/ domingo 28 de noviembre de 2021

El poder de las letras

Está apareciendo casa sábado a las once de la noche en el canal ADN40 un documental en partes sobre la vida del escritor Mario Vargas Llosa, que es como un homenaje de su hijo Álvaro que ya va como en el capítulo diez, pero ustedes podrán verlo completo con sus medios modernos.

Don Mario lleva muy bien sus 86 años de edad y vive en Madrid, no sé si en su casa o en la de su novia Isabel Presley, con la que hace seis años se dijo que se iba a casar, cuando a sus 80 años de divorció de su prima Patricia, con la que estaba por festejar 50 años de matrimonio, jovencita por la que dejó a “La tía Julia y el escribidor”, para ya mencionar una de sus mejores novelas, de lo que no ha hablado con Álvaro, el mayor de los hijos que tuvo con Patricia.

Empezó la larga conversación llena de recuerdos de Álvaro con su padre, en Arequipa, en Perú, en la casa convertida en museo, a la que Mario donó su biblioteca, aunque vivió ahí pocos años, porque se fue a Bolivia, todo lo cual se cuenta en la primera novela que cité de Vargas Llosa, que cuenta muchas cosas, y también cómo se hizo escritor y a sus 18 años se enamoró de su hermosa tía Julia de 32, con la que se casó y se fue a Europa becado, dejando a Patricia de 8 años de edad, hija de una hermana de Julia, que a sus 15 años les cayó en París

Recorren Arequipa conversando y Mario describiendo con mucho cariño calles y edificios, la vieja arquitectura de la ciudad y sus partes nuevas, y pasan a la etapa en la que vivió en Lima, cuando regresó de Bolivia, y el suceso extraordinario de cuando su mamá lo lleva a conocer a su papá, que regresó de vivir en los EUA, después de que siempre le habían dicho que había muerto.

Lo que resultó más bien un desencuentro, porque nunca se llevó bien con su padre, y el increíble hecho de que muchos años después fue lanzado como candidato a la presidencia del Perú, lo cuenta en el único libro de memorias, que es un gran libro titulado “El pez en el agua”. Y es muy grato escuchar la plática entre Vargas Llosa y su hijo Álvaro, sobre la complicada forma en que su papá lo obligó a luchar con él, porque no estaba de acuerdo en que fuera escritor, ni en que anduviera de novio -y menos con que se casara- con la tía Julia. De pequeño la cosa terminó en que mejor se fue a estudiar a un colegio militar la prepa, de donde salió su segunda novela, "La casa verde", que fue todavía más premiada que la primera, "La ciudad y los pájaros”, que muy joven lo ubicó como una de las figuras del boom latinoamericano, con Julio Cortázar, Gabriel García Márquez , Carlos Fuentes y otros. Y Mario también le cuenta a su hijo Álvaro, su encuentro y cómo cambió su vida cuando lo buscó la que acabó siendo la agente literaria de todos ellos, Carmen Balcells.

En “El pez en el agua” Vargas Llosa escoge el método de empezar el libro cuando su mamá le dice que en quince minutos conocerá a su papá, y el segundo capítulo ya es el inicio de cuando estando en una playa del Perú con Patricia y sus tres hijos, el presidente Alan García, ya peleado con el Fondo Monetario Internacional, decide nacionalizar los bancos, y Mario y amigos, un buen grupo de intelectuales y otros partidos, sacan un desplegado llamando a Alan a la cordura. Y así se va todo el libro, con lo privado en un capítulo y lo político en el siguiente.

Entre sus pocas novelas favoritas que lo obliga su hijo a citar, está “Conversación en La Catedral, que es la primera que yo leí: novela política pero a la vez innovadora, que describe a todos los sectores sociales, y una de sus genialidades que también leí, se llama “Travesuras de la niña mala”. Y le cuenta Mario de las razones de su desencanto con la Revolución Cubana, de la que fue simpatizante como todos en esa época, y de su decepcionante viaje a la URSS. Pero hay que ver la serie. Y por supuesto, leer sus libros.

