Hace unos días me encontré con un compañero a quien hace mucho no veía. En un primer momento me abrazó con gusto, pero en seguida tomó distancia (literalmente se echó para atrás) y me espetó: He leído tus artículos y no dejan duda de que estás con Marina, se fue y me dejó atónito.
Lo que seriamente me llevó a reflexionar sobre las actitudes de los simples mortales: ¿Qué será de los que no lo son? Me pregunté; obteniendo la respuesta en los momentos que estamos viviendo, donde la intolerancia y la ambición hacen víctimas del crimen a los que bajo la creta de la justicia ocultan las peores fechorías.
Y parece que las cosas se agudizan ahora que en el escenario político está la posibilidad real, de que en Durango gobierne una mujer, lo que ha dado motivo para que se desate una multitud de demonios, pintados de todos los colores y sabores dispuestos a descarrilar su candidatura, cuyo talón de Aquiles es la imposición.
Lo duro de esta batalla no es para la presunta candidata, sino para los que creen que en la mesa les hicieron trampa, de la cual se levantaron ofendidos porque les partieron la m…, lo que les da la coartada perfecta para lanzarse a una guerra que no pasará más allá de la narrativa mediática.
Las cosas no están para que el tigre de abajo le quiera rugir al de arriba. De ahí que la división que generen no les alcanzará, porque las condiciones no están a su favor para lograrlo y las manos de los prianistas están muy sucias y resbalosas, para que puedan cachar las migajas que se desprendan de esa riña callejera.
El escándalo que desafortunadamente nos azota tiene su origen en las aspiraciones frustradas de aquellos que soñaron con tener un juguete al tamaño de la candidatura para gobernador y que al ver negada dicha concesión, se rebelan contra el Niño Dios a quien se lo encargaron. De ahí la tendencia a atrincherarse en los clichés consabidos: La descalificación a quienes procedieron a entregar el regalo a aquella que no le alcanzó ni para zapatos, los que no le hicieron falta para recibirlo.
Por eso, es entendible la ira de ese Frankenstein que ayudaron a crearlo y que ya no pudieron hacer nada para detenerlo y su amenaza lo confirma, al retar a sus cuestionados a detener el tigre en Durango, cosa que no impresiona a la dirigencia nacional, porque los rugidos de ese tigre son de sobra conocidos y su madriguera es muy fácil de encontrar, porque el rastro de sus huellas es harto conocido.
Así que, por más que ruja el tigre, sus rugidos no llegarán más allá de los medios que se prestan para hacerle el juego y propagar a la coalición del PRIAN que ya se frota las manos, pensando que dichas victorias simbólicas de la inconformidad al interior de Morena, serán el pase sin problemas a la gubernatura.
Se equivocan porque ninguna pasión que parte del: “Si no soy yo, tú tampoco” puede impactar en la decisión tomada, ni en el ánimo de los ciudadanos, que no van a votar por los malos por conocidos. De ahí que nos queda claro que los astros se están alineando a favor de la palatina y no hay reversa, aunque los inconformes no carezcan de dinero ni de reclutas para organizar sus eventos de presión y de descrédito.
Sin duda que el fenómeno de la 4T y sus múltiples encarnaciones, se posiciona como una gran fuerza que seduce a grandes liderazgos, pero con ello paradójicamente se vuelve víctima de la traición de aquellos, cuya regla personal quieren imponer, cuando los resultados de una acción no son los esperados ni deseados para su proyecto.
De ahí que no nos extrañe observar la conducta de los que se encuentran en desacuerdo con la designación de la alcaldesa con licencia de Gómez Palacio, cuya aceptación va avanzando en la población; mientras las protestas irán en sentido inverso, porque quienes las encabezan, ya enseñaron su arsenal y con mucha pena, pero no creo que les alcance para echar abajo lo que se proponen.