En nuestro país, durante muchos años, como la novela El Gatopardo, todo cambiaba para que todo siguiera igual. Con el PRI o con el PAN era más de lo mismo.
Mucho tiempo de pan y circo para el pueblo viviendo en un país rico lleno de pobres, conviviendo dos Méxicos, el virtual y el real. El virtual, el mundo del poder, los privilegios, la impunidad, el del jet set y la revista Hola. En el México real, millones de mexicanos con problemas de pobreza, unos en extrema pobreza, los más vulnerables en la pobreza alimentaria. Hoy, ese México sigue vigente.
A este país no lo gobierna Dios, lo hace un hombre con más defectos que virtudes, y en unos meses ha cometido errores, ha hecho cosas malas, pero también ha realizado cosas buenas.
Gobernar este país como lo dejaron el PRI y el PAN no es nada sencillo. Cambiarlo parece una misión imposible. Estamos de acuerdo, en un sexenio no se podrá cambiar al régimen y al sistema político mexicano, es muy poco tiempo. Si el presidente López Obrador logra poner bases sólidas para una transformación, en el futuro será tarea de todas y todos los mexicanos, de la sociedad en su conjunto para alcanzar los niveles de vida y de democracia de otros países en el mundo, pero no es ni será tarea de un solo hombre, es también nuestra responsabilidad.
No podemos culpar de todo a un presidente, aunque sea el responsable de gobernar el país, un presidente comete errores todos los días y nosotros tenemos la cultura ancestral de ver todo lo que se hace mal y nos olvidamos de que en este momento están sucediendo cosas positivas que si gobernara el PRI no las veríamos. Esa es la verdad, estamos en el umbral de que se pueda juzgar a un expresidente de la República.
Antes, cuando renunciaba un secretario de Hacienda, le agradecía al presidente por haberle permitido servirle a la patria, pero los motivos muy pocos los conocían. En cambio, hoy, Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda, dio a conocer a la sociedad los motivos de su renuncia.
Hizo públicas sus diferencias al interior de esa Secretaría, pero también con el propio presidente de la República, qué bueno que así sea, porque es muy saludable, y así se acaben los chismes políticos. Jamás hubiéramos visto en el pasado que se girara una orden de aprehensión en contra de uno de los abogados más ricos e influyentes de México, Juan Collado, hoy vinculado a proceso y con una medida cautelar de 6 meses de prisión preventiva.
Otros imputados, junto con él, son empresarios y políticos. El abogado Juan Collado es muy cercano a Carlos Salinas de Gortari y Peña Nieto. Sin olvidar el caso Emilio Lozoya y a todos los implicados en este drama judicial, todos estos personajes calificados de intocables. Pero como dijo Juan Gabriel: “ya ven que no es así”.
Ahora sí el poder judicial está dando muestras de ser independiente. La operación Zafiro llegó hasta la SCJN y, sin duda, ejerciendo las facultades de atracción, le dará la razón al gobierno de Chihuahua. Es importante que este asunto llegue a sus últimas consecuencias, y para variar en su momento le podría llegar a Enrique Peña Nieto.
Del tema de la ilegalidad en que incurrió el Congreso del Estado de Baja California Norte, sin duda alguna al final el Estado sólo tendrá un gobernador por dos años, y no de cinco, como se pretende, porque no se puede violentar una norma constitucional en aras de un capricho político, o por los diputados que votaron una reforma a la Constitución local.
Qué bueno que hoy se pueda criticar y estar en desacuerdo con el presidente de la República. En otros ayeres, se acababa en el Campo Militar Nº 1.
Si somos buenos para criticar, seamos también para aportar soluciones.
