Los sobornos cuestan al país 2.3 billones de pesos: México pierde hasta 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en sobornos, los cuales representan sólo una pequeña parte de la corrupción total
Del 10 de octubre de 1824 al 1 de diciembre de 2018, en los 194 años que han pasado desde la toma de posesión de Guadalupe Victoria, Pascal Beltrán nos hace un recuento: el Ejecutivo ha sido detentado por 66 hombres distintos, aunque once de ellos fueron titulares de ese Poder más de una vez, con lo que ha cambiado de manos más de 90 veces a lo largo de ese lapso. Hasta 1904, el periodo presidencial duró cuatro años.
Ese año, durante el régimen de Porfirio Díaz, una reforma lo amplió a seis. Con la promulgación de la Constitución de 1917, volvió a ser de cuatro. Y a partir de 1928 a la fecha, regresó a seis. La estabilidad en los periodos presidenciales llegó con Lázaro Cárdenas. Desde 1934, catorce titulares del Ejecutivo han terminado su sexenio, aunque la democracia no fue la mejor característica de México, Siempre hay que tener presente que el ejercicio del poder es temporal y deriva de la soberanía del pueblo.
A partir del sábado 1 de diciembre Andrés Manuel López Obrador asumió la Presidencia de la República por el sexenio 2018-2024 con un porcentaje de aceptación del 74%, y es conveniente mencionar algunos problemas que sin duda le corresponderá atender tanto nacional como internacional: el narco, sus cárteles y células; los sobornos y su costo como parte de la corrupción, los migrantes y el negocio que representan, y las redes sociales y su impacto negativo en la democracia. Veamos:
El narco, sus carteles y células: El actual gobierno a partir del 1 de diciembre recibe un país con la presencia de seis cárteles y más de 80 células delictivas que operan en las 32 entidades.
Desde la producción, trasiego y venta de drogas, secuestro, extorsión, robo de vehículos, de transporte, huachicol, así como el aumento de asesinatos, el nuevo gobierno enfrentará los niveles más altos de violencia e inseguridad en la historia reciente de México, lo anterior, por la presencia de grupos criminales que no fueron desmantelados en los sexenios del Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Revolucionario Institucional (PRI). Dos organizaciones son las que tienen la hegemonía en el país: El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Pacífico.
Los sobornos cuestan al país 2.3 billones de pesos: México pierde hasta 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en sobornos, los cuales representan sólo una pequeña parte de la corrupción total, informó Roberto Martínez Yllescas, director del Centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en México para América Latina.
Este costo es cinco veces mayor a las pérdidas por corrupción que se registran en promedio a nivel mundial, que ascienden a sólo 2% del PIB global, lo que representa una situación alarmante. Estos recursos se pierden al no ir a áreas de interés público o de inversión pública para el bienestar y desarrollo.
Con base en los cálculos de la OCDE, ese costo equivale a 2.3 billones de pesos, casi el triple de los recursos que el gobierno federal gasta al año por pago de pensiones. La corrupción debilita la capacidad del Estado para producir, causa ineficiencia en el uso de recursos públicos, mutilan la efectividad de las políticas sociales y baja calidad de la infraestructura. Además, dijo, la corrupción encarece la inversión pública y genera sobre costos a las empresas privadas.
Los migrantes son un negocio muy lucrativo: Emigrar para huir de la violencia multidimensional (conflictos sociopolíticos, crisis económica y efectos adversos del cambio climático) es una tragedia que hoy comparten más de 258 millones de personas. En una fase de su éxodo hacia países relativamente prósperos y estables, esos nómadas son botín de complejas redes trasnacionales que han prosperado bajo las políticas antiinmigrantes.
La trata de personas es el tercer negocio criminal más lucrativo, precedido por el narcotráfico y el tráfico de armas, dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Muchas de esas víctimas son migrantes irregulares. Sólo en Europa, ese delito generaría rentas por 3 mil millones de dólares y superaría los 150 mil millones de dólares en el mundo. La mafia transfronteriza explota la mano de obra de 21 millones de personas (la población de Suecia y Grecia).
Delincuentes de todos niveles socio-económicos viven del trabajo doméstico y la mendicidad infantil. Más de 4.5 millones de personas son explotadas sexualmente, indica la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La xenofobia también reporta ganancias a los gigantes tecnológicos Microsoft, Google, Salesforce y Amazon, entre otros.
Ellos vigilan y rastrean en tiempo real para detener y deportar a las personas, indican los grupos National Immigration Project e Immigrant Defense Project. Son los engranajes invisibles del jugoso sector que explota la inmigración indocumentada que surge desde El Salvador, Senegal, Libia hacia Turquía y Grecia, explica Claire Rodier en su estudio “El negocio de la Xenofobia”. Mientras más clandestino y prohibitivo sea el paso de personas a través de las fronteras, más beneficios recibirán las empresas contratadas por los gobiernos y las mafias de la explotación humana.
Las Redes Sociales y la Democracia: No solo es en Brasil, y no solo es WhatsApp. Las redes sociales están poniendo la democracia en el punto de mira de ataques a gran escala en todo el mundo. Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford confirma que gobiernos y firmas privadas están gastando enormes sumas de dinero para manipularnos online. Brasil ha caído con otro fascista hijo de las noticias falsas.
Se acercan elecciones cruciales en EE.UU., Europa, Canadá, India y muchas más, y el mundo se encuentra en un punto de inflexión. Debemos contrarrestar –con artículos en los medios, protestas en las calles, WhatsApp- esta enorme amenaza sin precedentes para nuestras democracias.
Es escalofriante, el hombre que acaba de ser elegido como presidente de Brasil quiere arrasar la Amazonía con excavadoras, ha amenazado con matar a 30 mil “izquierdistas” y alaba las dictaduras. Y hace sólo unos meses, casi nadie quería votar por él. ¡¿Cómo ha podido ocurrir esto?!
Por el WhatsApp de Facebook. Su propietario, Mark Zuckerberg, no hizo nada mientras poderosas compañías gastaban millones ilegalmente para inundar la plataforma de mensajería de noticias falsas y discursos de odio -hasta lograr que el país confiara en un fascista radical antes que nadie.
Por eso debemos unirnos para contraatacar, presionar a las plataformas de redes sociales, WhatsApp incluido, para que defiendan a los ciudadanos, las democracias y la información real. Los algoritmos de las redes sociales tienen un gran poder sobre nuestras sociedades, y ahora mismo están obligándonos a consumir veneno. Por todo aquello que amamos, vamos a limpiarlas antes de que sea demasiado tarde.
Existen otros temas que debemos abordar: los bonos y el aeropuerto, los superdelegados y la seguridad, el presupuesto federal 2019, Puebla y la posible otra elección gubernamental, los jueces y magistrados amparados en contra del tope salarial, los gobernadores y sus intereses, la cancelación del fuero, más lo que se acumule.
