/ miércoles 1 de julio de 2020

El renacer académico de la UJED

Conforme trascurre el tiempo, las aguas vuelven a su cauce normal, y la Universidad Juárez del Estado de Durango recobra su estabilidad y prestigio de antaño. Abordo el presente tema, como un universitario convencido de sus bondades, egresado de la Facultad de Derecho, y la Maestría en Ciencias y Humanidades, consciente de su bendita gratuidad como institución pública, donde abrevé durante mi formación académica, el conocimiento de prestigiados maestros que forjaron a través de su libertad de cátedra, sapiencia y rectitud, un pensamiento crítico.

El rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Rubén Solís Ríos, se ha convertido en un permanente gestor de la comunidad universitaria; su actuación afable e incluyente, le ha permitido reubicar a nuestra Máxima Casa de Estudios en una de las universidades más importantes del norte del país.

Sirva este artículo para refrendar nuestro espíritu universitario, reconociendo la capacidad de gestión del rector, que aun en la adversidad económica, ha mantenido la templanza de quien tiene la seguridad de que sorteará con éxito las eventualidades económicas que se presentan año tras año; pero a diferencia de otros tiempos, el hoy rector universitario presenta a la sociedad durangueña una universidad ubicada en el ranking número 36, entre las mejores universidades públicas y privadas a nivel nacional, es decir, en el QS Top Universities.

Es de reconocer que los logros académicos del pasado se extraviaron por el insano manoseo político, aunado a los golpes virulentos, camuflados por la traición impuesta por infieles universitarios del progreso institucional. Actualmente, ese obscurantismo académico en la UJED ha quedado rebasado, porque de nueva cuenta, el espíritu de la UJED emerge como una institución de reconocimiento nacional, por su esfuerzo e interés en formar profesionales competentes y de calidad

El éxito que ha reposicionado a la UJED es gracias al liderazgo de su rector y a los universitarios comprometidos que han adquirido la obligación de construir una universidad de alta calidad, lo cual también es reconocido por la sociedad, que ha confiado a esta institución la preparación profesional de sus hijos.

Este reconocimiento es el resultado del trabajo encabezado el rector Solís Ríos, por mantener a la Universidad Juárez en el camino de la mejora continua, emprendiendo importantes tareas en el área de la investigación académica y de transformación, a favor del ascenso de la calidad.

Con acciones concretas como el posicionamiento a nivel nacional, el rector Solís Ríos envía un mensaje a la sociedad y comunidad universitaria al declararle la guerra a la pasividad, la autocomplacencia y la mediocridad, advirtiendo los esfuerzos extraordinarios realizados en la evaluación externa para lograr la acreditación que ha dado como resultado la mejora de la calidad de sus programas de estudio e investigación.

Los cambios operados al interior de la UJED, llevados a cabo por el rector, han permeado entre los miembros de la comunidad universitaria, creando un ambiente de renovación y retorno a sus orígenes, que no es otra cosa que brindarle un fuerte impulso al rubro académico, y que arroje al basurero de la historia universitaria, las poses políticas o inclinaciones partidistas ajenas a los universitarios.

Con este acontecimiento de gran calado académico, la UJED recupera un espacio fundamental en la sociedad durangueña, además de rescatar su imagen institucional, con la aspiración legítima por ocupar como UJED uno de los primeros 10 sitios en el ranking nacional.

Conforme trascurre el tiempo, las aguas vuelven a su cauce normal, y la Universidad Juárez del Estado de Durango recobra su estabilidad y prestigio de antaño. Abordo el presente tema, como un universitario convencido de sus bondades, egresado de la Facultad de Derecho, y la Maestría en Ciencias y Humanidades, consciente de su bendita gratuidad como institución pública, donde abrevé durante mi formación académica, el conocimiento de prestigiados maestros que forjaron a través de su libertad de cátedra, sapiencia y rectitud, un pensamiento crítico.

El rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Rubén Solís Ríos, se ha convertido en un permanente gestor de la comunidad universitaria; su actuación afable e incluyente, le ha permitido reubicar a nuestra Máxima Casa de Estudios en una de las universidades más importantes del norte del país.

Sirva este artículo para refrendar nuestro espíritu universitario, reconociendo la capacidad de gestión del rector, que aun en la adversidad económica, ha mantenido la templanza de quien tiene la seguridad de que sorteará con éxito las eventualidades económicas que se presentan año tras año; pero a diferencia de otros tiempos, el hoy rector universitario presenta a la sociedad durangueña una universidad ubicada en el ranking número 36, entre las mejores universidades públicas y privadas a nivel nacional, es decir, en el QS Top Universities.

Es de reconocer que los logros académicos del pasado se extraviaron por el insano manoseo político, aunado a los golpes virulentos, camuflados por la traición impuesta por infieles universitarios del progreso institucional. Actualmente, ese obscurantismo académico en la UJED ha quedado rebasado, porque de nueva cuenta, el espíritu de la UJED emerge como una institución de reconocimiento nacional, por su esfuerzo e interés en formar profesionales competentes y de calidad

El éxito que ha reposicionado a la UJED es gracias al liderazgo de su rector y a los universitarios comprometidos que han adquirido la obligación de construir una universidad de alta calidad, lo cual también es reconocido por la sociedad, que ha confiado a esta institución la preparación profesional de sus hijos.

Este reconocimiento es el resultado del trabajo encabezado el rector Solís Ríos, por mantener a la Universidad Juárez en el camino de la mejora continua, emprendiendo importantes tareas en el área de la investigación académica y de transformación, a favor del ascenso de la calidad.

Con acciones concretas como el posicionamiento a nivel nacional, el rector Solís Ríos envía un mensaje a la sociedad y comunidad universitaria al declararle la guerra a la pasividad, la autocomplacencia y la mediocridad, advirtiendo los esfuerzos extraordinarios realizados en la evaluación externa para lograr la acreditación que ha dado como resultado la mejora de la calidad de sus programas de estudio e investigación.

Los cambios operados al interior de la UJED, llevados a cabo por el rector, han permeado entre los miembros de la comunidad universitaria, creando un ambiente de renovación y retorno a sus orígenes, que no es otra cosa que brindarle un fuerte impulso al rubro académico, y que arroje al basurero de la historia universitaria, las poses políticas o inclinaciones partidistas ajenas a los universitarios.

Con este acontecimiento de gran calado académico, la UJED recupera un espacio fundamental en la sociedad durangueña, además de rescatar su imagen institucional, con la aspiración legítima por ocupar como UJED uno de los primeros 10 sitios en el ranking nacional.