La Nueva Escuela Mexicana
Inició el Nuevo Modelo Educativo (NEM) –con sus recientes Libros de Texto- conocido como Nueva Escuela Mexicana, con el regreso de casi 25 millones de estudiantes de educación básica y antes del inicio del ciclo escolar algunos estados solicitaron ante la Suprema Corte la suspensión provisional para no proceder a su entrega.
Actualmente siguen con esa suspensión sólo dos entidades federativas: Chihuahua y Coahuila. Hay otros que recularon como Jalisco y Guanajuato, después de escuchar el dictamen de la Universidad Autónoma de Guadalajara en el primer caso, y de especialistas, en el segundo.
Inclusive, con escasa participación se llevaron a cabo en 30 ciudades marchas en contra de los nuevos libros de texto. Es de lamentarse que el descontento de algunos grupos –se dice, que ni siquiera han leído y analizado los libros de texto- impida implementar en dos estados el modelo de la Nueva Escuela Mexicana.
La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) nació, precisamente cuando el gobierno federal decidió la impresión y distribución gratuita de los Libros de Texto. El día 12 de febrero de 1959 el en ese entonces presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Adolfo López Mateos emitió el decreto mediante el cual se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), siendo secretario de Educación Jaime Torres Bodet.
El 16 de enero de 1960, en la escuela rural Cuauhtémoc, del municipio de El Saucillo, en el estado de San Luis Potosí, la niña María Isabel Cárdenas recibe los primeros libros para el primer grado con sus cuadernos de trabajo, en un acto presidido por el gobernador del estado, Francisco Martínez de la Vega, y el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet.
Este acto simbólico es el preludio del obsequio de libros que por primera vez en la historia de la educación en México hace el Gobierno a la niñez mexicana. Desde entonces y hasta la fecha, la Unión Nacional de Padres de Familia se ha opuesto al proceso de elaboración y distribución de los libros de texto.
Las organizaciones clericales y sus organismos como Pastoral Social, Frente Nacional de la Familia, Misión Rescate México, hicieron patente su conservadurismo para protestar contra los libros de texto, cuando los colegios católicos privados son quienes violan la Constitución que señala con claridad en su Artículo 3 la laicidad de la educación.
Ojalá que el próximo modelo educativo “Nueva Escuela Mexicana”, considere las siguientes realidades: Año con año se registra mayor rezago, más deserciones, el país de reprobados, las encuestas internacional PISA y nacional PLANEA sobre la calidad educativa nos asedian y desarman; mala educación son las asociaciones de padres de familia que protestan contra los contenidos de educación sexual en los libros de texto, argumentando que sus hijos no tienen por qué saber que existe el homosexualismo y que hay quienes tienen esa preferencia sexual y son felices.
Vivimos en un mundo material donde el tener es superior al ser; nuestro subdesarrollo, está en nuestra incapacidad de visión crítica y en nuestra enorme capacidad de simulación; se nos pide tener conciencia crítica, pero en la práctica se nos critica cuando la ejercemos.
Basta de la educación que se plantea como un mecanismo para comprender un mundo estático y que estimule la memorización, la adaptación conformista a la realidad, la rigidez de métodos, programas y contenidos.
Otra asignatura pendiente es la respuesta a la polarización del ingreso que existe en México y la desigualdad de oportunidades educativas y laborales que viven los jóvenes, con las graves consecuencias sociales; es necesario atender la problemática de la educación en México, como la relación que existe entre la educación, la productividad y el empleo; requerimos una mayor participación de los padres de familia; se requiere la adecuación de los planes de estudio a las necesidades y los objetivos del país.
A través de nuestra colaboración de hace dos semanas, tuvimos a bien realizar un aceptable análisis, donde señalamos que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez serían las candidatas para la Presidencia de la República en las elecciones del próximo domingo 2 de junio de 2024, se estima que más de 95 millones de mexicanos acudirán a las urnas a elegir al que será el presidente número 66 y la sucesora, o sucesor, de Andrés Manuel López Obrador.