. Algunas personas están demasiado cansadas para dar una sonrisa.

Por favor, dadles una de las vuestras, pues nadie está más necesitado de ellas que aquel que no tiene para dar". Hagámonos la vida fácil riendo y encontrando el lado chusco de la vida.