/ jueves 29 de abril de 2021

El manejo del agua en México

El agua es un bien común que se encuentra en múltiples espacios y su importancia está incorporada en los procesos biológicos de la vida animal y vegetal, en los físicos como la atmósfera, los flujos subterráneos de agua, la vida acuática de los manglares, lagos, lagunas y mares, así como en la vida económica y productiva de los países, ciudades, pueblos y comunidades: Es un eje en la producción de alimentos y bebidas en el mundo contemporáneo.

En las últimas décadas, se han multiplicado problemas y conflictos relacionados con el agua, como el acceso a ella, su disponibilidad y calidad en ciudades y comunidades rurales, su reúso y contaminación, aparte de los desastres ocasionados por inundaciones y sequías, el cambio de los patrones de precipitaciones y temperaturas en diversas regiones.

De acuerdo al libro “Apoyos para la Sustentabilidad”, el doctor Héctor Mayagoitia Domínguez, editado por el Instituto Politécnico Nacional, que incluye estudios sobre el manejo del agua, destaca que la gestión del vital líquido se ha ubicado como un tema central en cuanto a puntos específicos relacionados con sus usos, política, economía y ecología.

Su gestión sustentable debe considerar que los conflictos no se reducen a un solo problema de abasto, pues también son de índole económica, de ingeniería o técnicos, ya que su origen proviene de múltiples complejidades culturales, sociales y por supuesto, territoriales, debido a que el agua no solo se encuentra ahí para ser tomada, al contrario, ésta se apropia, se controla; su uso es regulado en cada país mediante leyes y reglamentos.

En todo este conjunto de discusiones, la gestión del agua se ha planteado como un problema fundamental por resolver, en tal sentido, la ONU expuso que debe priorizarse el diseño de un camino de gestión eficiente, equitativo y sostenible de los recursos hídricos del mundo para maximizar los resultados económicos y el bienestar social, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas. Este enfoque ha sido denominado Gestión Integrada de Recursos Hídricos.

En México, la gestión del agua presenta una multiplicidad de adversidades que han llevado a discusiones extensas, tanto en debates legislativos como al interior de los organismos administrativos encargados del manejo del agua en el país, como la CONAGUA, los organismos municipales de agua potable, los consejos de cuenca y los organismos operadores que existen en México.

La actuación del estado mexicano y sus instituciones encargadas del manejo y la gestión del agua han sido cuestionadas en torno a las formas como se han construido los usos de ésta en el país; también existen críticas a las prácticas burocráticas y administrativas; por ejemplo, las concesiones para extraer y explotar agua superficial y subterránea, las cuales han sido otorgadas de una manera ampliamente centralizada y vertical, con poca claridad en la información sobre los caudales otorgados y usados.

Por otro lado, en el caso de la contaminación de los ríos por parte de las industrias y las mineras, que poco han hecho para remediar el desastre ambiental motivado por sus derrames de agua contaminada a los cauces.

Es necesario observar asuntos sociales, políticos y económicos en los cuales las instituciones y organismos encargados de manejar y administrar el agua en el país tienen un papel relevante, tanto en la planeación, como en hacer cumplir la ley en términos del uso, consumo y acumulación de derechos de agua, además de considerar el manejo dispuesto por los pueblos indígenas y campesinos mestizos, el cual han implementado en sus comunidades en beneficio de una distribución más democrática del agua.

El agua es un bien común que se encuentra en múltiples espacios y su importancia está incorporada en los procesos biológicos de la vida animal y vegetal, en los físicos como la atmósfera, los flujos subterráneos de agua, la vida acuática de los manglares, lagos, lagunas y mares, así como en la vida económica y productiva de los países, ciudades, pueblos y comunidades: Es un eje en la producción de alimentos y bebidas en el mundo contemporáneo.

En las últimas décadas, se han multiplicado problemas y conflictos relacionados con el agua, como el acceso a ella, su disponibilidad y calidad en ciudades y comunidades rurales, su reúso y contaminación, aparte de los desastres ocasionados por inundaciones y sequías, el cambio de los patrones de precipitaciones y temperaturas en diversas regiones.

De acuerdo al libro “Apoyos para la Sustentabilidad”, el doctor Héctor Mayagoitia Domínguez, editado por el Instituto Politécnico Nacional, que incluye estudios sobre el manejo del agua, destaca que la gestión del vital líquido se ha ubicado como un tema central en cuanto a puntos específicos relacionados con sus usos, política, economía y ecología.

Su gestión sustentable debe considerar que los conflictos no se reducen a un solo problema de abasto, pues también son de índole económica, de ingeniería o técnicos, ya que su origen proviene de múltiples complejidades culturales, sociales y por supuesto, territoriales, debido a que el agua no solo se encuentra ahí para ser tomada, al contrario, ésta se apropia, se controla; su uso es regulado en cada país mediante leyes y reglamentos.

En todo este conjunto de discusiones, la gestión del agua se ha planteado como un problema fundamental por resolver, en tal sentido, la ONU expuso que debe priorizarse el diseño de un camino de gestión eficiente, equitativo y sostenible de los recursos hídricos del mundo para maximizar los resultados económicos y el bienestar social, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas. Este enfoque ha sido denominado Gestión Integrada de Recursos Hídricos.

En México, la gestión del agua presenta una multiplicidad de adversidades que han llevado a discusiones extensas, tanto en debates legislativos como al interior de los organismos administrativos encargados del manejo del agua en el país, como la CONAGUA, los organismos municipales de agua potable, los consejos de cuenca y los organismos operadores que existen en México.

La actuación del estado mexicano y sus instituciones encargadas del manejo y la gestión del agua han sido cuestionadas en torno a las formas como se han construido los usos de ésta en el país; también existen críticas a las prácticas burocráticas y administrativas; por ejemplo, las concesiones para extraer y explotar agua superficial y subterránea, las cuales han sido otorgadas de una manera ampliamente centralizada y vertical, con poca claridad en la información sobre los caudales otorgados y usados.

Por otro lado, en el caso de la contaminación de los ríos por parte de las industrias y las mineras, que poco han hecho para remediar el desastre ambiental motivado por sus derrames de agua contaminada a los cauces.

Es necesario observar asuntos sociales, políticos y económicos en los cuales las instituciones y organismos encargados de manejar y administrar el agua en el país tienen un papel relevante, tanto en la planeación, como en hacer cumplir la ley en términos del uso, consumo y acumulación de derechos de agua, además de considerar el manejo dispuesto por los pueblos indígenas y campesinos mestizos, el cual han implementado en sus comunidades en beneficio de una distribución más democrática del agua.