Está apareciendo casa sábado a las once de la noche en el canal ADN40 un documental en partes sobre la vida del escritor Mario Vargas Llosa, que es como un homenaje de su hijo Álvaro que ya va como en el capítulo diez, pero ustedes podrán verlo completo con sus medios modernos.

Don Mario lleva muy bien sus 86 años de edad y vive en Madrid, no sé si en su casa o en la de su novia Isabel Presley, con la que hace seis años se dijo que se iba a casar, cuando a sus 80 años de divorció de su prima Patricia, con la que estaba por festejar 50 años de matrimonio, jovencita por la que dejó a “La tía Julia y el escribidor”, para ya mencionar una de sus mejores novelas, de lo que no ha hablado con Álvaro, el mayor de los hijos que tuvo con Patricia.

Empezó la larga conversación llena de recuerdos de Álvaro con su padre, en Arequipa, en Perú, en la casa convertida en museo, a la que Mario donó su biblioteca, aunque vivió ahí pocos años, porque se fue a Bolivia, todo lo cual se cuenta en la primera novela que cité de Vargas Llosa, que cuenta muchas cosas, y también cómo se hizo escritor y a sus 18 años se enamoró de su hermosa tía Julia de 32, con la que se casó y se fue a Europa becado, dejando a Patricia de 8 años de edad, hija de una hermana de Julia, que a sus 15 años les cayó en París

Recorren Arequipa conversando y Mario describiendo con mucho cariño calles y edificios, la vieja arquitectura de la ciudad y sus partes nuevas, y pasan a la etapa en la que vivió en Lima, cuando regresó de Bolivia, y el suceso extraordinario de cuando su mamá lo lleva a conocer a su papá, que regresó de vivir en los EUA, después de que siempre le habían dicho que había muerto.

Lo que resultó más bien un desencuentro, porque nunca se llevó bien con su padre, y el increíble hecho de que muchos años después fue lanzado como candidato a la presidencia del Perú, lo cuenta en el único libro de memorias, que es un gran libro titulado “El pez en el agua”. Y es muy grato escuchar la plática entre Vargas Llosa y su hijo Álvaro, sobre la complicada forma en que su papá lo obligó a luchar con él, porque no estaba de acuerdo en que fuera escritor, ni en que anduviera de novio -y menos con que se casara- con la tía Julia. De pequeño la cosa terminó en que mejor se fue a estudiar a un colegio militar la prepa, de donde salió su segunda novela, "La casa verde", que fue todavía más premiada que la primera, "La ciudad y los pájaros”, que muy joven lo ubicó como una de las figuras del boom latinoamericano, con Julio Cortázar, Gabriel García Márquez , Carlos Fuentes y otros. Y Mario también le cuenta a su hijo Álvaro, su encuentro y cómo cambió su vida cuando lo buscó la que acabó siendo la agente literaria de todos ellos, Carmen Balcells.

En “El pez en el agua” Vargas Llosa escoge el método de empezar el libro cuando su mamá le dice que en quince minutos conocerá a su papá, y el segundo capítulo ya es el inicio de cuando estando en una playa del Perú con Patricia y sus tres hijos, el presidente Alan García, ya peleado con el Fondo Monetario Internacional, decide nacionalizar los bancos, y Mario y amigos, un buen grupo de intelectuales y otros partidos, sacan un desplegado llamando a Alan a la cordura. Y así se va todo el libro, con lo privado en un capítulo y lo político en el siguiente.

Entre sus pocas novelas favoritas que lo obliga su hijo a citar, está “Conversación en La Catedral, que es la primera que yo leí: novela política pero a la vez innovadora, que describe a todos los sectores sociales, y una de sus genialidades que también leí, se llama “Travesuras de la niña mala”. Y le cuenta Mario de las razones de su desencanto con la Revolución Cubana, de la que fue simpatizante como todos en esa época, y de su decepcionante viaje a la URSS. Pero hay que ver la serie. Y por supuesto, leer sus libros.