/ sábado 26 de marzo de 2022

El poder que vence al miedo

Por miedo a ser defraudados nos volvemos desconfiados de todo. Por miedo a entregarnos nos volvemos egoístas. Por miedo a no tener nos hemos vuelto avaros. Por miedo a ser perdonados vivimos castigándonos. Por miedo a vernos mal, hemos hecho apología de la apariencia. Por miedo al compromiso los jóvenes ya no piensan en el matrimonio.

Por miedo a la paternidad estamos en vías de legalizar el aborto. Por miedo a la intimidad hemos distorsionado el sexo y naturalizado la pornografía. Por miedo a perder el control maltratamos a quienes más queremos. Por miedo a ser heridos dejamos de mostrarnos vulnerables. Por miedo a vivir ya casi estamos como muertos.

Hay pocas cosas tan poderosas como el miedo, el miedo esclaviza, paraliza y destruye. El miedo a la muerte es quien alimenta a todos los demás miedos. ¿Cuál es la razón? No fuimos diseñados para morir sino para vivir. Y el problema es que el poder de la muerte quedó desde el principio en las manos equivocadas: “Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros.

Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y a mujeres. Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte”. (Hebreos 2:14-15, 16 TLA)

Tal como dice este texto, hay solamente algo más poderoso que el miedo y es el poder del amor. El mismo que hizo que Jesús muriera en una cruz para vencer al que se creía dueño de la vida y la muerte y librarnos a todos los que confiamos en El de una vida esclavizada al miedo. Escuché una vez una definición que decía que “amor es permiso para vivir”. Muchas personas viven como si se hubieran metido en la vida de “colados”, como si no tuvieran permiso para vivir, porque aún no conocen el amor de Dios.

Este periódico abrió una ventana de esperanza para ti, que te dice que si crees, vas a ser libre de ese miedo que te tiene cautivo, vas a poder experimentar el verdadero amor que te libera del temor: “Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos; y al vivir en Dios, nuestro amor crece hasta hacerse perfecto. Por lo tanto, no tendremos temor en el día del juicio, sino que podremos estar ante Dios con confianza, porque vivimos como vivió Jesús en este mundo.

En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios”. (1 Juan4:16-18 NTV)

leonardolombar@gmail.com


Por miedo a ser defraudados nos volvemos desconfiados de todo. Por miedo a entregarnos nos volvemos egoístas. Por miedo a no tener nos hemos vuelto avaros. Por miedo a ser perdonados vivimos castigándonos. Por miedo a vernos mal, hemos hecho apología de la apariencia. Por miedo al compromiso los jóvenes ya no piensan en el matrimonio.

Por miedo a la paternidad estamos en vías de legalizar el aborto. Por miedo a la intimidad hemos distorsionado el sexo y naturalizado la pornografía. Por miedo a perder el control maltratamos a quienes más queremos. Por miedo a ser heridos dejamos de mostrarnos vulnerables. Por miedo a vivir ya casi estamos como muertos.

Hay pocas cosas tan poderosas como el miedo, el miedo esclaviza, paraliza y destruye. El miedo a la muerte es quien alimenta a todos los demás miedos. ¿Cuál es la razón? No fuimos diseñados para morir sino para vivir. Y el problema es que el poder de la muerte quedó desde el principio en las manos equivocadas: “Nosotros somos seres de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros.

Sólo así podía morir para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y a mujeres. Con su muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte”. (Hebreos 2:14-15, 16 TLA)

Tal como dice este texto, hay solamente algo más poderoso que el miedo y es el poder del amor. El mismo que hizo que Jesús muriera en una cruz para vencer al que se creía dueño de la vida y la muerte y librarnos a todos los que confiamos en El de una vida esclavizada al miedo. Escuché una vez una definición que decía que “amor es permiso para vivir”. Muchas personas viven como si se hubieran metido en la vida de “colados”, como si no tuvieran permiso para vivir, porque aún no conocen el amor de Dios.

Este periódico abrió una ventana de esperanza para ti, que te dice que si crees, vas a ser libre de ese miedo que te tiene cautivo, vas a poder experimentar el verdadero amor que te libera del temor: “Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos; y al vivir en Dios, nuestro amor crece hasta hacerse perfecto. Por lo tanto, no tendremos temor en el día del juicio, sino que podremos estar ante Dios con confianza, porque vivimos como vivió Jesús en este mundo.

En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios”. (1 Juan4:16-18 NTV)

leonardolombar@gmail.com


ÚLTIMASCOLUMNAS