/ miércoles 19 de septiembre de 2018

El retiro es una palabra prohibida

Hay que prepararse emocionalmente para esta adaptación ya que puede ocasionar que la persona se sienta triste o deprimida corto tiempo después de cambiar de actividades, por lo que es necesario realizar algunos planes para mantenerse ocupado, lo que le ayudará con la fase de la adaptación.

El arquitecto Teodoro González de León, quien fue el creador de muchos de los edificios que le han dado a la Ciudad de México su característica peculiar, decía que todas las actividades son buenas y bienvenidas, lo que no se vale es la inacción, porque “Si te retiras sin un plan de vida, te retiras sin la vida”.

A él se deben las oficinas de Infonavit, el edificio Conasupo, la delegación Cuauhtémoc, el Colegio de México, el Museo Rufino Tamayo, el del Fondo de Cultura Económica, el Auditorio Nacional, los edificios llamados “Pantalón”, en arcos Bosque, el Centro Minero Nacional, el Palacio de Justicia Federal, la Escuela Superior de Música y muchos más.

Por eso lo importante no fue sólo su gran creatividad, sino la capacidad de trabajar de manera continua lleno de alegría todos los días de su vida, sólo con colaboradores que comprendían la magnitud de las obras que emprendió, hasta el último día de su vida, a los 90 años de edad.

Todas las actividades son buenas y bienvenidas, lo único que no se vale es el ocio y la inacción, porque como decía el arquitecto González de León, “el retiro es una palabra prohibida”, lo que no quiere decir que nunca nos retiraremos, sino que cambiaremos de actividad, la haremos de otro ritmo, pero siempre tendremos en la vista el futuro, porque cada mañana nos ofrece 24 horas que debemos aprovechar.

Así, debe entenderse que la jubilación es un gran cambio de vida. Y eso nos puede dar otra perspectiva sin que ello signifique retirarse de la vida. Una gran parte del sentido de identidad de las personas se relaciona con el éxito de su carrera profesional y sus logros.

Cuando una persona se jubila, de repente tiene que adaptarse a un horario totalmente diferente. Hay que prepararse emocionalmente para esta adaptación ya que puede ocasionar que la persona se sienta triste o deprimida corto tiempo después de cambiar de actividades, por lo que es necesario realizar algunos planes para mantenerse ocupado, lo que le ayudará con la fase de la adaptación.

La jubilación es un periodo de cambio brusco que afecta a muchas esferas: la económica, la del ocio, las relaciones personales, etc. Requiere un tiempo de adaptación, que puede oscilar entre seis meses y un año, es un momento de riesgos, pero también de oportunidades.

Finalmente tendrá que ocuparse de sí mismo. La persona debe esforzarse por comer bien y ejercitarse regularmente ya que esto puede ayudarle con su bienestar emocional.

Si tiene una o muchas actividades, enhorabuena, pero si ya se jubiló y aún no hace nada, cuidado, está desperdiciando sus mejores años y sus mejores días, piénselo y no se arrepienta: “Cada mañana nos ofrece 24 horas que debemos aprovechar”.

Hay que prepararse emocionalmente para esta adaptación ya que puede ocasionar que la persona se sienta triste o deprimida corto tiempo después de cambiar de actividades, por lo que es necesario realizar algunos planes para mantenerse ocupado, lo que le ayudará con la fase de la adaptación.

El arquitecto Teodoro González de León, quien fue el creador de muchos de los edificios que le han dado a la Ciudad de México su característica peculiar, decía que todas las actividades son buenas y bienvenidas, lo que no se vale es la inacción, porque “Si te retiras sin un plan de vida, te retiras sin la vida”.

A él se deben las oficinas de Infonavit, el edificio Conasupo, la delegación Cuauhtémoc, el Colegio de México, el Museo Rufino Tamayo, el del Fondo de Cultura Económica, el Auditorio Nacional, los edificios llamados “Pantalón”, en arcos Bosque, el Centro Minero Nacional, el Palacio de Justicia Federal, la Escuela Superior de Música y muchos más.

Por eso lo importante no fue sólo su gran creatividad, sino la capacidad de trabajar de manera continua lleno de alegría todos los días de su vida, sólo con colaboradores que comprendían la magnitud de las obras que emprendió, hasta el último día de su vida, a los 90 años de edad.

Todas las actividades son buenas y bienvenidas, lo único que no se vale es el ocio y la inacción, porque como decía el arquitecto González de León, “el retiro es una palabra prohibida”, lo que no quiere decir que nunca nos retiraremos, sino que cambiaremos de actividad, la haremos de otro ritmo, pero siempre tendremos en la vista el futuro, porque cada mañana nos ofrece 24 horas que debemos aprovechar.

Así, debe entenderse que la jubilación es un gran cambio de vida. Y eso nos puede dar otra perspectiva sin que ello signifique retirarse de la vida. Una gran parte del sentido de identidad de las personas se relaciona con el éxito de su carrera profesional y sus logros.

Cuando una persona se jubila, de repente tiene que adaptarse a un horario totalmente diferente. Hay que prepararse emocionalmente para esta adaptación ya que puede ocasionar que la persona se sienta triste o deprimida corto tiempo después de cambiar de actividades, por lo que es necesario realizar algunos planes para mantenerse ocupado, lo que le ayudará con la fase de la adaptación.

La jubilación es un periodo de cambio brusco que afecta a muchas esferas: la económica, la del ocio, las relaciones personales, etc. Requiere un tiempo de adaptación, que puede oscilar entre seis meses y un año, es un momento de riesgos, pero también de oportunidades.

Finalmente tendrá que ocuparse de sí mismo. La persona debe esforzarse por comer bien y ejercitarse regularmente ya que esto puede ayudarle con su bienestar emocional.

Si tiene una o muchas actividades, enhorabuena, pero si ya se jubiló y aún no hace nada, cuidado, está desperdiciando sus mejores años y sus mejores días, piénselo y no se arrepienta: “Cada mañana nos ofrece 24 horas que debemos aprovechar”.