/ sábado 9 de abril de 2022

El Señor me necesita

Por alguna razón, los burros son animales con gran personalidad. Pensemos en la burra que habló, según la historia bíblica, reclamando al profeta del maltrato que estaba sufriendo (Números 22.28-31).

Si no nos acordamos de ella, tenemos la versión más contemporánea del amigo de Shrek, que se “robó” literalmente la conocida película animada. Este burro no fue la excepción:

“«Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”».” (Lucas 19:30-31 NTV) Esa simple frase fue el “voucher” que los discípulos necesitarían para disponer del burro. Pero echando a volar mi imaginación, estoy seguro que el burro escuchó: ¡“El Señor me necesita”!

Ningún asno de toda Palestina había tenido ni tendría jamás el privilegio de portar en sus ancas al Maestro y de servir de “púlpito” animal para sintetizar, en medio del bullicio, lo que había intentado predicar en los tres años de intenso ministerio:

A diferencia de los reinos de este mundo, llenos de corrupción, el suyo era un reino de pureza. El pollino nunca había sido montado. El mensaje es claro: Necesitamos un cambio interior, un cambio de corazón y Él es el único que puede limpiar nuestro corazón de tanta maldad.

Varias veces lo habían querido levantar como revolucionario. Quizá ese era el mejor momento para proclamarlo. Pero no escogió un caballo, símbolo de la guerra. El suyo es un reino de paz. La única sangre que fue necesaria derramar para este reino fue la suya.

Luego de este episodio lo que sigue es un llanto, de Jesús sobre la ciudad, pues Él sabía que los mismos que lo estaban vitoreando, en tan sólo un par de días estarían gritándole “crucifíquenlo”. El mensaje es elocuente: El suyo es un reino de amor.

El burro entendió su momento, Él supo que El Señor lo necesitaba. Te invito a que en este inicio de Semana Santa hagamos lo mismo, y podamos decir también nosotros que creemos en Él: “El Señor me necesita”.

Mail: leonardolombar@gmail.com

Por alguna razón, los burros son animales con gran personalidad. Pensemos en la burra que habló, según la historia bíblica, reclamando al profeta del maltrato que estaba sufriendo (Números 22.28-31).

Si no nos acordamos de ella, tenemos la versión más contemporánea del amigo de Shrek, que se “robó” literalmente la conocida película animada. Este burro no fue la excepción:

“«Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”».” (Lucas 19:30-31 NTV) Esa simple frase fue el “voucher” que los discípulos necesitarían para disponer del burro. Pero echando a volar mi imaginación, estoy seguro que el burro escuchó: ¡“El Señor me necesita”!

Ningún asno de toda Palestina había tenido ni tendría jamás el privilegio de portar en sus ancas al Maestro y de servir de “púlpito” animal para sintetizar, en medio del bullicio, lo que había intentado predicar en los tres años de intenso ministerio:

A diferencia de los reinos de este mundo, llenos de corrupción, el suyo era un reino de pureza. El pollino nunca había sido montado. El mensaje es claro: Necesitamos un cambio interior, un cambio de corazón y Él es el único que puede limpiar nuestro corazón de tanta maldad.

Varias veces lo habían querido levantar como revolucionario. Quizá ese era el mejor momento para proclamarlo. Pero no escogió un caballo, símbolo de la guerra. El suyo es un reino de paz. La única sangre que fue necesaria derramar para este reino fue la suya.

Luego de este episodio lo que sigue es un llanto, de Jesús sobre la ciudad, pues Él sabía que los mismos que lo estaban vitoreando, en tan sólo un par de días estarían gritándole “crucifíquenlo”. El mensaje es elocuente: El suyo es un reino de amor.

El burro entendió su momento, Él supo que El Señor lo necesitaba. Te invito a que en este inicio de Semana Santa hagamos lo mismo, y podamos decir también nosotros que creemos en Él: “El Señor me necesita”.

Mail: leonardolombar@gmail.com

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