/ viernes 5 de junio de 2020

El truco de la dependencia y manipulación

Absolutamente todos, nacemos física y psicológicamente dependientes de nuestros progenitores, pero dentro de la formación y educación que recibimos, vamos adquiriendo nuestra propia autonomía, con el objetivo primordial de tener un libre albedrío.

El continuar con la dependencia es causante de muchísimos problemas y trastornos, como los relacionados con la pareja, la inmadurez emocional, dependencia de drogas, algunos trastornos de la personalidad, dificultad para organizarse con los demás en la búsqueda de objetivos comunes, incapacidad de emancipación, etc.

La dependencia es un término que puede utilizarse para indicar una relación de origen o conexión, con la subordinación a un poder mayor, o la situación de alguien que no está en condiciones de valerse por sí mismo.

Si no se libera la persona de la dependencia de sus padres, o bien, la adquiere por algún otro vínculo, su actitud de sumisión tenderá a acrecentarse, de tal manera que no podrán decidir por ellos mismos y les será imposible llevar a cabo algún procedimiento directo sin la dirección o supervisión de alguien.

Pero existen también, aquellos que necesitan que les festejen y sientan admiración en forma constante, por ejemplo, un narcisista que busca la adulación, el homenaje y reconocimiento, quien además sentirá rechazo hacia aquellos que no le otorguen la distinción que él necesita.

Todo dependiente tiene necesidad de recibir ayuda o asistencia para poder realizar sus actividades cotidianas, cuenta con una carencia de autonomía física, psíquica o intelectual, sensorial o mixta, que son precisamente los tipos de dependencia que se han estudiado.

Y por cuanto a los grados de dependencia, pueden ser desde la dependencia moderada, pasando por la dependencia severa, hasta la gran dependencia, que surge cuando una persona, para realizar gran parte de las actividades básicas de su vida diaria necesita de otra persona debido a la pérdida total de su autonomía mental o física.

La medicina y la psicología hablan de dependencia cuando una persona tiene la necesidad compulsiva de alguna sustancia para experimentar sus efectos o para tranquilizar el malestar que se origina por su privación de drogas legales o ilegales que generan precisamente dependencia.

Se ha dado conocer también, la dependencia política, que se refiere a la limitación de la voluntad de personas logradas por algún líder que, mediante las dádivas o concesiones, llega a mover voluntades, lo que se convierte en manipulación y dependencia.

La manipulación, que es una forma de control sobre los demás y que se utiliza desde una posición de poder. Es una forma de agresividad que se emplea para conseguir que los demás hagan cosas que no quieren hacer y que sólo benefician al líder o a determinadas personas. La manipulación nos conecta con el paradigma de la dependencia.

La manipulación nace del miedo o de la frustración. Cuando la persona no puede regular esas emociones depende de otras para gestionarlas, entonces se coloca en el paradigma de la dependencia.

De ahí que, desde tiempo inmemorial, el político, el líder, el pseudo mesías y todo aquel que desee llevar cabo la manipulación de otros, aplique la dádiva o la inducción de miedo en los demás para conservarlos como sus dependientes, haciéndolos sentir que necesitan de ellos, como los únicos que les pueden dar o salvar y de esta manera ejercen el control de sus seguidores.

Indudablemente que no existe excepción en la política que nuestro presidente sigue, recordando lo que textualmente señaló en una de sus homilías mañaneras: “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno…hasta los animalitos -que tienen sentimientos, ya está demostrado- ni modo que se le diga a una mascota: A ver, vete a buscar tu alimento. Se les tiene que dar su alimento, sí, pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo”.

Muy ligada a la escasa educación e ignorancia se encuentra la pobreza que, al parecer se empeñan en fomentar los líderes de la política, pues no deja de ser un instrumento de sometimiento y manipulación en democracias simuladas como la nuestra.

En la pobreza encontramos la falta de salud, la falta de vivienda, la falta de ingresos, la falta de empleo, la falta de agricultura estable, la falta de nutrición, la falta de tecnología, la falta de educación, la mortalidad infantil, etc., y al parecer es de lo que más se está sufriendo, que puede ser a propósito, pues anteriormente existían las quimioterapias para los infantes y demás enfermos de cáncer; los despidos por la mala economía se han recrudecido, pero la promesa de nuevos empleos existe, pero tal vez sea con la idea de mantener la dependencia de necesitados con el propósito de la manipulación y mientras haya más pobres dependientes del líder, éste estará más fortalecido.

Es preciso reconocer que el truco de la dependencia y manipulación ha crecido y juntamente con ello la pobreza e ignorancia.

Absolutamente todos, nacemos física y psicológicamente dependientes de nuestros progenitores, pero dentro de la formación y educación que recibimos, vamos adquiriendo nuestra propia autonomía, con el objetivo primordial de tener un libre albedrío.

El continuar con la dependencia es causante de muchísimos problemas y trastornos, como los relacionados con la pareja, la inmadurez emocional, dependencia de drogas, algunos trastornos de la personalidad, dificultad para organizarse con los demás en la búsqueda de objetivos comunes, incapacidad de emancipación, etc.

La dependencia es un término que puede utilizarse para indicar una relación de origen o conexión, con la subordinación a un poder mayor, o la situación de alguien que no está en condiciones de valerse por sí mismo.

Si no se libera la persona de la dependencia de sus padres, o bien, la adquiere por algún otro vínculo, su actitud de sumisión tenderá a acrecentarse, de tal manera que no podrán decidir por ellos mismos y les será imposible llevar a cabo algún procedimiento directo sin la dirección o supervisión de alguien.

Pero existen también, aquellos que necesitan que les festejen y sientan admiración en forma constante, por ejemplo, un narcisista que busca la adulación, el homenaje y reconocimiento, quien además sentirá rechazo hacia aquellos que no le otorguen la distinción que él necesita.

Todo dependiente tiene necesidad de recibir ayuda o asistencia para poder realizar sus actividades cotidianas, cuenta con una carencia de autonomía física, psíquica o intelectual, sensorial o mixta, que son precisamente los tipos de dependencia que se han estudiado.

Y por cuanto a los grados de dependencia, pueden ser desde la dependencia moderada, pasando por la dependencia severa, hasta la gran dependencia, que surge cuando una persona, para realizar gran parte de las actividades básicas de su vida diaria necesita de otra persona debido a la pérdida total de su autonomía mental o física.

La medicina y la psicología hablan de dependencia cuando una persona tiene la necesidad compulsiva de alguna sustancia para experimentar sus efectos o para tranquilizar el malestar que se origina por su privación de drogas legales o ilegales que generan precisamente dependencia.

Se ha dado conocer también, la dependencia política, que se refiere a la limitación de la voluntad de personas logradas por algún líder que, mediante las dádivas o concesiones, llega a mover voluntades, lo que se convierte en manipulación y dependencia.

La manipulación, que es una forma de control sobre los demás y que se utiliza desde una posición de poder. Es una forma de agresividad que se emplea para conseguir que los demás hagan cosas que no quieren hacer y que sólo benefician al líder o a determinadas personas. La manipulación nos conecta con el paradigma de la dependencia.

La manipulación nace del miedo o de la frustración. Cuando la persona no puede regular esas emociones depende de otras para gestionarlas, entonces se coloca en el paradigma de la dependencia.

De ahí que, desde tiempo inmemorial, el político, el líder, el pseudo mesías y todo aquel que desee llevar cabo la manipulación de otros, aplique la dádiva o la inducción de miedo en los demás para conservarlos como sus dependientes, haciéndolos sentir que necesitan de ellos, como los únicos que les pueden dar o salvar y de esta manera ejercen el control de sus seguidores.

Indudablemente que no existe excepción en la política que nuestro presidente sigue, recordando lo que textualmente señaló en una de sus homilías mañaneras: “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno…hasta los animalitos -que tienen sentimientos, ya está demostrado- ni modo que se le diga a una mascota: A ver, vete a buscar tu alimento. Se les tiene que dar su alimento, sí, pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo”.

Muy ligada a la escasa educación e ignorancia se encuentra la pobreza que, al parecer se empeñan en fomentar los líderes de la política, pues no deja de ser un instrumento de sometimiento y manipulación en democracias simuladas como la nuestra.

En la pobreza encontramos la falta de salud, la falta de vivienda, la falta de ingresos, la falta de empleo, la falta de agricultura estable, la falta de nutrición, la falta de tecnología, la falta de educación, la mortalidad infantil, etc., y al parecer es de lo que más se está sufriendo, que puede ser a propósito, pues anteriormente existían las quimioterapias para los infantes y demás enfermos de cáncer; los despidos por la mala economía se han recrudecido, pero la promesa de nuevos empleos existe, pero tal vez sea con la idea de mantener la dependencia de necesitados con el propósito de la manipulación y mientras haya más pobres dependientes del líder, éste estará más fortalecido.

Es preciso reconocer que el truco de la dependencia y manipulación ha crecido y juntamente con ello la pobreza e ignorancia.